Cowboy.

Cowboy. Capitulo 14.

Capitulo 14:

Han transcurrido tres años desde que Bambi puso un pie en el rancho Esperanza en este Condado llamado Lake, en el Estado de Colorado.

 ¡Si!. Han pasado ya tres grandiosos años, que a su lado han estado llenos de alegría y de risas.

 Mi vida de cowboy soltero de antaño, la cual era apacible, hasta aburrida por ser cada día igual que el anterior, desde que me case con ella y la traje a vivir conmigo a estas tierras, ha estado repleta de emociones gratas, llenas de pasión y de descontrol. 

Mi pasión por ella no hizo sino crecer en el transcurso de las semanas, de los meses y de los años. Mi amor se hizo más profundo y creo que ella me ama con igual intensidad.

 Deseo creer en eso con todas las fuerzas de mi alma. Me niego a la posibilidad de que alguna parte de ella aún recuerde, y tenga presente al hombre que amo antes que a mi.

 Me enfermo de celos de solo pensar que Bambi todavía ama a ese tipejo, Allen. 

Pienso en él, teniendo con él una parte de los pensamientos y deseos de mi mujer y me erizo de ira. Odio a ese hombre con cada fibra de mi ser por ser una sombra maldita, un impedimento para obtener todo el amor de mi bella Cherokee en exclusiva para mi. 

No le he permitido a ella tocar ese tema, por que escucho de sus labios pronunciar el nombre de ese hombre y es suficiente para que mi sangre se caliente como lava debido a los celos. Me tenso y me pongo de pésimo humor. Creo que en fondo es solo que me muero de miedo de saber a ciencia cierta que Bambi no lo ha olvidado. Y si fuera así, seria como recibir una herida mortal. 

Temo perder a Bambi. Es una pesadilla recurrente que cada cierto tiempo me despierta agitado, desesperado, y angustiado.

 Desde la primera vez que dormimos en la misma cama después de casarnos, me nació la necesidad de abrazarla para apegarla a mi cuerpo por las noches de forma posesiva, temeroso de abrir los ojos por la mañana y no encontrarla a mi lado en la cama. Rezo para que eso jamás suceda. 

Temo que Allen venga un día y la reclame. Y ella aún enamorada de él, lo prefiera a mi. 

Mi vida sin mi mujer carecería de sentido. Es probable que prefiera recibir un balazo a quema ropa a tener que vivir una vida sin ella.

 Seria mi infierno personal que luego de todos estos años juntos, compartiendo todo lo que hemos vivido y sentido, que Bambi continúe amando a ese tipo más que a mi. 

No, no y no. ¡Basta ya, Bronco!. No debes pensar en eso.

 ¡Me ciego debido a los celos, me lleno de ira por la nada!. No hay nada que temer.  Allen esta en el pasado, esta muy lejos de Bambi. ¡Ella ahora es mía, solo mía!.

Gracias a la presencia de mi mujer, mi vida estaba y esta siendo cada día toda una experiencia. La sensación de expectación era y es costumbre. Siempre se las arregla para sorprenderme gratamente cuando cruzo la puerta de la casa. 

Mi mujer me tenia y me tiene muy mimado y consentido, igual que a Timmy, que es nuestro hijo de un año que anda libre jugando por la casa, detrás de Chad, el hijo de seis años de los señores Miller. 

Los Miller son un matrimonio de afroamericanos que contrate cuando me tope con ellos en el Estado de Wyoming tras ir a un encargo de mi mujer, el mismo año que llego Bambi a mi vida. 

Fui a Wyoming ese día por títulos de novelas nuevas para la lectora incorregible que es mi esposa. 

Me traje a los Miller al rancho, tres meses después del arribo de Bambi a casa, para que tuviera alguien que le ayudara con las tareas hogareñas.