Cowboy. Capitulo 9

11.5K 688 23
                                    


Capitulo 9:

Estos últimos cuatro días en el rancho de mi padre dónde aún estamos Bronco y yo, han sido agitados. El trabajador incansable que es mi marido, se acuesta temprano y se levanta antes de que salga el sol para comenzar la faena del día. Ya se dio termino a la yerra(marcación) de los bovinos. 

Están ahora todos los cowboys, incluido mi padre trabajando en la reparación del establo y del granero a punta de martillos y clavos para recibir el crudo invierno en las llanuras, dónde no hay árboles que bloqueen la inclemencia del viento. Suelen levantarse tornados que se llevan los tejados mas firmes y en el estado en que estaban los techos en el granero y en el establo de mi padre, se volaría todo con una tormenta cualquiera. El rancho no soportaría otro invierno y mi esposo se dio cuenta de ello con un vistazo.

Estoy en estos momentos, siendo cerca de las 22:00 horas, acostada en mi pequeña cama en el rancho de mi padre, acurrucada contra el cuerpo desnudo de Bronco, con los labios apegados en la piel de su pecho, rodeada por sus fuertes brazos. Si él me ciñera un poco más contra su pecho no podría respirar. 

Su cuerpo, casi el doble de grande que el mío despide mucho calor, además me apega como pegamento contra su piel, como si temería que desapareceré en la oscuridad de la noche. Me hace pensar por las noches que me ve como un agradable espejismo. Como si yo fuese una fantasía grata de su imaginación y como tal me esfumaré al amanecer. 

El teme que yo no sea real y yo temo perderlo por cualquier motivo durante el día.

 Ahora temo de cosas idiotas como el que Bronco se caiga del caballo o que sea atravesado por el cuerno de un toro. Todo lo que pueda arrebatármelo me causa pavor. Estos tontos miedos que nos torturan me hace pensar que nos amamos con intensidad a pesar de lo poco que llevamos de conocernos siendo una pareja. 

Yo sé bien que lo amo, que lo admiro y que lo deseo con fiereza. No pude evitar desde que me case con él, caer por él, ni puedo evitar cada día volver a enamorarme como una loca de Bronco. Cada día he vuelto a caer enamorada del sensual vaquero sin darme cuenta de ello. Eso debido a alguna cosa agradable o seductora que me dijo o por sus demostraciones de afecto, consideración y valorización como su esposa frente a mi padre y frente a los cowboys.

Abrazándome así como lo hace por las noches para darnos calma y seguridad a ambos, asegurándose también de vernos no mas al abrir los ojos cuando despertamos, le permito apegarme con fuerza contra su cuerpo y en respuesta le beso la piel del mentón, en la comisura de los labios, y en su cuello. Saboreo con especial atención utilizando la punta de la lengua la piel de su pecho y con mis labios acaricio su manzana de adán, sobre su vena yugular, en su hombro izquierdo, en la clavícula izquierda y en la derecha, y sobre el esternón, justo en medio del pecho, hasta que cae dormido.

 Para no ahogarme debido a la prisión que me impone con sus brazos debido a su alta temperatura corporal y con su exquisito aroma, coloco una de mis manos entre medio de mis senos, entre su pecho y el mío, aún así mis pezones erectos se clavan en su piel por encima de tela de mi camisón. No sé bien dónde comienzo yo y dónde termina él. Cada mañana descubro que estamos enredados de brazos y de piernas como la hiedra. Nos quedamos así, hasta que por la mañana me despierto debido a sus insistentes, pero deliciosos e incitantes besos. 

Mi cowboy favorito hoy por hoy, es un fogoso marido. 

Bronco como bien me lo advirtió, consta de una casi ilimitada energía sexual y yo por otro lado estoy amando apagar su calor. 

Su erección me esta pinchando el vientre justo ahora. Me provoca con su dureza palpitante cada mañana y cada noche. Semi dormida no tardo, pero nada en caer bajo su influjo. Me lubrico sin control bajo sus expertas caricias. Respondo con abandono a sus labios, a su lengua inquieta y a sus manos hambrientas que recorren mi cuerpo con deseo. 

Cowboy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora