Enamorado del enemigo

27-Visiones

-¡Espera!-

-¿Qué sucede?-

-Umm... Me siento muy halagada, de verdad. Pero ¿Por qué de mí? S-Soy horrible, y tú tienes todo, no hay razón para amarme-comentó Beeza a la más alta

-No eres horrible. Eres perfecta, enana. Tengo una pregunta mejor ¿Por qué no amarte? Mira, te daré algo de tiempo. Solo no lo olvides-y se alejó, Beeza no podía quitarle la mirada de encima
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-Te digo que es por aquí-bufó Ripov quien era seguida por Harper que llevaba a su nieto en brazos

-No me da confianza. ¿No crees que deberíamos volver?-

-Ya llegamos muy lejos, volver no es una opción. Tal vez los demás se encuentren allí-

-Como sea-

-Valdrá la pena el intento. Solo espero y allí estén todos-

-Te preocupa Dommie ¿No es verdad?-

-Sí-

-Bueno, no soy quien para juzgarte-Ripov solo viró los ojos

-Tú también deberías estar preocupada por alguien ¿No?-

-No-dijo de forma fría

-No te creo del todo pero allá tú-

-Con que aquí están-dijo alguien a sus espaldas, siendo James el único que podía ver a ese alguien

-¡Hola señorita Sylvia!-saludó con una sonrisa haciendo que las otras soltaran un suspiro de alivio

-Las estamos buscando por todas partes-

-¿Y están todos bien? ¿Hater? ¿Peepers? ¿Dommie?-preguntó Ripov

-Claro-

-¿Y Wander?-dijo de manera tímida la mayor

Sylvia no dijo nada. Se rascó la nuca incómoda. No sabía qué decir, mucho menos cuando el niño estaba allí presente.

-Digamos que puedes volver a usar el Lord en su nombre-

Eso dio una respuesta obvia a las dos, James no comprendía nada, miraba extrañado a las tres. Quería comprenderlas, pero le era imposible. Frunció el ceño levemente y decidió ignorarlas el resto del camino. Durante este se quedó dormido un rato, olvidando por un momento el mal rato por el que estaban pasando. Al llegar Hater se alegró de ver que estaban de vuelta. Harper le entregó el niño y se fue con Sylvia, debían explicarle todo a detalle. Y él podría jurar que a la zbornak la vio con su crin no tan alborotada, una silla de montar y las riendas, imagen que en un simple parpadeo desapareció. Sacudió la cabeza y miró a James que se tallaba los ojos, dando seña de que acababa de despertar.

-¡Hater! Te extrañé mucho-exclamó dándole un abrazo-Pasé muchas cosas con la abuela y la señorita Ripov. Luego, estábamos muy cansados, pero la señorita Sylvia nos encontró. Es así como llegamos. Gracias a ella-dijo con una sonrisa

-Yo también te extrañé pequeño-

-¿Dónde está papá?-

-Él....tuvo que salir-mintió. Odiaba tener que mentirle a James, pero tenía que

-Oh. Pero va a volver muy pronto ¿Cierto?-

-Ya verás que sí-

-Así estaremos los tres juntos-

-¿Los tres?-

-Sí, los tres. Papá, tú y yo. No le digas nada, pero la otra noche lo escuché hablando con él mismo. Decía que tú serías mi nuevo papá. Al principio me asusté pero analizándolo bien, significa que tendré dos papás. No sabía que eso era posible pero.... ¿Hater? ¿Quieres llorar?-dijo serio

-¿Qué? No. No, estoy bien-sí, tenía los ojos llorosos

Le dolía conocer ese lado de la historia, saber que eso ahora se veía muy lejano. ¿Por qué no lo dejaban ser feliz? Era así de simple. Pero no dejaría que ese niño al que amaba como si fuera su hijo lo viera llorar por algo que Wander dijo.

-Ya veo. Extrañas a papá. Admito que yo también lo extraño. Pero debes ser fuerte, así como yo-

Eso le sacó una sonrisa. Pero se borró al ver que James llevaba un sombrero como el que Dommie usaba, se le veía un poco mayor, y sus ojos ya no eran rojos, eran normales.

-¿Hater? ¿Qué sucede ahora?-volvió a la realidad en la que el infante no entendía sus extrañas acciones

-¡Nada! Estoy cansado, nada más-

-No... Es que antes de preguntar aquello... Te vi con una extraña túnica roja con negro ¡Loco! ¿No? Supongo que yo también estoy cansado-

-Pero si acabas de despertar-

-¡Anda! Durmamos un rato-

-De acuerdo-

Se recostaron y James quedó dormido al instante. En cambio él no pudo hacerlo. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué ver las cosas de esa incomprensible forma? Y lo más raro ¿Por qué James también? Todo era tan raro. Sin respuesta. Eso seguro no lo dejaría dormir en paz.