Capítulo 13

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Tomé los restos de la caja que me había dado el Mimo, y comencé a correr de regreso a la sala junto con los demás, mi corazón estaba acelerado y mi respiración igual de rápida, tropecé un par de veces, creí que me había perdido en la inmensa casa porque ningún lugar me era familiar. De repente escuché un grito a mis espaldas, mi piel se erizó al sentir la presencia de alguien seguirme de cerca, voltee mi cabeza, pero no pude ver más que oscuridad, y antes de darme cuenta mi pie tropezó con un peldaño y caí a bruces en el piso.

-¿Cassie?, ¿estás bien? -dijo Tony corriendo a mi lado, me di cuenta que había llegado a la sala principal junto a los demás, todos me miraban por mi extraño comportamiento.

¿Estás bien?, no estaba bien, estaba fatal, iba a vomitar en cualquier momento.

-¿Cómo puedo ayudarla? -Murmuré, Tony me ayudó a levantarme-, ¡Tengo que ayudarla!

Tal vez el Mimo estaba atrapado, tal vez Dafne no era mala, ella en realidad quería irse de este pueblo, a lo mejor solo necesitaba la ayuda de alguien para no arder en el infierno, sentía la necesidad de salvarla, si es que podía.

-¿De qué hablas Cassie? -dijo Mark acercándose.

-Dafne, el Mimo -dije-, se... se me apareció y... y sé que intenta comunicarse, me dijo que la ayudara, miren, la caja...

Cuando miré mis manos no había nada, no había bailarina, no había caja, no había nota. Mi rostro totalmente desconcertado fue lo que mostré a los muchachos, ellos me miraron con real preocupación, Bronce aclaró su garganta levantándose del mueble, sus zapatos martillando el suelo a medida que se acercaba a mí.

-Creo que tienes fiebre -colocó una mano en mi frente-, de seguro está sobre los cuarenta.

Me aparté de su toqué, sentía mucho frio pero estaba segura que era por el pánico, lo miré negando con la cabeza.

-¡Tu viste a Brenda! -Acusé-, y vi al Mimo, me dijo que necesitaba mi ayuda.

Tal vez debía dejar de tartamudear y de moverme a un lado al otro porque lo único que hacía era verme como una demente, tomé una profunda respiración y las lágrimas se deslizaron por mis mejillas fácilmente, esto no podía estarme pasando a mí, yo estaba segura de lo que había visto.

-¿Qué Mimo? -dijo Indira desde el mueble, Otero estaba a su lado con una taza de té a medio camino de su boca, ambos mirándome como si fuera un perro herido de la calle.

-Cuéntale la leyenda Bronce -exigí-, ¡Cuéntales!

-Cálmate Cassie -dijo Bronce-, a veces la fiebre muy alta causa alucinaciones.

¿Por qué me quería hacer pasar por loca?, ¡él me salvó de Brenda!, de seguro él también había visto al Mimo.

-No estoy alucinando -susurré intentando calmar mi respiración-, no estoy... aluci...

Mi lengua se adormeció en mi boca cuando el cansancio se adueñó de mis pulmones y de mi espalda, mis ojos se desenfocaron mareandome por completo, quería vomitar, necesitaba acostarme y tenía demasiada sed. Lo ultimo que divisé fueron los ojos de Dudy fijos en los mios mostrando real preocupación, me desmayé y Tony me atrapó en sus brazos, fue cuando me di cuenta que había perdido la cordura.

***

Cuando abrí los ojos, estaba en una cómoda cama, alrededor las paredes eran rosadas, y no había ni un cuadro, solo una antigua televisión sobre la mesa de noche en una esquina, me senté poco a poco, ¿acaso nos habían trasladado a una clínica?, ¿por fin nos habían rescatado?, me levanté sintiendo el frio suelo bajo mis pies, me abracé a mí misma cuando salí de la habitación, en el suelo observé una bolsa, me acerqué dudosa, ¿qué hacía una bolsa abandonada en el suelo? la levanté observando que tenía un envase de nitroglicerina y un envoltorio con pólvora, solté la bolsa y llevé la mano a mi boca retrocediendo unos pasos.

No por favor no, esta era la penúltima historia de muerte que había hecho, mi tia Abby.



EL MIMO (Libro 1 Y 2)[Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora