CINCO

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- Taehyung -

Desperté con un horrible dolor de cabeza, no se cuanto termine tomando anoche, por cosas como estas no salía, no bebía, no iba a fiestas, pero no, tenía que ir y hacer todo lo contrario, maldita sea. Al menos Jimin tuvo la decencia de dejarme en mi cama, lo habría asesinado si me hubiese dejado en el sofá o en el piso, conociéndolo.

¿Que paso ayer con ese hombre? He de admitir que me dejo bastante mal, incluso termine creo que, si termine vomitando en el baño, no de asco pero si de tanto revuelo que causo en mi interior, todo me daba vueltas, es solo que ese beso, fue excitante y al mismo tiempo hermoso, me causo tantas cosas, placer, emoción, gusto, fascinación por todo el, pero así de la nada cuando me besaba se fue, me vio con susto y yo solo me quede ahí, minutos tal vez, pensando que pude haber hecho que le hizo huir.

Porque si, luego de moverme del pasillo calmando un poco mi corazón y mi estómago, fui de nuevo a la pista a buscarlo, pero no lo encontré, ni siquiera con el joven que le acompañaba. Me sentí desesperado, así que me fui a la barra y desperdicié mi tiempo tomando. Tome hasta estar tan ebrio que mi pudor y mi timidez se fueron de vacaciones, para entonces bailaba con un montón de personas distintas, mientras me manoseaban o yo a ellos. Y luego de ahí nada, amanecí en casa. Bendito seas Jimin porque me daba más pavor terminar en una bañera con hielos y sin algún órgano.

Mis orbes se exaltaron cuando vi el reloj, era tarde, ya casi era medio día y yo seguía en cama, ¡¡¡Maldición!!!! Me levante con rapidez y tome una ducha corta, hoy no iba a ser mi día, no había hecho mi yoga en la mañana, ni había ido por mi café, no hice nada de lo que siempre hago, eso me ponía de malas y para colmo tenía un mensaje del trabajo diciéndome que debía ir con urgencia al estudio porque había que hacer las correcciones del diseño hoy mismo, si era verdad, es Viernes y solo queda el sábado y domingo para imprimir y distribuir la revista que sale a la venta puntualmente cada inicio de mes.

Salí pronto del apartamento, con mi enorme portafolio donde llevaba pruebas de impresión y un montón de carpetas donde tenía separado en cada una el contenido de la revista. Solo pude correr todo lo que pude hasta tomar el suburbano que me dejaba a dos cuadras de la editorial.

Llegue lo más rápido posible y ya mi jefa me esperaba en mi área para checar el trabajo, ella era una buena mujer, pero cuando se trata de trabajo puede ser bastante exigente. Me acomode un poco el cabello que lo traía todo revuelto por la carrera. Nos sentamos junto con otros compañeros que trabajan conmigo a discutir y revisar los errores a cambiar. Nos pidió que todo debía estar listo para antes de las dos de la tarde.

Bueno no pude quejarme, si me hubiera levantado temprano, habría llegado temprano y hubiera terminado temprano, ahora tenía toda la maldita presión encima, pero bueno así era el trabajo. Como a eso del diez para los dos, acabe de hacer las correcciones que me pidió, sobre todo de una entrevista que tenía demasiado contenido y la sección que le correspondía era muy pequeña, tenía que modificar algunos textos y resumirlos de la mejor manera posible, también cambiar el diseño de la portada porque no le había gustado de último momento, ya saben todo de "último momento".

Le entregue todo el trabajo como quería mientras me dejaba caer pesadamente sobre mi silla, estaba muerto de hambre, tenía síndrome de abstinencia porque no había tomado café hoy y el dolor de cabeza aun lo traía encima. Que día tan genial.

Me despedí de todos mis compañeros, eran solo otros tres diseñadores más, mientras guardaba el trabajo para la siguiente semana que ya tendría que avanzar en este fin de semana. Ya más calmado entre a un restaurante y devoré mi almuerzo, no tenía las ganas ni quise hacer el esfuerzo de llegar a mi casa a cocinar. Al terminar de comer fui a la cafetería por mi bebida de siempre, aun tenia espacio para disfrutar de mi adorado café. Entre al lugar y había un numero regular de personas dentro, en realidad no le preste demasiada atención porque de inmediato salude a Jin mientras me acercaba a la recepción.

- ¡Hola Tae! pensé que no vendrías hoy ¿que paso? no pasaste temprano hoy - le entregue el dinero de lo que sería por el café.

