Quédate

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El pito se escuchó y todos paramos de correr, llevábamos media hora trotando el campo sinceramente este hombre nos mataba cada que podía pero, hoy no, porque estaba feliz, incluso nos felicitó por el buen entrenamiento, tome mis cosas que estaban cerca de las porristas y Selena apareció frente a mi con una gran sonrisa y los brazos hacía atrás, yo sonreí también.

—Hey—dije sacando mi botella de agua.

—Vaya suerte— miró hacia el entrenador dándome a entender que fue suave con nosotros hoy, tomé un poco de agua y la miré.

—Si, me pareció raro.

—Debe ser porque se acerca otro partido—mi rostro mostró confusión y ella rió un poco—si, es un entrenador raro pero, es así, confía en su equipo y por eso su táctica es entrenarlos día por medio cuando se acerca un partido...dice que es mejor que los chicos estén mas relajados ante un partido aún así, las señales que da son; ser suave el primer día—sonrió de nuevo—en unos segundos les dará la noticia—mire al entrenador dejando la botella de lado.

—Ah, ¿como...

—¡Eagles!—grito el y yo la miré sorprendida mientras ella soltaba una pequeña carcajada.

—¿Sabes? Hablamos de esto en un ratito—dije guiñando un ojo y ella mira al suelo penosa.

***

Selena

Me despedí de las chicas y salí de los vestidores, tomando mi mochila, cuando puse un pié afuera me arrinconaron en la pared, solté un gemido y cerré los ojos fuertemente por el impacto, al abrir los se encontraba Jhonatan, mi novio, maldije a mis adentros y rodé un poco los ojos apartando mi rostro que se encontraba a centímetros de él.

—¿Que? ¿No me vas a saludar?—tomo mi mentón con un poco de brusquedad, por cosas como esta ya no lo amaba, estábamos juntos desde a finales de nuestro primer año aquí pero, había cambiado demasiado, ya no hablamos mucho, todo era sexo yo intentaba entablar conversaciones con él pero, parecía estar pendiente de la retaguardia de otras chicas, ya no lo entendía lo que mas se me hacía raro era que siempre que veía a Adell cerca de mí o ella pasaba por los pasillos, me tomaba de una manera posesiva ¿acaso eran celos? ¿acaso el sentía que ella era un peligro? ¿por que no terminábamos y ya? Si, ella era un peligro para él pues su forma de pensar me atraía, no me parecía raro, era normal sentir cosas por otras personas y si, es la primera chica que me gusta y, no me importaba.

—Aléjate Jhonatan—lo aparte de mi pero no pude, tenía sus brazos a cada uno de mis lados sin permitirme escapar, de repente sentí un olor repugnante, un olor a cigarrillo—¿Estas fumando?—esta vez lo empuje con mas fuerza que ni yo se de donde la saque y él se alejo.

—¿Hay algún problema?

—Si—él se enojó ante mi respuesta inmediata y me tomo de los hombros fuertemente haciéndome daño, yo volví a gemir.

—Yo hago lo que se pegue la gana, no tienes derecho a reprocharme por nada porque tú eres mía—sus palabras me sorprendieron tanto que casi lagrimas salían de mis ojos, tensé mi mandíbula y trate de zafarme de su agarre, entre en desesperación por no poder salir de ahí iba a gritar pero, me calló con un beso lujurioso, quise separarme pero, tomo mi cuello firmemente ante la fuerza solo podía quejarme e intentar patalear, de repente se separó de mi y en cámara lenta observé como caía al suelo, alguien me tomo del brazo y salí corriendo de ahí junto a esa persona, llegamos al estacionamiento y contemple que era Adell, mi corazón se alivio y ella me sonrió.

—Dame las llaves—dijo, le obedecí, no podía manejar en tal estado de shock y confusión.

Ella se montó y yo le seguí me dio mi casco y ella se puso uno de menor protección, sin más arrancó la moto y yo me abracé fuerte a ella.

Adell

¿Que le pasaba a ese tipo? La rabia casi me consumía completamente en ese momento y, ahora donde la llevaba apenas y había llegado al condado hace una semana, a donde vivía, no, bueno tal vez, revisé la hora de mi reloj y era temprano como para que mi madrina llegara de su trabajo así que, acelere. Al poco rato llegamos a mi casa, ella se bajó y yo guarde la motocicleta en la cochera, luego entramos y la lleve hasta mi habitación que era en la parte de arriba, ella se encontraba un poco más clamada sin embargo, sus ánimos estaban de lo peor parecía un zombie sin rumbo alguno o un fantasma en pena, tomo su bolso y lo dejo junto al mio en el suelo, la dejé en mi cama y baje lo más rápido que pude a buscar agua, al subir ella seguía en el mismo lugar pero, esta vez sentada en posición fetal, me senté a su lado y le dí el vaso de agua. Al terminar de tomar, coloque el vaso en el suelo y ella recargo su cabeza en mi hombro, yo pase mi brazo derecho por encima de sus hombros.

—Me siento tan sucia—confesó luego de unos minutos—todo esto que esta pasando con Jhonatan es tan horrible, no quiero seguir—empezó a sollozar—yo acaricié su antebrazo y ella se abrazó a mí con fuerza, dejó de hablar por unos segundos así que, aproveche.

—¿Por que no lo terminas?

—Tengo miedo, se a vuelto muy malo.

—¿Que harás entonces?

—No lo se—aspiró la secreción nasal que se le escurría, luego cruzamos miradas y yo limpie sus lagrimas con suavidad, mi corazón comenzó a latir con desesperación y luego, escuche el sonido de la puerta del garage, sabía que se trataba de mi madrina.

—Selena...

—¿Hum?

—Tengo que bajar,—deje mi lugar—vuelvo en un momento.

Al bajar mi madrina se encontraba en la cocina, tomando agua, al verme dejo el vaso en el mesón.

—Hola cariño ¿Como estuvo tu día?—preguntó con una amplia sonrisa.

—Bien ¿y el tuyo?

—Excelente ¿de quien es la motocicleta que esta en el garage?

—De una amiga—dije indiferente—¿podría quedarse ella esta noche?

—Claro—lo bueno de vivir con mi madrina era que no me pedía demasiadas explicaciones, ella confiaba mucho en mí y sabía que no me metería en problemas de nuevo, me acerque a ella y de di un beso en la mejilla como agradecimiento y me aleje—No hagan mucho ruido, me duele un poco la cabeza—yo asentí y me dirigí a mi habitación.

Al entrar observe a Selena quien se encontraba de espaldas observando una foto que había puesto en mi mesa de noche en la cual estaba mi hermano y yo, ella al sentir que entre por completo al cuarto se giro, dejando la foto en la mesa un poco asustada y apenada.

—Oh, espero y no te molestes por husmear—yo negué.

—Solo observabas ademas, si estuvieras husmeando te encontraría revisando mis maletas—ella miró en dirección hacia donde se encontraban el equipaje.

—¿Por que no has desempacado?

—No siento que me quede mucho tiempo aquí.

—¿Ha donde te irás?—inquirió sentándose de nuevo en la cama.

—Ha un lugar lejos de todo...¿tienes hambre?—ella negó—bueno te quedaras aquí esta noche así que...—pensé en donde dormiría yo—yo dormiré en el sofá de la sala—me dirigí al armario.

 —Espera...—la contemple—quédate aquí...conmigo—me pidió mirando al suelo.

Futbol And LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora