XXIII

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Ya había pasado un tiempo desde aquel viaje, y, como se había previsto, ambas chicas actuaban de manera distinta.

Ann se había vuelto solitaria desde aquel entonces, como solía ser antes de la llegada de Lucy. La castaña se quedaba en un rincón del salón o bien pasaba los descansos en la biblioteca.

Lucy, por su parte, estaba rodeada de compañeros. Aquellos que no se le acercaban debido a la presencia de Ann, se volvieron simpáticos con la rubia. Así que por fuera, por lo menos, podía aparentar que estaba bien.

Aunque en realidad por dentro estuviera completamente destrozada.

Ser como tú (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora