Capitulo 1

464 9 0
                                    

Muy bien, Sara, descríbeme la primera vez que intimaste con Rick, detalladamente, por favor. Hasta el último gemido es importante. _____ Samuels se colocó la libreta en el regazo, presionó el botón de la grabadora y se reclinó en su asiento dispuesta a escuchar. Uno de sus perros, Spud, tan relajado como _____ nerviosa, se movió a su lado, intentando acomodarse para echar una cabezada. -¿Has dicho la primera vez que intimamos? - bromeó Sara-. Supongo que te refieres a la primera vez que nos acostamos. _____, si piensas escribir sobre sexo, tendrás que decirlo así -Sara hundió una galleta en la crema que _____ había añadido a la fuente de galletas. -Me estoy acostumbrando, ¿vale? He dicho gemido, ¿qué más quieres? -Algo más, cariño. _____ apagó la grabadora, desconcertada por el desafio al que se estaba enfrentando. Había pasado de escribir una columna sobre la vida nocturna en la ciudad a convertirse en la responsable de una columna de sexo prácticamente de la noche a la mañana. Bueno, de un número a otro, mejor dicho. _____ no tenía demasiada experiencia en el sexo y, mucho menos, en escribir sobre él.Y allí era donde su hipersexual amiga Sara podía intervenir; en el caso de que realmente se decidiera a colaborar. -Saldrá bien, no te preocupes -dijo _____ con firmeza. No iba a decepcionar a sus lectoras. Ella cuidaba su columna, a la que titulaba En la ciudad. En ella, firmando como Em Samuels, informaba sobre todo tipo de acontecimientos sociales, analizando cada detalle con toda la frescura y el ingenio de los que era capaz. Aquella columna era su ventana al mundo y la hacía sentirse valiosa y viva. El dinero le importaba también, pero no tanto como disfrutar de su trabajo. -Entonces, háblame de Rick y de esa primera vez -dijo, cambiando de postura y haciendo gemir a Spud en medio de su sueño-. ¿Ocurrió en vuestra primera cita? ¿Lo sugirió él o lo sugeriste tú? ¿Tuvisteis que forzar de alguna forma la situación o, sencillamente, sucedió? -¿Quieres decir que si de pronto la ropa desapareció, aparecieron los preservativos y nuestros cuerpos se fundieron como por arte de magia? -Sara sonrió. Le había dicho a _____ en más de una ocasión que era demasiado soñadora-. El sexo no tiene por qué ser forzosamente bonito y delicado. La gente se mueve, tiembla, se tambalea. Las cremalleras suenan -continuó-, los preservativos vuelan sobre la cama. Los cuerpos sudan y chirrían... Pero si tienes una buena predisposición, todo el mundo acaba pasándolo bien. -A mí no me gustan esos aspectos tan sórdidos del sexo. -Lo que a ti no te gustaba era el sexo con Blaine. -Nuestras relaciones sexuales eran de lo más correctas. -«Correcto» y «sexo» son dos palabras que no pueden aparecer en la misma frase. Sara nunca había ocultado lo poco que le gustaba Blaine, aunque no había salido de su boca un solo «te lo advertí». Sara podía ser una mujer de ideas firmes, pero era también una amiga leal.

Mentiras y sexo -Harry y _____- (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora