Capítulo 35.

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- Estoy cansada – se quejo Pansy – Tenemos toda la mañana caminando, quiero volver a la playa – hizo un leve puchero
- Pansy por enésima vez – hablo Draco entre dientes – deja de quejarte y cierra la boca
- Tengo hambre – siguió Daphne, ignorando la advertencia de Draco – yo también estoy cansada
- Nosotras también – se escucho por parte Astoria y Ginny 
- y nosotros – dijeron los chicos por lo bajo, y los cuatros descendientes suspiraron, ese día dictaba ser un día largo.
- Cierren la boca – mascullo Draco de mal humor, mientras Theo optaba mejor por buscar la calma en la mano de Luna, sin decir palabras. – nadie los invito
- No seas grosero Draco Malfoy – lo regaño Hermione – tengo una idea, Harry lleva a los demás de regreso a la playa, y nosotros cuatro buscamos las perlas mientras ustedes preparan algo de comer. – Dijo ella dictando ser la voz de la razón - ¿todos de acuerdo? – todos asintieron, muy bien aparezcan allí. – el grupo desapareció.
- ¡Gracias a Merlín!
- Draco – Hermione le lanzo una mirada de advertencia y Theo soltó unas risotadas
- Déjalo Mione, Draco tiene razón, nos estaban volviendo locos.
- Theo – advirtió Luna – los hunkipuis estaban a su alrededor, esa era la razón de su irritación. – Nadie entendió pero todos rieron.
- sigamos caminando. – Theo y Luna siguieron adelante marcando  el sendero y cuando Hermione les iba a seguir Draco la tomo del codo la hizo girar, y la beso, la beso tierno y lento, un beso que trasmitía todo eso que ellos sentían, todo lo que las palabras no expresaban, se besaron hasta que sintieron la necesidad de respirar, eso y que Theo se aclaró la garganta.
- Deja de tragarte a mi hermana por favor – dijo con una mueca de asco y Draco solo sonrió con suficiencia arqueando una de sus cejas.
- ¡Oye! – Protesto Hermione- tú te tragas a Luna y yo no digo nada – soltó unas pequeñas carcajadas, secundadas por unas risitas de Luna, Entonces se escucho una especie de roce, como de algo enorme arrastrándose entre el follaje, y el brazalete cambio a verde inmediatamente, Hermione lo supo incluso antes de verlo, tendrían que pelear para conseguir esas perlas.
-No hagan… movimientos… bruscos  - dijo Hermione en susurro como si su vida dependiera de ello—. Muuuy despacio, dense la vuelta. – le hablo a todos, el primero en darse la vuelta fue Draco, seguidos de Theo y Luna quedando todos, alineados en posición defensiva, y pudieron ver, una cosa del tamaño de un paquidermo deslizándose entre las sombras de los árboles. La criatura emitía un potente silbido y su mitad delantera se retorcía en todas direcciones, cuando se dejo ver completamente, ellos pudieron apreciar que tenía múltiples cuellos, siete para ser exactos, cada uno rematado con una sibilante cabeza de reptil Theo inmediatamente supo a que se enfrentaban.

