Capítulo 5. Salvación

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CAPÍTULO 5.

SALVACIÓN

      Pensar en Andrea es como remontarme a esa época donde los tres caminábamos por las calles de esta ciudad.

Estábamos siempre juntos lo cual nos hacía inseparables. Añoro tanto esos años porque la vida era mucho más tranquila y el mundo era otro.

Andrea era la mejor de las amigas. Era muy noble. Siempre alegre, pero sobretodo, tenía una calidez y un gran sentido de la lealtad.

Ella fue la única persona a la cual pude confiarle mi secreto porque en una ocasión lo descubrió accidentalmente. Fue así como yo supe acerca su secreto. Creo que a raíz de eso, los lazos de amistad entre ambos se hicieron mucho más fuertes. Solo que las cosas no terminaron bien por algunas razones que nunca pude aclararle. Si no hubiera sido tan cobarde quizá ella y yo seguiríamos siendo amigos pero no fue así. También hay algo que sigue perturbándome, una duda que sólo ella podría despejar pero sobretodo, una promesa que yo lo hice y que nunca he podido cumplir. Sólo espero que Noah la tengo tan presente como yo. Después de todo, él también fue el responsable de lo que sucedió.

Despierto al no poder aguantar más viento helado que entra por la ventana.

Deben ser más de las diez de la mañana. Las cortinas se mueven de un lado a otro conforme sigue entrando esa corriente de aire que me hace estremecer. Cierro la ventana pero froto mis manos antes de hacerlo porque seguramente, el vidrio estará congelado.

- Fue una excelente noche. Tal y como las de antes. Siempre es bueno recordar viejos tiempos. Sigo pateándote el trasero en todo-. Dice Noah.

Se levanta con el cabello un poco despeinado. Aún no logra abrir los ojos por completo. Lo veo poniéndose la camisa pues al igual que yo ha sentido el frío.

- Tienes más años que yo. Eso te hace más fuerte-.

- Jared, esa no es una excusa-.

- Está bien. Entonces te daré el mérito. Eres muy rápido y nunca podré superarte. Si eso es lo que quieres escuchar, ya lo dije.

- Me parece muy bien-. Responde con sarcasmo.

No tengo recuerdos muy claros sobre lo que sucedió la noche anterior pero por lo que dijo Noah, creo que tuvimos una de nuestras tantas aventuras vagando por la ciudad.

A Noah le encanta vagar y más por la noche. A mi me trae muy malos recuerdos pero me gustaría ser igual de atrevido que él. Noah siempre ha sido muy audaz, decidido, valiente. Nunca he entendido de dónde sacó tanto valor para aceptar lo que le había ocurrido. Es siete años más grande que yo y tal vez por eso lo veo como a mi hermano mayor. Veo mucho de el mío en él, sólo que Noah es muy diferente; Jamás me traicionaría, no como lo hizo mi hermano pero tampoco me ciego ante sus defectos. Sé que Noah tiene un lado oscuro porque he visto algo de maldad en sus ojos. Tantos años de condena lo han hecho un ser duro, difícil de doblegar. La única persona que pudo suavizar un poco su alma fue Andrea. Creo que Noah nunca volverá a ser tan feliz como en aquellos años. Aunque él lo niegue, sé que sigue amándola.

- ¿Qué fue lo que sucedió anoche? No recuerdo nada-.

Pregunto sintiendo un fuerte dolor de cabeza. Es peor que una resaca.

- ¿Resaca?-. Pregunta Noah mordiendo un panecillo de chocolate.

- Aún no logro acostumbrarme-.

- Y mira que han pasado muchos años, largos años diría yo-. Contesta.

A juzgar por lo que dijo Noah, una noche de vagancia implica caminar por las calles, por lugares recónditos y abandonados. Es exponernos al peligro de brincar de azotea en azotea y correr entre las sombras. Eso es algo que a Noah le fascina pero debo admitir que tenerlo en casa alivia mi soledad.

PenumbraWhere stories live. Discover now