Narra Nina.
—Apuesto que la vendió en la feria —Río Matteo.
—¿¡Qué!? ¡No claro qué no! —Me exalte. Lo único que me faltaba es que Gastón creyera eso.
—Hey, tranquila. Solo era una broma
—Dijo Matteo riendo.
—Claro una broma —Imite una risa.
—¿Dónde esta? —Insistió Gastón.
—¿Donde está que?
—¡Mi chaqueta! —Dijo Fastidiado.
—Ah, claro —Dije —Espérenme aquí. —Dije cerrando la puerta detrás de mi espalda.
Alomejor es de mala educación no invitar a pasar dentro de tu casa. Pero no podía dejar que Gastón entrara ya que tenía cuadros de fotos en los qué salía él.
Subí rápidamente a mi habitación, debía entregarle la chaqueta si o sí, ya no tenía excusas ni oportunidades de escaparme de allí. Tomé la chaqueta y vi la mancha, qué esperaba qué por arte de magia no estuviera, pero ahí estaba.
Vi la foto encima de la cama. No pude resistirme e introduje la foto en el bolsillo de la chaqueta de Gastón.
—Espero a qué con esto me recuerdes —Susurre.
Baje las escaleras. Mi idea era pasarle rápidamente la chaqueta a Gastón, cosa qué él la tomaba entre sus manos y cerraba la puerta de inmediato, para no escuchar reclamos.
Abrí la puerta, allí estaban Matteo y Gastón esperando a qué devolviera la chaqueta.
—Bueno, aquí está —Le dije pasando la chaqueta a Gastón —Y Adiós —Finalice y cerré la puerta.
Voltee y me deslice en la puerta.
—¿Qué le pasa?—Escuché decir a Gastón a Matteo.
—Ni idea. —Le respondió Matteo—Vamos.
Me levante y vi por la ventana que ya se habían ido. Espero qué con esa foto cambié todo y Gastón me reconozca.