- Es una hidra  - advirtió Theo mientras se aferraba a la mano de Luna

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- Es una hidra  - advirtió Theo mientras se aferraba a la mano de Luna.
La bestia tenía la piel curtida y debajo de uno de sus cuellos lucía una especie de tocado babero, con las dos perlas brillando en medio rodeado de lo que parecían ser diamantes.
- Por qué tienen que estar usándolas – se quejo Hermione, en referencia a las perlas.
- Perséfone no se la pone fácil a sus amantes. – la secundo Luna.
- Genial – soltó Draco - ¿Cómo la matamos?
- Se está acercando – dijo Theo y todos lo miraron con una cara que decía claramente “en serio no lo habíamos notado” – Oh quiten esa cara.
La hidra estaba a menos de un metro. Parecía husmear el terreno y los árboles como si buscara algo, la hidra estaba claramente siguiendo su rastro.  Ellos seguían paralizados, no sabían qué hacer, ¿cómo librarse de esa “cosa”? les palpitaba el corazón a todo lo que daba, y la mente de Hermione trabajaba a mil por hora, repasando todo lo que había leído de mitología griega en los últimos meses, no podían dejar que esa cosa se acercara ni remotamente a la playa donde estaban sus amigos… La hidra era impresionante de ver, cada cabeza tenía forma de diamante, como las serpientes de cascabel, pero en la boca contaba con una doble hilera de dientes de tiburón. Luna estaba temblando y dio un paso atrás cuando la una de las cabezas de la bestia pareció oler algo en particular y partió sin querer una ramita. Al instante, las siete cabezas se volvieron silbando hacia ellos.
-¡Dispérsense! - gritó Theo, y se lanzó hacia la derecha dándole un empujón a Luna para quitarla del camino de la bestia que se acercaba.
Mientras que Draco y Hermione rodaron hacia la izquierda. Una cabeza de la hidra escupió un chorro de líquido verde que pasó junto al hombro de Draco y acabó rociando un árbol. El tronco empezó a echar humo y desintegrarse. El árbol entero se venía abajo sobre Luna, quien con el empujón de Theo había rodado unos dos metros de él.
- ¡Luna! - Grito Hermione, corriendo hacia ella y empujándola con toda su fuerza logrando derribarla justo cuando la hidra se lanzaba sobre ella. El árbol se desplomó con estrépito sobre dos cabezas. La bestia retrocedió dando tumbos, liberó de un tirón sus cabezas atrapadas y gimió enfurecida. Le escupió ácido al árbol con las siete cabezas a la vez, y el tronco se disolvió hasta convertirse en un humeante charco de desperdicios.
- ¡Muévanse! - le dijo Draco a Luna y Hermione. Draco saco una espada de la mochila que les había dado Zac con la esperanza de desviar la atención del monstruo.
Y funcionó, la visión del bronce resultó odiosa para el monstruo. En cuanto apareció la hoja resplandeciente de la espada, la hidra se abalanzó hacia ella con todas sus cabezas, silbando y mostrando los dientes. La buena noticia era que las chicas estaban fuera de peligro por el momento. La mala era que Draco estaba a punto de disolverse en un charco de materia viscosa. Una cabeza hizo amago de morderlo. Y  sin pensarlo, Draco enarboló la espada…
-¡No!  - aulló Hermione.
Demasiado tarde.  Draco rebanó limpiamente la cabeza, que rodó sobre la hierba y dejó en su lugar un bulto palpitante, un bulto que enseguida dejó de sangrar y empezó a deshincharse como un balón. Y en cuestión de segundos, el cuello cercenado se ramificó en otros dos y cada uno creció hasta convertirse en una nueva cabeza. Ahora tenían ante ellos   una hidra de ocho cabezas.
- ¡Draco!  - Lo regañó Theo - ¡ahora tardaremos más en vencerla! ¡Y ya es hora de almorzar! 
Draco Esquivó otro chorro de ácido, logrando otra cabeza cercenada 
- ¡Deja de cortar cabezas! – Grito nuevamente Theo
-¿Estuve a punto de morir, y que corte otra cabeza es lo único que te preocupa? ¿Cómo podemos acabar con ella?
-Sí, ahora son 9 jodidas cabezas – Gritó – ¡podemos acabarla con fuego! ¡Hermione necesitamos fuego!
En cuanto lo dijo, Hermione recordó la historia. Las cabezas de la hidra sólo dejarían de multiplicarse si se quemaban los bultos antes de que volvieran a crecer. Eso, era lo que Hércules había hecho.
Hermione se movió hacia Draco, pero antes de que pudiera hacer o decir algo, una de las  cabezas se abalanzó de lado sobre ella y la derribó en el lodo.
-¡Hey tu! ¡Bicho feo! ¡No lastimes a mis amigos! - Grito Luna y le se lanzó un rayo  azulado congelando una de sus cabezas, la bestia gruño enfurecida.
-¡No puedo detenerlas por mucho tiempo! – grito Luna lanzándole otro rayo. - ¡Hermione rápido!
-¡Retrocedan! – ordeno Hermione y ellos obedecieron retrocediendo poco a poco, esquivando chorros de ácido que le enviaban las cabezas.
Hermione, lanzo una bola de fuego hacia la criatura y esta lanzo unos, chillidos de dolor mientras retrocedía,, otra bola de fuego, y otra más.
- Fuego a discreción, capitán. – le grito Draco en son de broma. – Y ella le dedico una sonrisa arrogante antes de gritarle
- ¡Al suelo!  -
¡¡BUUUUUM!! Una última y enorme bola de fuego, acompañada con un potente rayo eléctrico impacto contra la bestia, la bola de fuego más grande que Hermione había creado, ligado con el rayo eléctrico hicieron que la hidra  explotara, mojándolos  con una repulsiva baba verde, como suele ocurrir con las vísceras de los monstruos.
