DESPUÉS DE ELLOS/Capítulo 1

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By Ángela.
El día de mi cumpleaños conocí a Jace Goubert el mejor amigo de el hermano de mi mejor amiga. Nicolás el hermano de Mery me lo ha presentado en mi fiesta, pero el amor era nulo en ese entonces. El me sonrió cálidamente y bailamos un poco. Jace era un chico algo de ojos azules y piel morena, sí era muy guapo, pero no me importaba. Hasta que Mery me pidió que lleve las bebidas al lugar donde se sentaba Nico y todos sus amigos.
- Llévale las bebidas a Jace ¿De acuerdo?- Dijo Mery a manera de cómplice.
Tal vez no debía hacerle caso, pero omití mi recomendación y tome los vasos llenos de Smirnoff, se la pasé a Jace y ¡me felicito! Los siete vasos cayeron a Jace. Estaba cubierto de cerveza, pero ni así se miraba mal.
- ¡Perdóname!- Reí discretamente y él también sonrió
-No te preocupes, suelo hacer cosas así. - Dijo él.
Ayudé a Jace tanto como pude y se me pasó el tiempo.
Empezó a sonar mi móvil, era mi abuela. Qué ya iba a enloquecer si yo no estaba en la casa.
- ¿Dónde estás?- Pregunto Ángel.
- Casa de Mery, espera ¿Qué hora es?- Respondí estando totalmente desubicada del tiempo.
- 11:30 ¿No piensas dormir en casa?- Dijo en forma de burla y reclamo a la vez.
-Voy, Ángel, ya voy para allá, te amo.- Reí a la vez que colgué el móvil.
Me despedí de Mery y de los demás chicos. Por fin había acabado el día de mi cumpleaños, ya me estaba cansando. Salí a la calle a pedir un taxi pero no había ninguno así que decidí caminar. Recordé las palabras de mi abuela para que no salga de noche.
"Ven rápido" "Pide un taxi" "Irá el conductor por tí" "¿Sola a estas horas? NO". Iba tan distraída pensando en Ángel que choqué contra un chico rubio.
¡Felicidades Ángela hoy rompiste récord!
-Lo siento, venía distraída. - Dije y sonreí.
- No hay lío. ¿Qué tal si para compensarlo me acompañas a una fiesta?- Preguntó él
- Tengo otro compromiso, disculpa.- Dije un poco más seria. ¿Qué le pasaba a este tipo? Ni si quiera me conoce, no sabe quién soy.
- Entonces ¿Podrías darme tu número móvil?- Dijo el rubio que no tenía idea de su existencia.
-De acuerdo.- Respondí y le pase mi número.
Luego se alejó de mí y se marchó. En ese momento si hubiera preferido hacerle caso a Ángel e irme en un taxi hasta casa.
El día de mi cumpleaños siempre es un día extraño... Pero no a tal punto.
Llegué a casa y saqué mi teléfono. Entre a Instagram y una burbuja de Messenger interrumpió la entrada. Era un mensaje de ¿Jace?
"Hola ¿Llegaste bien? O encontraste a alguien o encontraste a alguien que te tire siete vasos de cerveza encima?"
Reí mucho con ese mensaje. Dudé en responderle pero lo hice y me di cuenta de que Jace Goubert no era solo atracción física. Me contó algunas cosas sobre él y yo le conté algunas sobre mí. No le contaría el accidente o pensaría que estoy loca. Quedamos en Prada el martes a las 8:30 PM.
Ah, solo para aclarar NO ES UNA CITA.
Dejé el teléfono a un lado, ya era hora de descasar. ¡Qué día tan largo!

