CAPÍTULO 8. SENSATEZ Y SENTIMIENTOS
Hice lo que creí correcto en ese momento. Tanto aquella vez, como ahora.
Shannan necesitó de mi en esos instantes en los cuales pude ver el miedo, la confusión.
¿Qué será de ella ahora que está embarazada?
Es una niña y no sabe mucho de la vida aún. Lo mismo pensé cuando Andrea me lo confesó. La misma confusión, el miedo en sus ojos. ¿Qué iba a ser de ella estando embarazada?
Su padre se me fue encima al escuchar mi confesión.
- ¿Por qué lo hiciste Jared? No debiste-. Dice Shannan, aferrándose a mi pecho, entre lágrimas.
- Shannan, lo hice pensando en ti. Necesitas de mi ayuda. Estás mal y tú has sido muy buena conmigo. Es la única forma de pagártelo-.
Siento toda su fragilidad. Sus manos que están recostadas sobre mi pecho tiemblan pero las tomo con fuerza y la miro. Mis ojos le piden que sea fuerte. Lo más importante es que se recupere por completo porque la vida del bebé está de por medio.
- Gracias pero debo decirle la verdad a mi papá. No puedo arruinarte la vida. Sería muy injusto que cargaras con una responsabilidad así. Quien debe ayudarme es su verdadero padre-.
- ¿Connor? Interrumpo.
Shannan esquiva mi mirada pero así compruebo que mis sospechas son ciertas.
- Quiero ayudarte, de verdad. Permítemelo Shannan-.
- Pero de nada me sirve que quieras ayudarme si tu no me amas Jared-.
Escucho sus palabras con cierta desesperación al momento de confesarlo. Me mira con cierta timidez, arrepintiéndose de lo que me ha dicho aunque dentro de mi, todo se detiene porque recordar sus palabras hacen que despierte en mi esa sensación tan hermosa que me inyecta energía.
- Shannan, ¿En verdad me amas?-. Pregunto con miedo.
Me confesó su amor de la manera más sincera. Pero es que no quiero amarla pues sé que tarde o temprano tendré que renunciar a su amor. Pensar que pasarán años sintiendo ese hoyo dentro de mi alma es algo que me perturba.
- ¿Por qué me amas?-. Pregunto muy sorprendido.
- ¿Y por qué no habría de amarte?-.
- Porque no he sido sincero contigo Shannan. Quizá cuando sepas la verdad te arrepientas de haberme conocido. Lo único que puedo decirte es que terminaré lastimándote. Tú no lo mereces. Yo no te merezco-.
La ternura que irradia su mirada y su rostro tan dulce hacen que no pueda resistirme. Por un segundo pienso en besarla pero no me atrevo. Sus frías manos acarician mi rostro hasta tocar mi cabello.
- Jared, eres una persona muy especial, lo supe desde la primera vez que te vi. Podría jurar que eres una persona muy sensible, sólo que tratas de esconderlo con esa finta de madurez y frialdad que no te queda porque tienes un gran corazón. Aunque no me has dejado ver por completo lo que se encuentra dentro de el, sé que tienes que una capacidad para amar enorme-.
No recuerdo hace cuánto fue la última vez que lloré porque al escucharla, sus palabras hacen que mi voz se quiebre en mil pedazos, al igual que este corazón que hasta hace poco, estaba muerto.
Poco a poco, Shannan se ha ido ganando mi corazón. Me ha hecho revivir. Ella se ha convertido en la parte más importante de mi existencia. No sé que habría pasado si ella nunca hubiera tocado la puerta de mi apartamento.
Aún recuerdo ese día...
Había entrado a ver el apartamento que meses después se convertiría en mi nuevo hogar.
Observaba el atardecer desde la ventana. Había mucho ruido y algo de sol allá afuera pero eso no fue lo que me distrajo, sino el delicioso aroma a galletas de chocolate que había entrado por mi nariz. Seguí el olor por todo el pasillo hasta llegar a la puerta. Ahí se detenía el penetrante aroma a chocolate y a calor de hogar. Podría jurar que la sensación que me transmitía era la misma que sentía cuando entraba a casa y el aroma de la comida de mamá entraba por mi nariz. Me gustaba que ella cocinara para nosotros. Su comida solía ser la mejor, sobretodo cuando horneaba pan y galletas.
Al filo de la puerta vi cuando alguien salía del apartamento de enfrente. Era una chica de cabello rubio cenizo, con un flequillo que le cubría toda la frente. Emanaba un perfume muy fresco con toque de cítricos y gardenias. Llamó mi atención cuando vi sus ojos que se cruzaron con los míos por sorpresa. De inmediato corrí a ayudarla antes de que la charola de galletas que cargaba se cayera de sus manos.
Así fue nuestro primer encuentro...
- Shannan, tú eres lo único verdadero que tengo. Aunque no eres segura para mi, me has hecho sentir especial. No recuerdo cuando fue la última vez que me sentí así junto a alguien-.
- Entonces no tengas miedo Jared. No conmigo. Yo no quiero lastimarte-.
Siento sus manos que me toman el rostro junto con sus suaves labios, húmedos por las lágrimas que resbalan por mis mejillas. Me tocan de la forma más dulce, entregándome en cada movimiento una sensación especial que me pone nervioso. Su beso es tan especial, tan tierno. La llevo a mis brazos con fuerza, queriendo robarme ese aroma que me fascina junto con ese corazón del cual deseo apoderarme...pero que pronto tendré que destrozar porque debo irme. Tal vez este dulce beso sea el último recuerdo que tenga de ella.
