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Capítulo 17: Atentos.

—___, ___, despierta —distinguí la voz enseguida, se trataba de Trunks y que yo estaba en el sofá de su casa del pasado.

—¿Qué? ¿Qué... es lo que pasa? —pregunté recordando a las noticias, todo ese asunto de los pueblos y la máquina del tiempo que tanto me tiene intrigada.

—Mira, no tengo mucho tiempo, regresaré a combatir —me dijo arrodillándose, estando a mi altura—. Escucha, si es que llego a la noche, te explicaré todo. Quizás entrene con mi padre, estamos en peligro y donde vaya mi mamá, tú irás con ella —me dijo preocupado, a lo que yo me levanté y me puse de cuclillas, estando así más cómoda para escucharlo—. Se que han pasado tres días, aún no he llegado a casa, pero en cuanto se solucione todo, pasaremos unos cuantos días aquí y nos iremos. ¿Sí? —dijo acariciando mi mejilla, por lo que puse una de mis manos en la mano que me tocaba.

—Quiero parir aquí, Trunks —confesé acariciando mi barriga, en el futuro no habían muchos hospitales construidos, y quizás podía haber una falla o algo—. Y quiero que estés conmigo.

—Lo haré, ___. Quedate atenta a las noticias, y como ya te dije, adonde vaya mi madre, vas tú —lo abrazé tocando los cabellos de su nuca, me tranquilizaba mucho cuando estaba con Trunks. Es como un SPA humano—. No te hagas daño.

—Tú no te hagas daño —me contestó con una sonrisa. Luego se paró y lo imité, ambos fuimos al laboratorio de Bulma, donde luego nos despedimos y me quedé acompañando a mi suegra.

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El llano de Trunks bebé me hizo despertar, aunque él estaba en otra habitación y fuera de noche, de igual manera fuí a verlo.

El pequeño Trunks lloraba desconsoladamemte en busca de su madre, o de alguien, y como a mi me encanta pasar tiempo con él, aproveché la oportunidad.

Entré a la habitación del pequeño niño, por lo que los llanos se hicieron un poco más alto, y caminé lento hacia su cuna.

El pobre niño no se daba cuenta de mi presencia, asi que lo levanté con ambas manos y lo llevé a mi pecho. Lo acomodé poniendo su pequeña cabeza en unos de mis pechos, gran parte de su cuerpo lo sostenía mi barriga, y sus piernas rellenitas en el otro extremo.

Realmente me relajaba cuidar al pequeño Trunks, me ponía un poco felíz verlo así, relajado. Me imagino cómo será mi bebé, ¿Igual a mí? ¿Igual a su padre? Será una sorpresa.

Mi cuerpo simulaba ser una cuna, y el llanto del bebé se apagó poco a poco, ya que me movía como si fuese una silla mecedora.

Pronto, el bebé Trunks, se había dormido, y lo sostuve con una sola mano. Con la otra acaricié mi barriga, a mi hijo lo trataría de la misma forma.

—Serás una buena madre —giré sobre mi misma, encontrándome con Bulma en el marco de la puerta, apoyada.

—Muchas gracias, ¿No has dormido? —pregunté al ver sus ojeras, y sus párpados muy cerca de las pestañas.

—Trabajé durante toda la noche con los planos del doctor Maki —dijo entrando a la habitación, agarrando a Trunks y volviéndolo a poner en su cuna—. También deberías dormir, mañana visitaremos al templo temprano. Y verás a Trunks.