Parte 36

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  El toque de comienzo de clases suena, pasan las horas y a la cuarta hora no has hecho otra cosa que dar vueltas y vueltas en tu cabeza sobre tu padre. Ves el cielo por la ventana, pero tus pensamientos te impiden ver el firmamento, imaginas todo lo que puede suceder estando con aquel hombre.
—Hola—. Tu trance se desvanece ante la voz de Nara, quien se haya parada frente a tu pupitre.
—¡Ah, Nara! Hola—. La verdad no te apetece nada conversar con la chica.
—Aamm...¿te pasa algo?
—¡No, no! Estoy un poco cansad@, es todo.
—Oh, bueno. Disculpa si te molesto, pero, ¿hablaste con Dahye?
—¿Dahye?— Ya ni siquiera recuerdas sobre qué conversaron ayer—. Sí. Dijo algo sobre...— Tratas de hacer memoria—. Lo siento, tengo muchas en la cabeza.
—Ah, vale, si quieres vuelvo más tarde...
—No, ahora te digo—. No quieres que ella vuelva a buscarte—. Dahye recuerda lo mismo que tú, estuvieron en el cuarto de su prima, mas no se acuerda de qué pasó. Dice que se siente incómoda a tu lado.
—Eso es muy notable—. La muchacha hace una cara triste—. ¿Qué debo hacer, TN?
Suspiras.
—No es mi intención ser groser@, pero no estoy pasando por un momento muy agradable que digamos.
—Vale, nos vemos entonces—. La joven se da media vuelta, dispuesta a irse, con la decepción en su semblante.
—¡Espera!— Tratas de pensar algo rápido—. ¿Y si te confiesas?
—¿¡Qué!?— La amiga de Dahye se sonroja.
—No, olvídalo, es demasiado arriesgado. Pensaré en algo más.
—N-no, quizás tengas razón, después de todo; no creo que el asunto se pueda poner peor de lo que ya está. ¿Cómo de-debería hacerlo?
—¿En serio crees ser capaz de decirlo? Justo ahora estás roja como un tomate.
Nara lleva sus manos a la cara.
—Y-yo...
—¿Qué tal si no lo haces de forma tan directa?— Tratas de tranquilizarla.
—¿Con una carta o algo así?
—¡Sí! Suena bien.
—Pero, ¡no creo ser capaz de dársela! Sería lo mejor si pudiera entregarla el día del concurso.
—¡Bien pensado! Si de verdad te da mucha pena, ¿qué te parece si le escondes la carta en un ramo y yo se lo entrego?
—¡Sí! Así lo aceptará, dile que es de un admirador.
—¡Ajá! ¿Qué tipo de flores te gustarían?
—Eh...no lo sé.
—Mira, ve hoy a mi florería, estaré esta tarde; así te ayudo a elegir las flores perfectas.
—¡Ay, muchas gracias!— Sonríes—. Bueno, ahora sí debo irme.
Nara se aleja, para permitirte volver a tu remolino mental.

GHOST (Imagina con Yuri/ Yuri y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora