Capítulo V

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-¿Te estás divirtiendo?-

Después de esa invitación a salir por parte del castaño, no tardaron en acordar el día en que saldrian a festejar.
Quedaron de verse cuando el rizado tuviera su día de descanso, siendo éste, dos días después de la invitación.

Y aunque a Harry le diera un poco de miedo salir más de una hora a las, ahora, casi olvidadas calles de Londres, sabía que Louis podría ayudarlo a que no le pasara nada. Confiaba en él.

Sí, Harry confiaba en él como si un amigo de hace años se tratara, y quizá estaba mal tenerle confianza a alguien que conociste apenas hace unos días atrás, pero para él estaba jodidamente bien.

No es como sí el oji-verde tuviera muchos amigos, de hecho sus únicos amigos son los que logró hacer en el trabajo, y ahora tiene uno más. El oji-azul que ahora lo miraba atento.

-Por supuesto-

Louis no quiso decirle el lugar al que iban a salir a su cita, festejo o lo que fuese. "Es una sorpresa" le había dicho más de una vez a un oji-verde obstinado que preguntaba cada que una oportunidad llegaba.

El día de su cita, como el rizado había decidido llamar a su salida, por fin descubrió el misterioso lugar al que el castaño tenía pensado llevarlo. Ahora sabía porque tanto secreto.

Era un parque de diversiones, pero no el típico, éste era pequeño y con pocas personas, casi como una feria, lo que le pareció agradable al rizado, pues no tendrían que esperar mucho para subir a los tantos juegos que había allí.

Llevaban un poco más de una hora disfrutando de las diversiones que te ofrece una pequeña feria como esa, pero para el oji-verde llevaban muy poco tiempo ahí. Realmente estaba disfrutando estar al lado del oji-azul.

Caminaban rumbo a otra atracción, riendo por lo que acababa de ocurrir en el último jugo al que subieron, o en este caso entraron pues se trataba de la casa de los sustos.

Todos pensarían que éste era el lugar perfecto para que tu enamorado o enamorada te abrazara y fueras el príncipe que lo salva de cualquier horror que apareciera, pero no en esta ocasión. Ésta era la casa de los sustos más barata, ridícula y de mala calidad que habían visto en sus vidas.
Los muñecos que había allí parecían hechos con una sábana vieja y una escoba, otros parecían estar hechos con cartón y un pedazo de papel pegado, todo esto provocó que el castaño comenzara a hacer chistes sobre el lugar y los espantos que se llevaban en él, haciendo reír a un, nada asustado, rizado.

Una pequeña y suave mano tomo de la muñeca a Harry, jalandolo ligeramente hacia la izquierda. Louis lo estaba guiando a una pequeña estación de algún juego que no lograba distinguir del todo, no hasta que estuvieron demasiado cerca de ella. Eran los go-carts.

-Oh no. No sé conducir un auto normal, mucho menos conduciré uno de menor tamaño en el  que casi voy tocando el suelo con mis piernas-

-Oh vamos, no es tan difícil como piensas, tampoco es peligroso. Hasta podría decirte que es mucho más fácil que un auto normal.  Vamos, escoge uno-

Y así fue como el oji-azul convenció a un nervioso oji-verde de conducir un pequeño vehículo.
No era que el rizado estuviera mintiendo acerca de los automóviles y su desconocimiento sobre conducir uno, pero él realmente no sabía conducir aún. A sus 21 años no sabía más que encender y apagar un auto.

El go-cart que estaba intentando controlar, más que conducir, iba demasiado rápido y claro, no sabía del todo cómo hacer que parara haciendo que en varias ocasiones estuviera cerca de estrellarse contra lo que estuviera a su alrededor, incluso estuvo por arrollar al encargado de los peligrosos vehículos de cuatro ruedas en donde estaba a punto de morir, pero gracias a algún ser milagroso, el señor logró moverse antes de que lograra siquiera tocarlo causando que Harry se estrellara contra un montón de paja.

-No es divertido, casi mató al pobre señor, si no es porque tiene buenos reflejos lo más seguro es que yo estuviera llendo a prisión por intento de homicidio, homicidio culposo o cualquier tipo de homicidio-

-No creo que con un go-cart puedas matar a alguien, Harry-

-Aun así, pude haberle causado daño-

-Como sea, lo importante es que no lesionaste a nadie y no te lesionaste a ti, así que vamos, quiero llevarte a otro sitio que sé, te encantará-

El lugar era bastante amplio como para estar pasar desapercibido. Tenía luces de distintos colores iluminando cada esquina de éste, moviéndose conforme la música sonaba.
Había unas mesas frente al pequeño escenario, unas estaban siendo ocupadas por personas que tomaban alguna bebida, mientras otras estaban vacías, esperando por alguien quién quisiera ocuparlas.

Louis dirigió al rizado a una de éstas mientras pedía una bebida ligera, no quería embriagar a su acompañante, eso era lo que menos quería.

El rizado se dedicaba a mirar hacia el escenario, viendo como las personas que estaba allí intentaban leer la letra que aparecía en las pantallas, afinar y cantar para que no fuera un verdadero desastre su participación.

-¿Quieres ir a cantar un poco?-

El oji-verde miro directo a los ojos al chico frente a él esperando ver un poco de burla en ellos, pero no encontró nada de eso.

Por supuesto que quería cantar.

Slowly seduced by your curls /Larry Stylinson/ [P A U S A D A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora