Cap.6 Sótano

60 9 0
                                    

Me había ido al sótano, como dije antes, para mi, estar en la obscuridad era mi "lugar seguro", por lo que ahí me refugié, no tardaron demasiado los demás en entrar al sótano conmigo, pero yo solo buscaba arrinconarme.

- ¡Midori-chan! - Entraron los demás

- Déjenme sola... - sollocé

Se acercaron los cinco a mi rincón y se sentaron frente a mi, se veían angustiados, pero si en verdad me quisieran me dejarían libre. Quedamos en silencio un rato y lo único que se escuchaba eran mis sollozos, el que rompió el silencio fue Karamatsu.

- ¿Tan mal te hizo sentir? -

- ¡No soy nada más que un objeto o un perro para ustedes! Solo me tienen aquí porque quieren perder su estúpida virginidad, ¡yo aún quiero conservar la mía! - exclamé, no lo soportaba más, después de eso quedamos en silencio otra vez mientras me miraban llorar, y a los pocos minutos, una voz me hizo silenciar con miedo

- Estas exagerando Midori-chan, ni siquiera te penetré, ¿qué es un poco de mi semen en tu abdomen? - no podía verme a mí misma pero sé que estaba mirando aterrada al mayor de los sextillizos, mi reacción fue esconderme detrás de Jyushimatsu - Pareces una pequeña liebre que busca esconderse, pero estás en mi casa, y te dejamos en claro las reglas a seguir -

- Osomatsu...- Choromatsu fue interrumpido por su hermano mayor

- Fuimos claros con ella, pudo haberse controlado pero no lo hizo, ahora dejémosla sola si es lo que ella quiere, al menos en eso sí la podemos consentir - al ver que ninguno se movía se dirigió a la puerta del sótano y esperó un poco más pero nada - Bien, si no quieren salirse, pueden quedarse con ella el resto de la noche, idiotas -

Rápidamente los demás se levantaron para tratar de alcanzar la puerta pero no fueron tan rápidos, Osomatsu cerró la puerta como siempre, para mi era algo habitual pero entre ellos no, el de sudadera roja en verdad se veía molesto, parece que no tomó a bien el rechazo por parte de su "producto", aún así, algo llegó a mi mente, una idea brillante para poder escapar, podía separarlos coqueteándoles a cada uno y enamorarlos, así no me negarían salir si creen acepto que estoy aquí ahora por voluntad, en el fondo, agradecí a Osomatsu por haberme dado semejante idea indirectamente, llevaba un tiempo observándolos y analizaba quién podría caer primero.

Me escabullí entre la obscuridad para llegar a unas cajas, cuando se rindieron en tratar de abrir la puerta, cada uno tomó asiento nuevamente y trataron de buscarme pero yo procuraba no hacer ruido para que hablaran entre ellos creyendo que estaba dormida, así los podría escuchar con un poco más de naturalidad entre ellos y poder decidir con quién debería coquetear primero.

Pasó casi media hora según yo que comenzaron a hablar otra vez.

- Pues si Midori-chan no contesta, creo que ya ha de estar dormida, ¿como cuanto tiempo creen que ya haya pasado? - habló Choromatsu

- Apostaría una hora - respondió Karamatsu

- Maldito Osomatsu, está helando aquí abajo... cuando salgamos de aquí hay que darle una lección - Ichimatsu estaba molesto

- No puedo creer que Midori-chan no se haya enfermado ya viviendo aquí abajo... hemos estado tratándola muy mal, ¿no deberíamos comprarle un futon y más sábanas? En verdad hace frío aquí abajo - Todomatsu parecía buena opción para empezar

- Creo que tienes razón, una lady como ella soporta esto diario... es más fuerte de lo que pensábamos, ¿y si le damos ya una habitación mejor? No quisiera verla enferma - Karamatsu superó a Todomatsu en mi lista de consideración, aunque bueno, tenía que coquetear con todos pero tengo que intentar con uno primero, hacer que cada uno crea que lo prefiero, separarlos y lograr salir de aquí, y mi objeto de prueba y error va a ser el que me tenga más consideración primero.

- Aún se resiste a quedarse aquí, podría intentar escapar nuevamente y sabes que Osomatsu no duda nunca en golpearla y nosotros tampoco lo haremos si lo intenta otra vez - Choromatsu sonaba tan frío como su hermano mayor, pero luego suspiró - pero es cierto, este lugar la puede enfermar... hoy ni siquiera se secó el cabello después de ducharse otra vez, sin mencionar que se bañó con agua fría -

- ¿Se enfermará? - Jyushimatsu preguntó preocupado. Joder, había olvidado que mi cabello estaba húmedo, con razón hoy tenía más frío de lo usual, toda la parte de mi espalda estaba mojada ya por mi cabello que escurría aún agua, en verdad me iba a enfermar

- Esperemos que pase bien la noche para saberlo, en este momento no sabemos en qué parte del sótano se metió... creo que podría hacer algunos arreglos para también poder ponerle el grillete en la habitación que es para ella - y en mi mente le agradecí nuevamente a Osomatsu por encerrarlos, así se apiadarían más de mi

- Creo que sí hay que darle ya su habitación, Choromatsu, de inmediato hay que ir mañana a comprar las cosas para hacer las modificaciones necesarias - dijo Ichimatsu

- ¿Puedo decorar su habitación? - sonó Jyushimatsu entusiasmado

- Sí, pero... ¿alguien sabe qué es lo que le gustaría en una habitación? - preguntó Todomatsu intrigado, y con mucha razón, no les había dicho nunca de mis gustos en cuanto al diseño de interiores, y la verdad es que ahora que no tenía nada, cualquier cosa estaba bien para mi

- Será bajo nuestro propio criterio entonces, si le preguntamos sus gustos Osomatsu volverá a sacar ventaja de ello... te acompañaré my little Jyushimatsu a escoger cosas para su habitación -

- Momento, ¿no se va a oponer Osomatsu nii-san a considerar siquiera darle una habitación ahora? -

- Somos mayoría, podemos decirle que hablamos con ella y acordamos que podrá tener una habitación siempre y cuando no se le ocurra gritar o tratar de escapar -

- No creo que sea algo que logre convencerlo, Ichimatsu nii-san -

- Tranquilo Todomatsu, si le decimos que vamos a ponerle modificaciones para poder ponerle un grillete también en su habitación, no se va a poder negar, y como Ichimatsu dijo, le tenemos que dar una pequeña lección por habernos encerrado aquí abajo - dijo Choromatsu

Sentí el frío del sótano mientras juraría que mi cara ardía, en verdad me había enfermado, no resistí más tiempo despierta como para seguir escuchándolos hablar, y me quedé inconsciente por la fiebre.

MatsuSlaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora