El chico que siempre sonreía [Yoonseok]

Noche

A Yoongi le gustaba el invierno, a Hoseok la primavera.

A Yoongi le gustaba la lluvia, a Hoseok el rocío de la mañana.

A Yoongi le gustaba la noche, a Hoseok el atardecer.

Yoongi estaba recostado en las piernas del menor mientras leía. Hoseok lo acariciaba del cabello ocasionalmente, mientras usaba el celular de su hyung con mucho ímpetu intentando aprenderse una canción.

Sin que el castaño se diera cuenta, el pálido bajo su libro para observar sus expresiones faciales mientras leía la letra con esmero. No pudo evitar sonreír al ver como se movía al ritmo de la música inconsciente de su alrededor.

–¡Yoongi-hyung! –Se quejó el chico cuando sintió su mirada.

El mayor rió sin tapujos cuando vio al menor con el ceño fruncido.

–Lo siento, pero te veías tan concentrado –Se excusó levantándose de sus piernas y arreglándose el cabello que el chico despeinó.

–No es de buena educación mirar a hurtadillas –Hizo un puchero.

–No, pero te veías adorable –Soltó.

Sintió como el calor subió hasta sus mejillas sonrojándolo por las palabras antes dichas. El castaño simplemente apretó sus labios asintiendo, con sus manos apretó la tela de sus pantalones y también noto el rubor en su piel.

–Vayamos a clase –Rompió el incómodo silencio que se formo entre ambos.

El mayor sabía que últimamente las cosas estaban extrañas entre ellos dos. Lo había notado desde el instante que platicaron en aquellas bancas solitarias antes de invitarlo a su casa por segunda vez.

Así que no dejó de pensar en ello durante el resto del día, desde su nerviosismo de haberlo dicho hasta la expresión que Hoseok había puesto para escucharlo.

Sin más, su día terminó dejándolo exhausto pero con la promesa de que se vendrían días peores por la temporada de exámenes. Movió su cuello de un lado hacia otro intentando desestresarme cuando se encontró al menor en el camino a la salida del instituto.

Nuevamente se puso nervioso al verlo porque en su mente figuraban las últimas palabras que había dicho antes de ir a sus respectivas clases pero intentó saludar de manera normal escondiendo sus verdaderos sentimientos.

–Saliste temprano –Soltó el chico acercándose a él.

–Sí, el profesor de Historia dio la clase muy rápido así que pudimos salir antes –El menor asintió –No creí que todavía podría encontrarte.

–Ni yo, pero me alegra –Guardó unos papeles que tenía en las manos –¿Te apetece hacer algo conmigo?

–Iba hacer las compras antes de volver a casa –Dijo Yoongi –Después de eso no tengo nada.

¿Había sonado como rechazo? Después de todo decía la verdad, su mamá le había encargado buscar las cosas en el supermercado que estaba cerca de la escuela.

–Perfecto –Dio un pequeño salto el más alto –Vayamos por tus cosas y luego veamos que hacer.

Ambos salieron de la facultad caminando lentamente mientras se dirigían al súper que se encontraba a unos minutos de ellos. Veían los coches pasar y también algunos jóvenes caminar en dirección contraria.

Prácticamente el lugar esta semi-vacío así que para aminorar el silencio que se había formado, Hoseok comenzó a platicarle de cosas que había visto durante su día mientras el mayor escuchaba atentamente cada palabra preguntando algunas cosas y otras veces solo asintiendo lo que le decía.

–¿Hoy no tenías baile? –Preguntó cuando ya habían llegado a la esquina de la calle.

El castaño negó.

–No. Lo cambié para los jueves porque hoy quería kick-boxing y el profesor no pudo venir así que estoy libre –Explicó.

–Entiendo... así que por eso puedes acompañarme.

–Si, por eso –Subió la mano a su hombro derecho y Yoongi simplemente se tensó –Y aceleremos ese paso o no veremos la luz del sol cuando salgamos –Rió empujándolo ligeramente.

Aún eran las cuatro de la tarde pero era cierto que el tiempo pasaba en un suspiro cuando estaba a lado del moreno, así que intentó acelerar su paso pero debido a su poca condición física la diferencia no fue mucha.

Cuando lograron llegar al lugar, compraron todo lo que su mamá le había encargado y le pidió ayudar al chico para llevarlo a su casa que no se encontraba muy lejos de ahí.

–¡Wow!, pensé que nunca llegaríamos –Dijo exhausto Hoseok –Creí que vivías cerca pero con estas bolsas todo se hace tan lejos –Se sentó en el sillón de su sala.

–Eso es porque quisiste cargar mucho –Alzó las bolsas que el menor dejó en el suelo para dirigirse a su pequeña cocina y comenzar acomodar las cosas en la alacena.

–Con tu cuerpo todo pequeño y delgado era imposible que pudieras con todo –Se burló mientras Holly lo saludaba efusivamente.

Yoongi frunció el ceño mientras guardaba las cosas y acercaba una silla para alcanzar los lugares que no podía normalmente.

Cuando hubo terminado se sentó a lado del chico mientras este repasaba para un examen que tendría el día de mañana. El mayor tomó el control de la televisión intentando buscar un canal aceptable porque no necesitaba estudiar, su examen era de literatura y ¿quién no sabía literatura?

Pronto se dio cuenta que el sol se había escondido cuando vio hacia la ventana pero Hoseok continuaba con las piernas cruzadas en forma de loto y los libros en cada pierna aún estudiando. Probablemente hoy era uno de esos días donde no quería volver a casa así que simplemente lo dejó ser, porque después de tenerlo tanto tiempo a su lado tampoco quería que volviera a casa.

–Hoseok... –Soltó el mayor en su cama mientras el chico miraba a la ventana.

Su perfil se veía bien cuando la luz de la luna bañaba su cuerpo, pero no quitaba el hecho de que le inquietara verlo ahí sentado en su ventana como si no hubiese espacio en su pequeño colchón.

–¿A que te referías con enfermedad incurable? –Dijo escondiéndose en la cobijas como si estas pudieran borrar las palabras que había dicho.

–Eso.. –Titubeó antes de continuar –Yoongi yo...

Se levantó de su lugar para sentarse en la orilla de su cama, el mayor se removió de su lugar para darle un espacio más amplio mientras no dejaba de observarlo.

–Soy rechazado por mis padres –Suspiró –Por los gustos que tengo.

–No entiendo –Se acercó a él.

–Yoongi, me gustas –Se mordió los labios –Así que de verdad ya no tengo salvación.