¿Un sueño?

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No sé qué tiempo pasó hasta que pude abrir mis ojos.
Una luz cegadora atentaba contra mis pupilas. Me tomo algo de tiempo poder levantar los parpados para ver donde me encontraba.

La habitación era blanca, pequeña con una ventana al exterior y una puerta en el extremo opuesto. Mesita de desayuno a los pies de la cama, a mí costado varios aparatos con monitores y sueros conectados a mis brazos.

Dios, era un hospital.

¿Qué rayos había pasado?¿Donde estaba mi demonio?¿Que hacía yo allí? Sabía que debía calmarme y esperar, alguien aparecería ya que el cuerpo me dolía horrores, casi como si me hubiesen dado una golpiza.

Trate de serenarme y comencé por probar de mover mi cuerpo. Sentía mis manos y brazos y podía levantarlos unos centímetros pero era tan grande el dolor que me quede quieta. No podía sentir mis piernas pero no me quise desesperar hasta no saber algo de lo que me había pasado.
Al cabo de un rato entro una enfermera que al verme despierta abrió grande los ojos y corrió hacia afuera. Segundos después varios médicos y enfermeras entraron al cuarto.
Grande fue mi sorpresa al ver entre batas blancas a mi ángel y unos pasos más atrás a mi demonio. No me salían las palabras, quería hablar, preguntar qué había pasado pero ni un sonido.

Mi ángel se acerco, comprobó los aparatos y llamo a mi demonio. Intercambiaron palabras técnicas y  dirigieron sus miradas a mí. Hicieron salir al resto dejando solo una enfermera. Después de cerrar la puerta se quedaron a ambos  lados de la cama observándome.
No hablaban y esa espera me estaba matando. Esta vez iba a hablar como fuera para saber qué pasaba. Respire hondo y trate con todas mis fuerzas de hacerlo.

-¿Qqque mmme paso?- dije forzando las palabras

-Por dios, Alexander, hablo- dijo el moreno con aire divertido

-Lo sé, Dr  Ferrer. Me siento muy orgulloso de ella- contesto el rubio y prosiguió dirigiéndose a mí

-Imagino que a estas alturas estará confundida, asustada y tendrá  muchas preguntas que trataremos de responder Señorita, pero antes deberá contestar a nuestras preguntas para terminar de evaluar con precisión su condición-

Aunque esto no era lo que quería oír asentí con la cabeza lentamente. El moreno hablo.

-Yo soy el Dr. Diego Ferrer y hemos estado con el Dr. Weiss atentos a tu situación. No necesitas contestar pero si nos ayudaría mucho. Puedes decir sí o no para que no te fatigues o cuando te sientas preparada podemos intentar con un lápiz y papel. ¿Te parece?-

Volví a asentir lentamente. Que los dos se encontraran allí escudriñándome con la mirada me hacía sentir incomoda.

-Ok. Empecemos. ¿Recuerdas tu nombre?- dijo el

-No- conteste.

-¿Recuerdas tu familia, amigos, conocidos?

-No-

-¿Cuál es el ultimo recuerdo que tienes?- pregunto el Dr. Ferrer.

La pregunta me tomo por sorpresa. No era tonta, sabía que algo había pasado pero ¿habría sido real? Dudaba entre contarle sobre el apasionado beso o no. ¿Y si solo había sido un sueño? No parecían los mismos de antes y además estos eran doctores. ¿Y si mi mente había imaginado la historia de la isla? Quizás solo debía contar mi verdad a medias y luego se vería.

- Rrreccuerdo besssarrr a un hombre- conteste y sentí mi cara calentarse

El doctor cruzo miradas con su compañero, sonrieron  y se volvió a mí.

-Bien. ¿Puedes mover los dedos, las manos o los brazos?- dijo él.

Como el doctor pidió fui capaz de mover mis dedos y levantar levemente las manos pero los brazos dolían mucho como para hacer una demostración.

-Duelen los brrazos- conteste

-¿Sientes el resto de tu cuerpo, las piernas, los pies?- pregunto

-Solo hasssta mi cintura- dije

-Bien.- dijo el Doctor Ferrer mientras tomaba mi mano entre las suyas.

- Ahora debemos contarte nosotros lo que sabemos. Ingresaste aquí hace un par de semanas, con diferentes hematomas en todo el cuerpo y dos golpes muy fuertes: uno en la base de tu columna y otro en la cabeza. Te trajeron los servicios de emergencias de la playa. Ningún familiar vino contigo. Has estado en coma, con respirador y al borde de irte varias veces pero logramos estabilizarte. Has sido nuestra paciente preferida por días y estamos muy contentos de que hayas despertado. No queremos que te angusties, sabemos que los daños son importantes pero creemos que con paciencia y trabajo te rehabilitaremos.-

-Por tu falta de memoria, la recuperación será progresiva, por lo que quizás puedas sentirte extraña, mareada o hasta molesta e irritable. Solo te pedimos tengas la paciencia que nosotros tendremos contigo.- dijo el Doctor Weiss mirándome con esos ojos claros fijamente.

No quería preguntar nada más. No le encontraba explicación a todo esto y el que ellos estuvieran ahí lo hacía más difícil. Asentí con la cabeza.

-Cualquier molestia que sientas, cualquier recuerdo por mínimo que sea, háznoslo saber- dijo el Doctor Ferrer  para luego dirigirse a la puerta.

-Tenemos fe en ti pequeña- dijo el Doctor Weiss al irse.

Al quedar sola comencé a pensar en todo. Quizás había tenido un accidente, alguien me había golpeado o quizás yo misma manejando algún vehículo y mi mente al encontrarse en esa situación creo toda esa historia. No podía ser solo un sueño o sí? Es que todo había sido tan real que asustaba.

Aun sentía los labios de mi demonio sobre los míos, su firme agarre en mi cintura, su calor. No, no, no podía ser falso. Tenía miedo que si contaba todo me tomaran por loca y encima de que ya estaba mal me mandarían a un siquiatra por estrés post traumático.

No. Solo esperaría a recuperarme ya que eso era lo importante, luego vería como lidiar con mis recuerdos.

Entre angeles y demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora