23-El lado bueno de Beeza

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Los últimos días solo hubo desapariciones en el pequeño grupo. Desde Lil' Bits hasta Dommie. Quienes quedaban eran Hater, Ripov, Harper y James. Dos de allí no tenían que desaparecer.

Caminaban en busca de sus compañeros, tenían que encontrarlos, no podían estar lejos. Beeza los observaba desde la copa de un árbol. Ahora debía llevarse al siguiente. A Hater. Los siguió con la mirada. Que fuera de noche le ayudaría y mucho. Bajó guardando un completo silencio. Se acercó a ellas, caminando a una distancia razonable de estos. Pero al parecer no se dio cuenta de que había una rama en su camino, pisandola en el acto. Cerró los ojos y se escondió detrás de un árbol. Hater ordenó que aceleraran el paso. Harper suspiró, llevaba a James en brazos ya que al ser un niño no iría a la misma velocidad que ellos.

Hater esperó unos momentos, vigilando que nadie los siguiera. Resignado, dio la vuelta y continuó caminando. Beeza aprovechó y con su poder lo atrapó de la pierna, haciéndolo caer. Las demás quisieron ayudarlo pero él les dijo que corrieran y sin más fue arrastrado a quien sabe donde. Las otras dos corrieron. Después de un buen rato huyendo se detuvieron al lado de un lago. Harper se sentó y James se recostó en sus piernas. La otra chica los miró e hizo lo mismo quedando al lado de la mayor.

-Todo esto se está yendo al demonio-murmuró Harper
-Y dime. Si se supone que el trato que hiciste con Beeza nos ayudaría, ¿por qué huimos?-
-No sé si ahora nos busque por ese trato, si Entozoa le ofreció algo mejor puede estar buscándonos para eso. Además, no quiero morir, no aún-
-Escucha. Lamento que tengas que pasar por todo esto. Para serte sincera no sé cómo ayudarte, lo siento-
-No pasa nada-

Mientras tanto, Demurra estaba sentada en un tronco caído, pensando en voz alta.

-No sé cómo voy a poder encontrar a un buen chico que me ame. Soy totalmente despreciable-
-¿Qué haces aquí?-
-Perder el tiempo. Además, no es tu bosque Beeza-se quejó
-Siempre sabes que soy yo-dijo apareciendo a su lado
-¿Cómo no saberlo? Reconocería tu desesperante voz en cualquier parte-
-Ahora yo soy quien desespera-
-Eres muy molesta-
-Mira quien lo dice-
-¿No tienes mejores insultos?-
-No sé mucho de insultos-
-No te creo-
-Soy oscura pero no quiere decir que sepa insultar-
-Pero lo haces bien cuando quieres-
-Tú... Sí sabes insultar-
-¿Cómo? ¿Me estás dando un cumplido?-
-Tomalo como gustes-
-Eres muy extraña enana-
-¿Crees que me interesa? Y no me llames enana-
-Pues lo eres. Ni a la cintura me llegas-
-Es como si yo te dijera jirafa-
-¡Oye! No soy muy alta que digamos-
-Bueno. Debo irme. Tengo cosas que hacer. Deberías hacer lo mismo, es muy peligroso de noche por estos rumbos-
-Tal vez. No debí alejarme demasiado de mi nave-
-Emm.. ¿Quieres que te acompañe?-
-¿No tenías que irte?-
-Mis planes pueden esperar. No creo que dejar que una dama como tú ande sola por aquí sea lo correcto-
-¿Desde cuando te fijas en lo correcto?-
-Desde que te conozco-

Fue lo último que hablaron. El resto del camino fue en silencio.

Tal vez no deba buscar a un chico después de todo.... Pensó Demurra sonriendo de lado

Enamorado del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora