Capitulo 3: Frontera de cristal

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Con todos aquellos divagues nocturnos al ver la majestuosa bóveda celeste llena de estrellas y la hermosa luna termine durmiendo aproximadamente a las 10 pm. despertando al rededor de las 6 am. cuando escuche las campanadas de la iglesia ubicada en la plaza central.

-Finalmente sirve de algo esa iglesia- mencione debido a que me aleje de la religión desde los 12 años al pensar claramente en todo y notar que ninguna deidad existe pues de ser así no me encontraría hoy despertando en una banca en este parque; pero bueno, de cualquier forma no existe ningún "final feliz" puesto que de una u otra forma nadie es completamente feliz, irónicamente nadie a excepción de mi puede estar completamente triste.

Una vez recogidas mis cosas procedí a continuar con mi larga travesía, por fin había pasado una noche fuera de mi casa y lejos de mi padre, la fuente de mis problemas. Ignorando por un momento mi  camino hacia el sur decidí reunir un poco de dinero llegando a una de las plazas medianamente alejada de mi casa y también una de las mas concurrida para pedir dinero dando la escusa que era para mis estudios consiguiendo así 50 dolares con lo que pude conseguir un poco de comida; la gente es muy ingenua y fácil de engañar por lo que todo resulto como esperaba.

Dadas las 9 pm había por fin llegado al borde de la ciudad y solo restaba una ultima cosa...

-Si tan solo pudiera evitar a los guardias por fin seria libre...- susurre sentándome en la acera, al no ser mayor de edad aun era imposible para mi salir de la ciudad sin la previa autorización de mis padres o la compañía de un adulto.

-¡Hey niño!- una voz me hablo provocando una sensación de escalofrió junto al miedo de ser descubierto notando después a un vagabundo acercándose a mi.

-¿Q-que pasa señor?- mencione temeroso, mientras este se continuaba acercando a mi; sabia perfectamente que si el planeaba robarme o hacer algo podría fácilmente usar mi cuchillo pero de cualquier forma el miedo me paralizo con constantes preguntas en mi mente: "¿que pasaría si viene acompañado? ¿que pasaría si este posee un arma? ¿que es lo que querrá de mi?"

-Puedo notar por tu mirada que tu también quieres salir de aquí, ¿no es así?- menciono aquel hombre sentándose a mi lado, su aspecto sucio daba una muy mala espina sin embargo pude notar fácilmente que no era igual a lo que parecía, por lo que pude ver en el tendría una edad de 25 años aproximadamente y su ropa no era lo suficientemente desgastada como la de un pordiosero ademas que parecía estar bien preparado para un viaje y llevaba consigo una mochila igual de desgastada que su aspecto.

-A-así es señor... estoy harto de mi realidad... me he perdido a mi mismo y solo quiero huir de todo- mencione afirmando su comentario; obviamente no le conocía pero el solo convivir un par de segundos con el me inspiraba confianza, al menos mas que cualquier persona hasta el momento lo que de verdad era triste jajaja.

-Vaya... me recuerdas a mi a tu edad- menciono aquel hombre sonriendo para después añadir:

-Aproximadamente a tu edad, al rededor de mis 15 años llegó el punto en que todo me aburría y sentía que nada tenia sentido, nací en una familia cubierta de dinero y gloria pero eso era aburrido, es estúpido vivir teniendo la vida resuelta y con la facilidad de pasar toda tu existencia en un sillón mientras una serie de imbéciles te llevan todo a las manos; así que finalmente un día decidí tomar una mochila, comprar algunas cosas y simplemente huir de esa realidad, si iba a vivir quería hacerlo a mi manera y luchar por ello... y... ya ves, ahora estoy aquí deseando tener un poco de dinero para salir de este lugar y seguir adelante- 

-Vaya.. eso es muy inspirador jajaja- comente soltando una pequeña risa para después recibir una dura pregunta que me haría decaer

-Ahora dime, ¿que te hizo querer escapar?-

-Pues... sinceramente es difícil para mi hablar, tengo 16 años y deseo dejar de existir, he vivido durante todo ese tiempo teniendo que soportar a mi padre, mi hermano se fue de la casa cuando yo tenia 10 años y desde entonces me quede sin mi único apoyo puesto que las constantes peleas entre nuestros padres me afectaban demasiado hasta aquel fatídico día a los 12 años cuando mi madre murió asesinada por mi padre...-

-¿Y por que no fuiste capaz de decir nada?-

-Mi padre me tuvo amenazado con que si decía cualquier cosa yo también tendría el mismo destino y desde entonces he vivido bajo su sombra y teniendo que soportar toda clase de maltratos... hasta que no pude soportarlo y decidí escapar de esa misera realidad-

-Vaya... ¿y por que no simplemente sales de aquí?-

-Porque de cualquier forma aunque tengo el dinero mientras no me acompañe algún mayor de edad no puedo salir-

-Es irónico, tu tienes el dinero pero no la edad, yo la edad pero no el dinero-

-¿Que insinúas?-

-Que yo te ayudaré a salir, pero a cambio tu me ayudaras a mi, ¿trato hecho?- pregunto aquel hombre levantándose y ofreciéndome su mano tomándola y mencionando una simple palabra:

-Acepto-

Sin decir información de mas tanto el como yo salimos de la ciudad bajo la escusa de ser hermanos e ir a acampar sin embargo tras esto nos separamos intercambiando solo unas cuantas palabras:

-Bueno chico, es hora de que me vaya-

-¿A donde va?-

-A donde quiera que me lleve el destino, por cierto, mi nombre es Jonathan, por si acaso nos volvemos a ver jajaja-

-Esta bien joven Jonathan, yo también quisiera encontrarnos de nuevo, de verdad le agradezco bastante el haberme ayudado-

-No tienes que agradecer, el destino nos quiso ayudar y eso es todo amigo-

-Por cierto... yo soy Denial, Denial Zephyr-

-Bueno Denial, mi destino me espera así que no puedo quedarme mas aquí, espero consigas lo que buscas y algún día nos reencontremos- dicho esto Jonathan partió hacia el este mientras que yo seguí mi camino hacia el sur.

Pasados dos días encontré un pequeño poblado en donde fui bien recibido y revisado por el doctor de este mismo; ahí pude descansar a la perfección para así continuar mi camino al día siguiente.

Podría decir que el destino estaba de mi lado por una única vez  sin embargo nada es perfecto. Tras un par de horas caminando mi misión llego hasta su fin, solo pude encontrar un gran muro, una frontera hecha de cristal, tan larga como el horizonte y de al menos 3 metros de alto; el cristal era grueso por lo que el arriesgarme a lastimarme intentando romperlo no era opción y mucho menos pasar por arriba puesto que pude notar un filo bastante delgado cubriendo la parte mas alta de este mismo.

El destino nuevamente se burló en mi cara, tal vez mi única opción es rendirme y regresar...

¿¿Quieres dibujar conmigo?? (Historia Abandonada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora