cafetería.

ホミ１４！

- bueno arge, me tengo que ir, te veo luego. - se despidió arcangel después de un rato que platicamos.

- si, esta bien. - asentí y miré como salió de la cafetería. - ¿y bien? - pregunte mirando a camilo, ya que en todo este tiempo, no pronuncio ni una palabra.

- ¿bien qué? - conestó con otra pregunta, y puse los ojos en blanco.

- ¿puede saber por qué estabas tan callado? - y él se encogió de hombros.

- no es nada, solo que sigo sintiendo que esto es... raro. - suspiró y se sentó en unos de los taburetes de la barra, con una cara de aburrimiento.

- lo sé, para mi también lo es, pero no es como si pudiéramos hacer algo. - y entró una chica, omega creó yo, pero tenía un olor extraño.

-me han dicho que aquí hacen buenos pasteles. - se sentó a un lado de camilo y él la miro de reojo.

yo asentí, y le pregunte; - pues te han dicho bien, ¿gustas llevar algo? - traté con la mayor gentileza, y con una sonrisa.

- mhn - fingió pensar - lo mejor de aquí. - asentí para ponerme en marca para hacer el pedido.

quedamos en un silencio un poco incómodo, mientras que la chica estaba tecleando algo en su teléfono pero no le di demasiada importancia.

- ¡buenos días gente! - entró mi hermana, cierto, olvide que ahora no esta trabajando.

- francis, hola - devolví el saludo y termine por darle el pedido a la... ¿omega?

- hola... - saludo camilo un poco más desanimado.

- vaya, no hay no mucha gente. - comentó a la vez que se sentaba al otro lado de camilo.

- lo sé, pero pronto saldrán los de la universidad, así que esto se llenará, ¿me ayudas? - pregunte a lo que ella asintió.

- no es que tenga algo mejor que hacer. - suspiro recargándose en su brazo en la mesa.

✧

estabamos los tres sirviendo lo que la gente nos pedía, cada uno como mínimo, tres pedidos.

- nada que ver con lo de hace rato. - habló mi hermana agitada, pero seguía sirviendo a las personas.

pasaron aproximadamente dos horas hasta que el local se fue vaciando poco a poco, hasta que ya quedaban unos pocos estudiantes. suspire exhausto.

- tengo hambre - hable, pero mire un poco asqueado los pasteles y cafés, entre mas cosas que la mayoría era dulce, tenia ganas de algo agrió, era normal, ya que últimamente estas semanas no he comido nada más que las sobras de la cafetería.

- somos dos. - se unió mi hermana.

uno de los pocos estudiantes que quedaban pidió la cuenta, a lo que camilo fue rápidamente, y ahora que lo miro bien, esta más callado de lo normal.

- ¡ya llegó por quien lloraban! - gritó ariel entrando al local, a lo que rodé los ojos divertido.

- hola, cuanto tiempo. - saludé y mire que una de sus amigas venía atrás de él, creó que se llamaba avery.

- lo sé, ya extrañaba tus pasteles - sonrió. - ¡camilo! - gritó en cuanto vio al nombrado, abrazándose a él. - ¿por qué no has ido? - le preguntó.

- no he tenido ganas. - se encogió de hombros.

- eh, eh, eh, hermano, eh, eh. - sentí que me codeaban, al ver quien era, puse una mueca.

- ¿qué quieres? - le pregunté a mi hermana.

- esa chica... es bonita, ¿no? - susurró y apuntó hacía la amiga de ariel, avery.

- ¿qué?, ¿te gusta? - susurré de vuelta y la mire pícaro.

- n- no, solo es muy bonita. - y asentí con una sonrisa al ver que de había sonrojado levemente.

- si, como tú digas...