- Si ni lo digas...se me hizo tarde y bueno no ha sido un buen día, tuve mucho trabajo, no pude hacer nada más que correr a bañarme para salir de prisa al trabajo, tampoco tuve tiempo de desayunar y para acabar tengo un dolor de cabeza que me persigue desde la mañana, todo es culpa de Jimin - solo se río de mi desgracia pero luego me vio con cierta pena

- Ese niño por cierto ¿sigue trabajando contigo? - se fue a preparar mi café, me quede viendo como lo preparaba, unos minutos más tarde me lo entrego.

- Si aún sigue ahí, hoy no le vi, me dijeron que tuvo que ir a un estudio a hacer una sesión de fotos y ayer ya no sé qué paso, solo diré que termine demasiado ebrio - me vio y sonrío

- Bueno Tae cuídate mucho si - su vista se posó en la persona que estaba detrás de mí, era un cliente así que solo me despedí y fui caminando hasta llegar a casa.

Llegué a casa con la sensación de cansancio recorriendo todo mi cuerpo, me recosté en el sofá mientras disfrutaba de mi café. Pensando de nuevo en sus labios, se me ocurrió la idea de ir de nuevo hoy al club, porque mi mente no importa si lo negaba estaba deseando verlo de nuevo.

Deje que pasara la noche, Jimin me llamo en la tarde para saber cómo me encontraba, solo hablamos poco tiempo, le pregunte si hoy iría al club, pero me dijo que no, porque saldría a una cita con cierto rubio hyung.

Tendría que ir solo, pero no creo que haya ningún problema, solo tendría en consideración no tomar más de dos copas a lo mucho para poder regresar integro a mi casa. Me cambie de ropa luego de darme una ducha, hasta apenas me había dado cuenta lo que había usado desde la mañana, estaba bien que no me arreglara mucho, pero ver todo mi conjunto del día me dio algo de vergüenza.

Busque algo más provocativo, nunca enseñaba nada de piel, pero ahora quería hacerlo, me arregle más que como nunca lo hago. Me puse un pantalón blanco entallado a mi cuerpo, una playera que dejaba a la vista mis clavículas y un saco ajustado a mi cuerpo, peine mi cabello y delinee de color café mis ojos para darle un toque más natural, no me maquillaba desde que salí de la preparatoria. Pero aun recordaba cómo hacerlo. Tome mi cartera y las llaves mientras salía rumbo al club.

Al llegar aun no lo veía por ningún lado, me quede inspeccionado a cada persona del lugar, sentado con mi bebida en mano, mientras pensaba en que debía estar atento a cualquier indicio de él, tal vez se cambiaría el color de cabello o algo por el estilo. Pero mientras más transcurría la noche, más me desesperaba, hasta que al fin le vi llegar, tan imponente, tan elegante, esperaba que me mirara, pero no, no lo hizo paso de largo hasta la mesa de la noche anterior y como moscas las chicas se aglomeraron a su alrededor.

Solo le miraba desde mi lugar, ya no estaba tomando, solo le miraba con mucha atención, le vi levantarse junto con una chica pelirroja, con un cuerpo espectacular, salieron ambos muy juntos del club, la tomaba de la cintura mientras susurraba algo en su oído, ella solo reía.

Creo que en ese momento comprendí que no era perfecto, que no podía ser nada para el que un estúpido al que beso y ya. No tendría nada de significado en su vida, sin quererlo, algo se terminó quebrando en mi interior. Como si fuera un embrujo me aferre con más ganas a él.

Salí bastante decepcionado del club, no tenía ganas de quedarme más tiempo, no por hoy, solo quería llegar a casa y descansar de este horrible día.

Así paso los siguientes dos meses, todos los días, incluyendo fines de semana, iba a ese club del infierno, lo miraba llegar, coquetear con una chica distinta, bailaba y se la llevaba, siempre era lo mismo. Pero llego un punto donde me aburría de solo observarle, entonces también terminaba bailando con cualquiera y de un momento a otro terminaba en alguna cama ajena.

Mi vida había cambio demasiado desde aquel día en que le vi, en que probé sus labios y nunca más me dejo libre la sensación de querer tenerlo de nuevo, aunque fueran solo unos minutos. Toda mi vida llena de rutina cambio a tal punto de convertirse en lo que era ahora, una vida dedicada a ese desconocido.

Al menos podía decir que mi trabajo no se veía afectado con lo que pasaba con mi vida personal. Mi trabajo lograba mantenerme alejado de esa necesidad y desesperación que sentía por ese hombre de cabellos negros.

Despertaba tarde, iba a mi trabajo y dejaba caer la noche para regresar a ese lugar, ni siquiera sabía porque seguía yendo, tal vez aun tenía la patética esperanza de que me viera de nuevo, pero no pasaba. Siempre le iba irse con una chica y era la rutina de cada noche.

Hábitos y Obsesión- BTS (VHOPE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora