XXIV

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No pasaba una noche en la que Lucy no se sintiera miserable.

Se quedaba recostada en su cama con la vista fija en el techo, preguntándose el porqué de todo. ¿Por qué Ann había reaccionado de aquella forma? ¿Por qué las cosas habían cambiado tanto? ¿Por qué cada día le dolía el simple hecho de ver a la castaña al rostro? ¿Por qué ella se sentía así? Sentirse tan miserable por el simple hecho de amar a alguien.

Los recuerdos de aquel día no paraban de repetirse una y otra vez en su cabeza. Ella no quería recordar nada de eso. Sentía que había sido el mayor error de su vida y que nunca debió de haberlo hecho.

Y lloraba. Lloraba todas las noches por Ann.

Porque no solo había perdido su amor, sino también una amiga.

Ser como tú (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora