CAPÍTULO 11.
DIARIOS DE UNA PASIÓN
Quien es la persona que tengo enfrente. Cómo es que de pronto pasé a desconocerlo. Lo que acaba de hacer es algo horrible.
Noah me observa con detenimiento. Está en cuclillas revisando las pertenencias de Connor. Guarda su billetera dentro del abrigo. Toma su celular y lo parte en pedazos.
- Jared tienes que tranquilizarte. Lo hice para ayudarte-.
- ¿Ayudarme? ¡Mataste a alguien!-.
Escucho las voces de los vecinos de abajo. Todos escucharon los gritos de Connor. ¿Qué vamos a hacer?
Noah carga el cuerpo de Connor. Abre la puerta para llevarlo al apartamento.
- Me encargaré de todo. Esta misma noche arreglaré la puerta y las grietas de la pared. Jared, nunca nadie sabrá que alguien murió aquí. Nadie te culpará.
- No tendrían por qué. Tú fuiste quien lo mató-.
- Es cierto, pero alguien te pudo haber escuchado discutir con él. Yo no tenía motivos para matarlo... pero tú si-. Responde con cinismo.
Su sonrisa al igual que su mirada maliciosa me dejan muy claro que a Noah no le importaría culparme con tal de salir bien librado de esto. A estas alturas, pensar en eso no me aterra, sólo me decepciona el hecho de pensar que estoy frente a una persona diferente a la que conocí tiempo atrás.
Noah deja caer el cuerpo de Connor como si fuera un saco de harina o cualquier objeto sobre la estancia del apartamento. Se acerca al refrigerador y se dispone a abrir una botella de vino para tomar una copa. Está tomando las cosas con mucha tranquilidad. No puedo creer que vea la muerte de alguien de esa forma.
Noah se mueve rumbo a la estancia donde esquiva el cuerpo sin vida de Connor como si no existiera.
Yo ni siquiera quiero mirarlo.
- Tranquilo. Ya te dije que me ocuparé de todo-.
- Noah, ¡Mataste a alguien!, ¡Lo mataste!-.
Mis gritos parecen despertar su molestia. Salta sobre mi dejando caer su copa de vino tinto.
- ¡Cállate! Tienes que tranquilizarte Jared. Prometí que arreglaría todo-.
- ¿Cómo puedes hablar así Noah?, ¿Qué clase de ser humano eres?-.
- Connor tenía que morir Jared. Vio lo que podías hacer. Nadie puede saberlo. Lo que hiciste despertó sus dudas. Lo que hice fue para protegerte.
- Pero ese no es un pretexto. De todas formas nos íbamos a ir. Si se enteraba o no, no nos volvería a encontrar aquí-.
Noah me libera pero lo detengo jalando sus brazos y ahora soy yo quien lo lanza para obligarlo a explicarme por qué habló con Shannan.
- Ahora dime, ¿Cómo es que te atreviste a buscar a Shannan? Connor me lo dijo. Le pediste que se alejara de mi. ¿Qué clase de amigo eres?-.
- Uno que haría cualquier cosa por ti. Tú me lo dijiste hace mucho tiempo Jared; "Somos hermanos"-.
No lo reconozco. No puedo creer que hable con tanto cinismo. Yo nunca me metí en su vida.
- Si pero la diferencia es que mi verdadero hermano jamás hubiera asesinado a alguien-.
Mis palabras parecen encender a Noah, quien me somete de nuevo contra el suelo. Está buscando la manera de convencerme de que lo que hizo fue lo correcto.