Capitulo 20: "Dandole un poco de especio"

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PVO Alexander

No puedo sacarme de la mente aquella mirada, la mirada de la persona a la que mas quiero y de quien me ha estado ignorando por completo como si no existiera, desde hace varias semanas que ni siquiera la veía enserio me esta asustando se que ella ha estado muy ocupada en los últimos meses por ser lo que es, la chica mas inteligente y destacada de todo el instituto y por lo mismo quiero ayudarla. Pero cada vez que estoy a punto de acercarme a ella algo sucede que me lo impide.

Como ese día cuando la busque hasta en su trabajo y ella no estaba mi corazón se detuvo en un momento con la idea de que mi hermosa chica estaba en peligro, ya perdí a mi hermana y no quiero ni imaginarme que sucedería si llegase a perderla a ella. Ese si seria mi limite nunca volvería a ser el mismo, mas bien encontraría la manera de acompañarlas en el mas haya. A mi mente llegan esas palabras que ella me dijo cuando la llame. Eso fue como recibir miles de dagas en el corazón, un día la tenia a mi lado y me sonría con toda su ternura, para al día siguiente decirme que no quiere que la busque ni la vea mas.

Miles de cosas pasan por mi mente y entre ellas me imagino a Lion metiéndole cosas raras en la cabeza al fin de cuentas el a estado acercándose mucho a ella, demasiado para mis gustos quisiera golpearlo ahora mismo, pero lastima que no lo tengo aquí en frente. Pero no ella no es ese tipo de chicas la verdad es que no tengo la menor idea de que sucede por ella pero hoy planeo ir por ultima vez a su casa si veo que aun no me dice nada y me sigue ignorando tendré que irme y darle un poco de espacio. Lo cual no me causa mucha alegría, pero después de haber tenido una hermana uno entiende que ha veces darle espacio a las mujeres es lo mejor, eso si que cuando la vuelva a ver por nada del mundo la dejare ir ni aunque se haya enamorado de alguien mas, no me interesara si luego de que me valla y nos volvamos a ver me sigue haciendo lo que me hace ahorita la secuestrarle lo prometo.

Me levanto de un salto de la cama me coloco mis jeans y mi camiseta blanca con mi chaqueta de cuero negra.

- ¡Alexander!- llamado la enfurecida voz de mi hermana. Quien a pesar de estar muerta tiene un carácter de los mil demonios.

- Hermana que bueno que te veo- le digo con una sonrisa.

- Mira tu...- dice señalándome acusadora mente con una mirada fría.

- No me interesa lo que ventas a decir- digo seria parandome de mi cama con una mirada seria- Solo quiero que me digas ¿Que le pasa a mi preciosa y maravillosa Anabell?- digo cruzandome de brazos.

Mi hermana me mira extrañada sentándose en mi cama.

- ¿No lo sabes?- me pregunta incrédula con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

- No hermana no se lo que pasa y eso me tiene ya hasta el límite- le digo fastidiado intentando contener mi molestia- Así que ¿Podrías decírmelo tú?- la observo molesto.

Mi hermana me sonríe con una pizca de malicia, lo cual no me causa buena espina, cada vez que ella hacia eso cuando estaba viva es que planeaba algo de lo cual era mejor mantenerse alejados.

- Lo siento mucho enserio- me dice con un tono totalmente falso- Pero no te lo diré tendrás que descubrirlo tu mismo- me dice con una so risa burlona.

- ¿Y por qué no?- le pregunto culminando la con la mirada.

- Porque hace mucho hice una promesa y por ti he roto mucho esa promesa-

Ha veces mi hermana puede ser muy hipócrita lo cual me hace enojar mucho lo hice como si nunca antes me hubiese contado secretos que según ella eran incontables. Claro que a los únicos que le prestaba atención eran a los que tenían algo que ver con Anabell de resto no estaba interesado en saber nada.

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