Martes 6:30
Ángel entonces ¿Si puedo salir con mi amigo, el de la fiesta? - Pregunté
- ¿A qué hora volverás? - Respondió mi abuela.
- A la hora que tú digas- Contesté
- Perfecto, a las 12:00 me parece una buena hora- Ángel confiaba mucho en mí. Ya tenía el permiso de mi abuela, ahora a arreglar la cara de muerta que traía. Me maquillé como de costumbre. Base Mac, gloss, iluminador y un poco de polvos para sellar el MakeUp. Y listo perfecta, arreglé un poco mi cabello con unos rizos que me llegaban hasta la cintura, me tomé tiempo para pintar mis uñas y para escoger una ropa decente. Un pantalón de Zara y un croptop que había traído de USA en las últimas vacaciones. Llamé al conductor y le pedí que me deje a una cuadra de Prada para que no piensen que soy una bebé a la que va a dejar su papá. Bajé del auto, crucé la avenida y entré a Prada. Estaba en busca de Jace, en ese momento entró una llamada de un número desconocido. Ángel siempre dice que no debo contestar desde "lo de mis papás". Pero no me importó.
- ¿Hola?- Dije con inquietud.
- Estás hermosa así, pero deber dar la vuelta, estarás aún más hermosa de lo que ya eres.- Respondieron al otro lado de la línea. Sabía que era él. Así qué volteé con una sonrisa enorme. Vi un chico alto, con ojos azules y encantadores... Digo, vi a Jace.
- ¡Hola, guapa!- Dijo Jace.
- Hola, cariño. - Respondí muy segura.
-¿Me llamaste cariño?- ¡Por favooooor! Si lo había llamado cariño ¿POR QUÉ? Mis pómulos enrojecieron al punto de que no era necesario un blush para verme como un tomate.
Cuando el noto eso, rió aún más y paso su brazo por mi hombro. Fuimos a comer algo. Pedí unos vraps mexicanos y un delicioso primer beso. Mi comida favorita. Él pidió una pasta en salsa bechamel y un rayo de sol.
Para aclarar el primer beso y el rayo de sol son las bebidas.
Entretanto la comida empezamos a hablar de sus sueños y los míos, de nuestras pasiones, de nuestra vida cuando pequeños y de nuestra vida actual. Creo que el me ocultaba algo, pero no lo juzgaba yo también le ocultaba un pasado que me dolía demasiado...
Me contó que una abeja le picó la lengua cuando tenía siete. También me enteré de que su sueño era estudiar medicina en NY y especializarse en cardiología. Por mi parte le dije sobre mi pasión por las letras y que la escritura sería mi futuro. También me contó de Alice su hermana menor, que al parecer era encantadora.
Nos sirvieron los platos de comida y Jace tocó su pecho y hizo como una cruz en él. Pensé que era muy personal preguntarle porqué lo hacía, pero la intriga fluía en mí más que en cualquier otra persona.
- ¿Una cruz?- Señale su cuello
- Una cruz. - Respondió él.
- ¿Qué significa?- Pregunté con curiosidad.
- Un compromiso con... - Se quedó en silencio y yo omití la respuesta, me di cuenta de que realmente era personal, lo entendía. Tal vez pasó por algo similar a... A bueno, ya sabes.
Acabamos de comer y yo me dirigía al punto de pago, pero vi a Jace salir sin preocuparse del restaurante. ¿Pensaba que yo iba a pagar su comida? De todas formas, ignoré a Jace y fui a cancelar la cuenta.
-¿No piensas pagar?- le pregunté desde la fila de la caja de pago.
- No, ¿Tú sí? Pensé que yo te había invitado.- Dijo Jace entre risas.
- Sí, tú me invitaste pero yo sí pienso pagar. - Respondí sorprendida.
La camarera rió con Jace y me susurró al oído
"Los padres de Jace son los propietarios de Prada".
Ahhh, ¿Acaso Jace no pensaba decirme?
- Me siento ridícula ¿Por qué no me lo dijiste?- Le reclamé.
- Ay, es que quería darte comida gratis todos los días. - Me beso en la frente y seguimos caminando. Salimos de Prada y empezamos a caminar sin un rumbo definido. Miraba a Jace y era... Perfecto, sus ojos brillaban en medio de la oscuridad y yo rompí el silencio que había entre los dos.
- Cardiólogo.
- Mi escritora- dijo él
- No soy tuya.- contesté un poco más seria.
- Algún día lo serás. - Giñó el ojo de nuevo.
- Nunca seré de nadie, siempre seré mía, solo mía. Sin alguien que me detenga y que trate de darme alas cuando ya tengo yo las mías. - Se asombró de mi respuesta.
- No me habían dicho eso antes...- Contestó
- Lo sé, yo no soy como las demás, gracias. - Ahora era mi turno de reír de él.
Pero él por su parte dijo
- ¿Y tú crees que soy yo como los demás?- No. Yo sabía que era diferente, pero solo quería fastidiarlo.
- Si, lo creo. - Una carcajada corta y simple surgió en mi
- Mientes. Si fuera como los demás no aceptarías salir conmigo, ni siquiera una noche.- De nuevo sonrió y esta vez tomó mi mano.
- Estoy de acuerdo Jace el único Goubert- Tomé su mano con firmeza y seguimos el recorrido de graffitis.
- Escritora.
- Cardiólogo
- ¿Escribirás algo para mí?
- ¿Harás que mi corazón lata por ti para escribirte algo?
- Te animaré a diario.
- Te escribiré a diario.
Era muy pronto para estar con él, pero para mí alma era muy tarde para dejar de sentir algo por él.
Recorriendo los graffitis de la ciudad, la noche terminaba y la carga de mi celular también. No sabía qué hora marcaba el reloj y tampoco la demasiada velocidad en la que latía mi corazón al verle. Llegamos a un graffiti en el centro de la ciudad, era de una mujer sin ropa pero por alguna razón no podías verla en realidad, a lado derecho tenía una frase "No has desnudado mi alma, por eso no puedes verme". Jace miró detenidamente a la chica dibujada. Era bellísima, pero no podías ver todo lo que había dentro de ella.
- Mírate- murmuró
- ¿Cómo?- Respondí sorprendida.
- Así eres tú. Un misterio, una chica con ropa.- Sonrió
- ¿Quieres verme sin ropa?- Solté una carcajada.
- También. Pero me refiero a que eres algo escondido, un alma desnuda se esconde debajo de tus ojos y tu mirada imponente. Un corazón se esconde detrás de tu pecho y sin duda tu dulzura se esconde en tu sonrisa.- Dijo Jace con seguridad.
Yo no sabía si llorar, sonreír, besarlo, saltar o correr para no enamorarme de él. Porque todo tiene un final, nosotros no seríamos la excepción por mucho amor que algún día llegáramos a prometer. Pero me limité a sonreírle y abrazarlo muy fuerte.
Pregunté por la hora y ya era tiempo de irme llamé a Clarik para que me recoja en graffitis street y no en Prada. Jace pidió un Uber. Y cuando el conductor llegó el Uber de Jace también lo hizo. Nos despedimos con un "Cuídate, escríbeme apenas llegues a casa". Volteé a ver a Jace antes de subir a su Uber que lo llevaría a casa, vi una lágrima en su mejilla ¿Estaba Jace llorando? ¿Por qué?
Con la poca carga que tenía mi teléfono le escribí un mensaje a WhatsApp
"¿Está todo bien?".
Después de unos segundos Jace entró a nuestra conversación.
"Jace Goubert escribiendo..."


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