El invierno de Yoongi consistía en soledad, su madre, su amigo de Busan y los estudios.
–Le pedí que fuera más honesto conmigo.
Se removió en la cama mientras miraba el aparato en su mano, escuchar la voz de su amigo lo relajaba mucho.
–Estoy seguro de que lo hará, solo dale tiempo.
Intentó creer en sus palabras.
–Eso haré... Ahora cuéntame de ese amigo tuyo que conociste, ¿es especial?
–Su nombre es Taehyung, y es de Daegu como tú.
Daegu, su natal ciudad y que tanto extrañaba. Lugar donde conoció a Jimin cuando se perdió en las calles de la misma. El chico no era originario de ese lugar pero lo visitaba frecuentemente porque tenía familia paterna ahí.
Yoongi y él siempre se encontraban casualmente, surgiendo de ahí una amistad que al menos, ya había durado unos años.
La única amistad que había logrado conservar.
–Me gusta el nombre –Sonrió.
–Te gusta su origen, tonto –Rió su amigo del otro lado.
Siempre intentaba mantener contacto con Jimin, así que esas pequeñas platicas las disfrutaba mucho. Algo que funcionaba diferente con Hoseok porque él nunca le llamaba o le contestaba cuando ambos regresaban a sus respectivas casas.
Había muchas cosas por las cuales tenía curiosidad del castaño pero como bien le había dicho su amigo, tenía que esperar a que él mismo se abriera.
–Sales siempre muy tarde de estas clases, ¿tus padres no se enojan? –Preguntó al ver como el menor salía bastante sudado de su clase de hip hop.
–No me gusta regresar a casa y a ellos no les interesa que llegue tarde –Soltó.
Yoongi le ofreció una botella de agua que el chico aceptó enseguida, brindándole una sonrisa que parecía ser una de las más honestas que le había dado.
–Lo he estado pensando desde hace un rato –Habló mientras Hoseok cerraba la botella –¿No te gustaría ir a dormir a mi casa?
Pregunta que sorprendió al chico que todavía tenía la toalla en su cuello, se secó las mejillas mientras lo miraba sonrojado.
–Me gustaría, claro –Yoongi asintió y ambos se dirigieron a casa del mayor.
Como el pálido le había platicado anteriormente, poseía una beca así que su origen era más bien humilde. No tenía padre y su madre trabaja todo el día así que solo la veía durante las noches cuando cenaban juntos.
Abrió la puerta de su casa para dejar ver su interior.
La casa era pequeña y solo era de dos pisos, como nadie estaba en casa las cosas estaban regadas por toda la sala. Tenían pocas cosas e incluso algunas permanecían guardadas adentro de cajas.
–Mi cuarto esta en el segundo piso –Señaló.
Hoseok asintió para subir las escaleras del primer piso.
Oyó el sonido de un pequeño perro corriendo a mucha velocidad y notó como su acompañante se sobresaltó al escucharlo, notó como el chico agarraba una manga de camisa mientras él se agachaba para coger en brazos un pequeño chihuahua.
–Se llama Holly –Se lo mostró a un Hoseok temeroso mientras él se reía por su exagerado miedo –Es muy cariñoso, no deberías temerle –Rió.
Soltó al perrito que se fue corriendo por toda la casa hasta bajar las escaleras, era demasiado hiperactivo.
Lo invitó a pasar a su cuarto y este solo tenía una cama matrimonial, un televisor viejo y un stand con muchos libros viejos también. En su mesita de noche había unas piedras con pequeñas figuras, notó como el mayor se acercó a ellas para observarlas con detenimiento.
–Son fósiles, mi padre trabajaba como arqueólogo y esos son algunas cosas que encontró en sus expediciones –Explicó –Son recuerdos que tengo de él.
Prendió la tele mientras se sentaba a una orilla de su cama, palmeó la otra para invitar al castaño a sentarse junto a él.
Era la primera vez que le mostraba esta casa a alguien.
Por supuesto que Jimin hubiese sido el primer invitado sino fuese porque él vivía en Busan, de ahí, no conocía a otra persona que tuviera la necesidad de conocer su casa más que el chico que estaba junto a él.
–Gracias Yoongi-hyung –Soltó el chico haciendo que el mayor lo mirara –Estar aquí es menos asfixiante que en mi propia casa.
El pálido quería hacer preguntas pero dudaba que las respuestas llegaran, decidió desistir a la idea de interrogarlo con la esperanza de que las palabras de su amigo fueran ciertas, con el tiempo Hoseok iría abriéndose más con él porque después de todo, ahora eran amigos.
–Gracias a ti –Respondió sereno –Estar contigo es mejor que estar solo en este cuarto.
El menor asintió.
Hoseok no resistía estar sentando en un solo lugar así que se levantó para observar el lugar con detenimiento, Yoongi continuó cambiándole a los canales mientras observaba de reojo lo que hacía el chico.
El castaño tomó un libro entre sus manos mientras lo ojeaba.
–Diez negritos –Leyó en voz alta –¿De que trata? –Lo miró con curiosidad.
–Es de asesinatos –El menor sorprendido abrió los ojos mientras abría el libro a la mitad para leer un poco –y misterio –Rió –Es de mi escritora favorita.
–¿Por qué lees cosas así? –Lo miró con temor.
–Es una historia que mi papá tenía en su escritorio, lo tomé y me gustó mucho –Se levantó acercándose a él para tomar entre sus manos el libro –Lo he leído tantas veces que ya he perdido la cuenta.
Yoongi cerró el libro para devolverlo a su lugar.
–Tu padre... ¿él no vive con ustedes? –Yoongi miró el libro con nostalgia por unos segundos –Nunca me has contado de él –Apretó sus labios.
El mayor sonrió ante su pregunta.
–No, él ya no vive con nosotros –Miró los fósiles en su mesita de noche –Falleció en un accidente de auto hace unos años.
–Lo siento –Agachó su rostro.
–No te preocupes, fue hace tiempo y no sabías nada –Contestó apaciblemente.
Su padre falleció cuando él tenía diez años y aunque las cosas habían sido difíciles desde entonces, su madre consiguió sacarlos adelante para darle estudios. Al final se mudaron de Daegu para ir a la capital pero su trabajo era tan irregular que a veces la cambiaban de sede hacia otra ciudad.
Yoongi estaba acostumbrado, era algo que en un principio le afectó pero ahora ya no era de esa manera. Notó como el menor dejaba salir unos pequeños sollozos así que se acercó a él para comprobarlo.
–¿Por qué lloras? –Limpió sus lágrimas.
–No lo sé –Se agachó para esconderse en su hombro –Simplemente me dieron ganas de llorar y eso hice.
El mayor lo palmeó una y otra vez, hasta que se calmara su llanto.
Y no podía negar que tal cercanía lo hacía sentir bien, hace mucho no sentía tal calidez en un abrazo así que por un momento deseó que ese momento durara para siempre aunque eso era algo imposible de hacer.
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El chico que siempre sonreía [Yoonseok]
FanfictionHoseok, un chico que siempre sonríe y ayuda a los demás, sin embargo también tiene secretos que le causan mucha curiosidad al pálido Yoongi.