Capítulo II

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-En un momento sale su pedido-

El día había avanzado, ahora había unas cuantas personas disfrutando de su bebida caliente mientras conversaban con sus acompañantes, o arreglaban algunos papeles pertenecientes a  su trabajo.

Harry estaba detrás del mostrador atendiendo a todos los que llegaban pidiendo un café para calentarse un poco, o algunas veces pidiendo alguna rebanada de algún delicioso pastel. También había una que otra persona que solo entraba para refugiarse del frío y de la lluvia y, claro, se le invitaba a tomar algo, a veces, siendo rechazado por el individuo.

La lluvia había cesado hace unos cuantos minutos, pero todos en Londres sabían que era solo cuestión de tiempo para que la ciudad volviera a estar bajo millones de gotas heladas.

-Harry, necesito que vayas a entregar un pedido-

La voz de Christopher, su jefe, resonó por la parte trasera de dónde se encontraba aquel chico rizado.
Christopher no era un viejo canoso como muchos creían. Él apenas rondaba los 37 años, siendo un tanto jóven.
Era un hombre de cabello castaño y lacio, de baja estatura y con un buen humor, claro, si rompias alguna de sus reglas ese humor podría cambiar en sólo segundos, y créeme, nadie quería verlo enojado.

-Jonathan se encargará del mostrador mientras tú vas a entregarlo. Sabes que iría yo con mucho gusto, pero me surgió un inconveniente y tengo que salir. Ya sabes. -

Eso era lo agradable de Christopher, trataba a todos sus empleados como un amigo, y no como simples empleados. Les tenía confianza y más al rizado ya que es de los pocos que llevaba más de un año trabajando con él.

El castaño tomo las llaves de su auto, se despidió y salió, con un destino incierto para todos los que estaban allí presentes.

Harry, a su vez, tomo la pequeña bolsa que contenía los cafés y salió por donde hace unos minutos aquel treintañero había cruzado la puerta, no sin antes quitarse el uniforme y ponerse su vieja gabardina.

En las calles, el frio era igual de duro, o peor, que antes causando que el rizado intentara cubrirse de aque viento helado un poco más, jalando del cuello de la tela que comenzaba a desgastarse día tras día.

Las calles en ese momento ya estaban más transitadas que hace unas horas, lo que le pareció fabuloso al oji-verde. La idea de que varias personas fueran a comprar una bebida caliente a la cafetería le sacaba una gran sonrisa, más si aquellas personas seguían llegando hasta el anochecer.

Después de unas cuantas calles avanzadas, llegó al destino indicado en un pequeño recibo que venía junto con los cafés. Con un ligero toque llamó al timbre esperando pacientemente a que lo atendieran. Una dulce anciana abrió la puerta y al ver que su bebida había llegado, sonrío feliz.

Lo siguiente que pasó fueron unos cuantos elogios por parte de la mujer hacia el chico que estaba parado en su puerta, unos billetes siendo entregados y recibidos, más elogios, unas mejillas sonrojandose, un agradecimiento y una puerta cerrandose lentamente.

Harry había dado media vuelta para emprender el camino de vuelta a la cafetería, metiendo sus manos a los bolsillos de la gabardina. Sabía que tendría que comprar un abrigo nuevo, porque éste comenzaba a ser demasiado delgado para el frío que hacía día tras día.

El camino ya era conocido para el rizado, no sólo porque era el mismo que había tomado para llegar hasta aquella dulce anciana y entregarle su café, sino porque era el camino que todos los días tomaba para llegar a su trabajo, el mismo que tomaba para regresar a su departamento todas las noches.

Y ahí, en ese camino que conocía perfectamente, que tomaba día a día, justo ahí, sintió que alguien lo seguía.

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Hola de nuevo:)
Éste capítulo está dedicado para  Marlen que desde siempre me pide que actualice <9-6
Disfrútenlo mucho. Nos leemos dentro de una semana, bais.

Slowly seduced by your curls /Larry Stylinson/ [P A U S A D A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora