Capítulo 26

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Cuando voltee, lo único que logré visualizar era la casa del señor Donald, así que no tuve más opción que volver. Ahora entendía por qué el Mimo no me quería dejar ir, todo había sido por una trágica historia de celos y confusión, una bruja psicópata que no le gustaba el rechazo. Respiré profundo y abrí la puerta que se había quedado abierta, Bronce sabía que no podía irme, él... estaba muerto.

 Lo primero que vi fue a Dudy, estaba sentada en el sillón de madera con una mirada más que desconcertada en su rostro, me preguntaba si yo también me veía así de aterrorizada. Susi, el señor Donald, Bronce y la señora Brenda estaban también sentados, como si me estuvieran esperando, el cadáver ya no estaba.

 —Sé que la leyenda no es real —dije a Bronce cerrando la puerta a mis espaldas porque no sabía dónde estaría a salvo; si en la casa o afuera, creo que en ninguna parte estaba a salvo en realidad. 

 Todos parecieron confusos entonces armándome de valor me acerqué a la sala.

 —Eso de que el Mimo era Dafne, y que su prometido la había matado para cobrar su herencia, no es cierto —proseguí.

 —¿Qué? —refutó el señor Donald levantándose del mueble, al ver que empuñé mis manos, no avanzó de su lugar.

 —Se supone que ella sale en los sueños para que mates a esas personas que odias o sino todos mueren —dijo Bronce mirándome como si fuera estúpida, como si ya estuviera agotado de decirme lo mismo un millón de veces. Negué con la cabeza y tragué saliva pesadamente.

 —Sí, es así —afirmé—. Pero "ella" es un "él", el prometido de Dafne es el Mimo, él es el que está maldito, y la única forma de romper la maldición de Jane es liberando el odio...

 —¿Y eso cambia algo? —Refutó Bronce—, que "ella" sea un "él", no cambia el hecho de que todos hayan muerto por su culpa.

 Mordí el interior de mi mejilla cayendo en cuenta que Bronce tenía razón, el hecho de que el Mimo me hubiera contado la historia no tergiversada no cambiaba la esencia de lo que él hacía.

 —Ustedes están muertos —dije luego de un momento, el señor Donald se volvió a sentar y la señora Brenda tensó los rasgos de su rostro, por primera vez veía otra emoción en su rostro que era más que tranquilidad. 

 —¿No hay una forma de traerlos a la vida otra vez? —pregunté cruzándome de brazos con un leve temblor en mis piernas.

 —Esto no es el país de la maravillas, Cassie —refutó Bronce—, nuestras almas están atrapadas aquí para atender a los que trajo el camión.

 Mi mente reprodujo el accidente, ese camión, no había sido casualidad que viniera directo a nosotros, nos había seleccionado.

 —¿Pero por qué nosotros? —Murmuré—, todos los demás murieron...

 —Normalmente el Mimo selecciona a las personas que tengan más rencor acumulado, unos "posibles candidatos" —dijo Susi—, ustedes fueron los elegidos, pudo haber sido cualquiera.

 «Pudo haber sido cualquiera», prefería mil veces que hubiera sido cualquier otra persona.

 —Estamos atrapados aquí —continuó Susi—, como en el limbo.

 —Puede que queden libres cuando el Mimo desaparezca —dije emocionándome por la idea, ¿pero qué era mejor?, nadie sabía lo que había del otro lado.

 —No lo sabemos —dijo la señora Brenda levantándose del asiento, sus rasgos tensos y pude escucharla gruñir levemente—, ¿crees que no nos lo hemos preguntado miles de veces?

EL MIMO (Libro 1 Y 2)[Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora