6. La Mano que Tiene la Cura

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CAPÍTULO 6.

LA MANO QUE TIENE LA CURA


       Cuando la luz golpea mis ojos, vienen a mi las palabras de Noah; "Que en Riverwood se encuentra nuestra salvación".

Será que lo que él imagina es verdad. De ser así, es nuestra única oportunidad porque este infierno que llevo siglos viviendo es desesperanzador. Muero lentamente cada día, cada año, porque para mi siempre habrá otro día y es como volverlo a vivir. Aunque se extinguiera la raza humana o sucediera cualquier tipo de catástrofe, las cucarachas y nosotros seguiríamos siendo los únicos seres vivos sobre la faz de la tierra. Pero pensar en que debo regresar a ese lugar a buscar esa salvación de la que Noah me habló, implica regresar a un pasado que a pesar de tantos años, no he podido dejar atrás.

Al entrar al apartamento lo primero que llama mi atención es el dulce olor que se encuentra justo detrás de la puerta. Es Shannan. Apresurado entro a mi habitación buscando algo para vestirme. Encuentro una toalla con la cual me cubro pero se me olvida que estoy semidesnudo y cruzo la puerta.

Debe ser muy temprano por la mañana, quizá sólo me trae algo de desayunar. Espero que su visita sea breve.

- ¡Hola! -.

- Shannan, ¿Qué haces tan temprano despierta?-.

Cuando Shannan me descubre con una toalla cubriéndome se sonroja un poco. Esquiva su mirada hacia el otro extremo, sorprendida.

- Disculpa, no quiero incomodarte-.

- No, discúlpame, es muy temprano y no debí interrumpirte. Será mejor que regrese más tarde-.

Mi mano se desliza sobre su hombro, haciendo que su mirada gire hacia donde se encuentran mis ojos.

Por un segundo observo lo delicado de su rostro, de su piel, que tiene un tono claro y que me envuelve con ese perfume que puedo reconocer a kilómetros de distancia.

Es ella quien decide romper el silencio que ha surgido entre los dos cuando nuestras miradas empiezan a perderse ante nuestra cercanía.

- ¿Cómo fue que entraste?-.

- Noah me dejó entrar-.

- ¡Ah! Noah, debí suponerlo-.

- Jared, sólo quería traerte algo de desayunar. No pude dormir en toda la noche. Quería explicarte lo que sucedió con Connor-.

- No, no te preocupes. No tienes que hacerlo.

- Es que no quiero que pienses cosas que no son-.

Noto que está muy nerviosa.

- Por favor, créeme que no tengo porque pensar mal.

- Mmm para nada. ¡De verdad!-.

Por un segundo pienso que Shannan me está ocultando algo.

Acerco una silla hacia ella para que se siente mientras corro a mi habitación para buscar unos jeans junto con una playera sencilla que esté limpia para vestirme.

En ningún momento dejo de oler el delicioso aroma de los pastelillos de chocolate que ha dejado sobre la mesa.

Una vez sobre la mesa le ofrezco algo de beber pero ya ha empezado a preparar café.

- ¿Cómo te sientes? Te veo algo preocupada-. Pregunto mordiendo un pastelillo de chocolate.

Shannan se ve un poco tensa. No deja de mirar hacia todos lados. Juega con su cabello, incluso pellizca el pastelillo que se ha servido sobre uno de los platos de porcelana que saqué para servir el desayuno.

PenumbraWhere stories live. Discover now