- ¡Qué asqueroso! - gritó Draco
- ¡Fue genial! – la felicito Luna
- ¡asqueroso! – soltó Theo
- Yo les dije que se echaran la suelo – Hermione se encogió los hombros – también podrían haber levantado sus escudos – ella también estaba cubierta por la baba viscosa - ¿Dónde quedaron las perlas?  - pregunto
- Allá – señalo Theo una de las ramas de un árbol donde, estaba colgado el tocado babero.
- Ustedes lo bajan – señalo a Draco y Theo, y se sentó en el suelo. – Ven Lunita siéntate conmigo.
Media hora después Theo y Draco aun intentaban subir al árbol sin ningún éxito de hecho, era una escena bastante graciosa de ver, ya que, Draco estaba parado sobre los hombros de Theo, al mejor estilo Muggle.
- ¿Crees que saben que pueden atraerlo con magia? – preguntó bajito Luna a Hermione
-No creo – rio Hermione
- ¿le decimos?
- Definitivamente no. – bumm en ese momento  cayeron uno encima del otro
- ¡Estás jodidamente gordo! – masculló Theo
- ¡y tu eres jodidamente débil!, ¡vamos párate hay que alcanzarlo! – lo jaló Draco
- ¡No te cargare pesas como un demonio!
- ¡Deja de quejarte!
- ¡Cárgame tu a mí! – lo retó Theo 
- Ni hablar yo soy más alto…
Mientras ellos estaban en su discusión sobre quien debía cargar a quien, ninguno noto el momento en el que una enredadera pasó por sus pies y se fue envolviendo alrededor del gran árbol donde estaba el tocado, y siguió creciendo hasta alanzarlo, luego creció aun mas hasta que el tocado llego a las manos de Hermione.
- Ya te dije Draco estas comiendo muchas ranas de chocolate ya hasta se te ve pansa.
- ¡Qué no estoy gordo!
- Estas G-O-R-D-O – se burlo Theo
- Hey ustedes dos Vámonos, no sigamos perdiendo el tiempo aquí.
- ¿y las perlas? – preguntaron ambos al unisonó. Hermione solo levanto sus manos dejándoles ver las dos perlas color aquua.
-¿Cómo…?
- Tenían una hora intentando. ¿Sabían que podían atraerlo con un simple ACCIO?
- No lo pensamos – reconoció Theo
- eso es evidente amor  - Luna sonrió
-Volvamos a la playa – dijo Hermione antes de tomar la mano de Draco
- ¿Nos aparecemos? – pregunto Theo
- OBVIO. – respondieron los tres al unisonó.
Ellos se tomaron las manos y luego una sensación de fuerte presión en todo el cuerpo, un retorcijón en el ombligo y aparecieron frente a cristalina playa, donde sus amigos habían montado todo un campamento, y ellos se encontraban jugando en las cristalinas aguas. Los cuatro chicos suspiraron y se tumbaron en la arena.
Media hora más tarde, seguían tumbados en la arena, pero con todos sus “acompañantes” mientras comían y trazaban un plan sobre la que sería su siguiente parada, de un momento a otro, los ojos de Theo cambiaron a Dorado intenso, lo que significaba solo una cosa, Theo estaba teniendo una visión, él había aprendido a controlar sus visiones y había aprendido que podía monitorear el futuro, (aunque solo lo había intentado con partidos de Quidditch cuando apostaba con los gemelos), también  había descubierto que muchas veces sus visiones no eran subjetivas, ni mucho menos era el futuro, muchas veces sus visiones, eran momentos que ocurrían en el presente y de un modo u otro el lograba colarse en esos momentos. Ese parecía ser uno de esos momentos del presente.
Theo pudo ver claramente como Zac De La Rue, entraba recóndito bar en Hogsmeade, el cabeza de puerco era conocido por no ser precisamente uno de esos lugares donde te tomas una cerveza de mantequilla con tus amigos.  Zac De La Rue entró al bar y se sentó en una de las mesas del fondo, se le notaba nervioso miraba a ambos lados, tamborileaba los dedos en la mesa, y movía una pierna constantemente,  hasta que una figura encapuchada entró y se sentó en la mesa frente a él. Theo pudo escuchar claramente cuando la figura encapuchada pregunto con voz rasposa y probablemente fingida.
- ¿dónde está ella?
- En busca de las perlas de Perséfone para salir del inframundo – respondió Zac escuetamente
- ¡Joder! ¡La enviaste a los dominios de Hades.!¡Yo la necesito viva! - dijo con voz estridente
- Yo... - tartamudeo el chico - Joder, hades tiene a sus padres – dijo finalmente
- Idiota a sus padres los mato una furia, si ella muere no en manos de hades la profecía no se cumplirá, ella no debe morir, ella será mía, o morirá en mis manos… -
Y allí la visión de Theo termina… sus ojos volvieron a ser de un Ambar intenso mientras todos estaban en silencio observándolo.

-¿Cuánto tiempo? – pregunto simplemente - Unos minutos, ¿Qué viste? Theodore Nott les conto toda la visión

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-¿Cuánto tiempo? – pregunto simplemente
- Unos minutos, ¿Qué viste?
Theodore Nott les conto toda la visión. Dejando estupefactos a sus amigos, y muy preocupados a Hermione y Draco, eso era malo, aunque no todo es lo que parezca ser, Zac los había ayudado, y Draco pudo ver la visión en la mente de Theo, pudo distinguir el deje de preocupación por Hermione, pero  ¿Podría Zac conocer al descendiente de hades?
– será mejor continuar. ¿Próxima parada Hermione? – dijo Blaise tratando de desviar la atención de la conversación, si bien a él no le gustaba Zac De La Rue, no podía evitar sentirse traicionado.
- China – dijo simplemente Hermione.

"El destino de la Elegida y Sus Guardianes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora