Capítulo 12

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Caí a bruces en el suelo lleno de tierra, no podía ver nada debido a que estaba oscuro, genial, ahora estaba; atrapada en un pasadizo secreto donde posiblemente nadie me encontraría. Me senté en mi trasero y llevé mis piernas a mi pecho como si pudiera crear una coraza de cualquier cosa, posiblemente moriría aquí, en un pueblo extraño, en una casa extraña, con un extraño pasadizo.

De repente solo escuché un silbido lejano, debía de ser por la profundidad, a lo mejor estaba en el centro de la casa en algún lugar subterráneo, pero de repente el silbido se volvió cada vez más agudo y cercano, mi piel se erizó.

No por favor, no puedo soportar esto.

A lo mejor Bronce tenía razón, esto era demasiado para mí. Metí mi cabeza entre mis piernas y las aferré más fuerte con mis manos como si pudiera convertirme en una bola diminuta y desaparecer.

-No es real -murmuré, entonces comencé a cantar temblorosamente: - Insufrible amor, ¿Cómo me pude enamorar?, no te soporto es la verdad...

Sentí como mi cabello era halado hacia atrás bruscamente, mis manos fueron alzadas y mis piernas se doblaron dolorosamente hasta que estuve de pie, todo de mi temblaba, el sudor comenzaba a escurrirse de mi frente, creí que me desmayaría en cualquier momento.

Escuché la melodía de un piano en algun lugar, mis oidos sintieron el molesto zumbido del silbido mezclarse también, quería gritar por ayuda, o por lo menos poder mover cualquier lado de mi cuerpo, pero no podía, estaba presa del miedo.

Una luz se encendió en la esquina y mi respiración se quedó atascada en mis pulmones cuando vi que era el Mimo con el que había soñado anoche, ¿se trataba de eso?, ¿esto era un sueño?, no podía ser, ¿en qué momento me había quedado dormida?

Él estaba de espaldas, sentado cómodamente como si jugara con algo en sus manos, las rayas blancas de su disfraz iluminaban la habitación, pude ver que había un viejo mueble cubierto por una sábana blanca, y muchas cosas cubiertas por una gruesa nube de polvo hasta hacerlas imposibles de reconocer. Ahora que veía el cabello largo hasta su cintura en un moño, me daba cuenta que fui estúpida al pensar que era hombre, el disfraz ocultaba todo.

-Da... -murmuré con cada fuerza de mi ser- Dafne.

Al pronunciar su nombre, se apagó la luz, y cuando se encendió, el Mimo apareció frente a mí, solté un grito desde lo más profundo de mi garganta, pero no pude moverme, sentí como mi cuello comenzaba a dolerme de tanta rigidez, intentaba respirar pero era casi imposible por el pánico que sentía. El Mimo sonrió; sus dientes completamente amarillentos, sus globos oculares inyectados en sangre sin pupila o iris, el maquillaje estaba corrido de su rostro y la base blanca agrietada.

Me mostró lo que tenía en sus manos, era una caja musical, había una bailarina dando vueltas y el sonido del teclado junto con ese silbido extraño la acompañaban. Inclinó la cabeza hacia la caja, como si me estuviera diciendo que la tocara.

Presa del pánico agité mi mano con la intención de decirle que no podía moverla, pero mi brazo me obedeció, poco a poco sentí mis músculos comenzar a relajarse hasta que pude tener el control de estos. Miré al Mimo, su rostro fijo en el mío, mi corazón latía a mil por minuto a medida que estiraba mi mano y toqué la bailarina con la yema de mis dedos, casi esperaba que me diera corriente, sin embargo, solo se detuvo al igual que la música.

Todo a mí alrededor comenzó a desvanecerse, y la luz cegadora llenó la habitación, había muchos libros, estatuas, y el mueble antiguo estaba perfectamente nuevo; era de color rojo y sin una pizca de polvo. Di una vuelta buscando al Mimo, sin embargo, no estaba en ninguna parte, escuché el ruido de la biblioteca a mis espaldas dejando entrar una muchacha, esta se reía sin poder parar, detrás de ella entró un muchacho, ambos lucían realmente jóvenes, tal vez ni siquiera llegaban a los dieciocho años, me eché hacia atrás e iba a disculparme, pero me di cuenta que la muchacha miró toda la habitación sin advertir mi presencia.

-La tia Glori se emborrachó como no tiene idea, Señor Sebástian -dijo la muchacha, tenía un antifaz en la cara de color rosa al igual que su hermoso vestido, se quitó los tacones y se sentó en el mueble, Sebástian sonrió, era un muchacho bien parecido, el smoking le acentuaba perfectamente, él se sentó a su lado.

-Disculpen, chicos -dije acercándome a ellos, pero ni siquiera me miraron, no parecían escucharme, como si yo no estuviera ahí.

-Señorita Dafne -respondió el chico-, parece que usted está igual de borracha.

«...Dafne...», entonces lo comprendí, no sabía cómo rayos era posible, había retrocedido el tiempo, esta era Dafne y él debía de ser su prometido.

-Me ofende señor Culdere -se quitó el antifaz, descubriendo su hermoso rostro de rasgos finos-, esperemos que esto no sea un inconveniente para usted, ¿lo es?

-Lo será si me sigue llamando por mi apellido -dijo quitándose también la máscara, era un joven realmente atractivo-, ya le he dicho que me encanta cuando me llama por mi nombre.

Dafne se inclinó y se acomodó en las piernas de Sebástian para dejar relucir una brillante sonrisa, la forma en la que se veían era unica, nunca había visto una intensidad igual, la había leido en los libros, pero esto, era otra cosa, era amor real.

-Señor Sebástian -susurró Dafne-, señor Sebástian...

Sebástian colocó las manos en la cintura de Dafne y ella lo besó, cuando él comenzó a soltar el nudo de su vestido, la imagen comenzó a desvanecerse frente a mis ojos, hasta dejar la oscuridad llenar la habitación, todo gris y cubierto de polvo, el mueble totalmente inservible, la música del piano seguía sonando, bajé la mirada a la caja con la bailarina dando vueltas, ya no sonaba tan escalofriante, la tomé en mi mano ¿Dónde estaba el Mimo?

Voltee intentando tocar algun botón oculto en la pared, pero solo encontré concreto, ¿Qué me quería decir Dafne con esto?, ya me sabía su historia, se suponía que ese muchacho solamente se casó por dinero, aunque algo no cuadraba en mi cabeza, ellos lucían realmente enamorados, nunca hubiera creído que fuera fingido, él la veía como si fuera lo único importante en la tierra.

Solté un suspiro pegando mi espalda a la pared y esta se volteó vomitándome del lugar secreto, estampé mi cabeza contra el piso y la caja voló de mis manos para romperse en el suelo, dejando la bailarina inerte y la caja vacía, fruncí el ceño levantándome, a medida que me acercaba noté que dentro de la caja había un papel, lo tomé en mis manos y me acerqué a la escasa luz opaca que entraba por la ventana, decía: "Ayúdeme Cassie".

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Vota o te saldrá El Mimo, ya te lo advertí 😵😵🤣🤣🤣

EL MIMO (Libro 1 Y 2)[Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora