Entró al salón rápidamente atrayendo la mirada de todos.
Sus zapatos estaban mojados y su cabello también, traía la ropa completamente pegada a su cuerpo mientras que su mochila daba un aspecto más o menos bueno.
El profesor ya había llegado pero estaba tomándose unos minutos antes de empezar la clase, en cuanto el pálido entró simplemente levantó una ceja para continuar leyendo el libro que tenía entre sus manos antes de empezar la clase.
Los labios de Yoongi estaban casi azules debido al frío y sin poder controlarse tanto sus manos como su cuerpo entero temblaban intentando buscar un calor inexistente. La lluvia lo había sorprendido en mal momento porque ni siquiera se le había ocurrido traer un paraguas para resguardarse después.
Con mucha pesadez reviso el clima en su celular, este indicaba que la lluvia continuaría por un largo rato y posiblemente incluso después de que terminaran las clases. Suspiró derrotado por el bonito día que le restaba con las prendas húmedas y un día nublado.
Frunció el ceño.
Estaba molesto.
Molesto porque su madre le había advertido del posible clima pero al salir tan rápido de casa no le hizo caso y todo por andar calculando mentalmente el tiempo que tardaría en llegar o de si podría hacerlo antes de que su profesor lo hiciera.
Afortunadamente al ser el primer día, el profesor no había cerrado la puerta del aula lo cual le daba un gran alivio, sin embargo continuaba con el problema inicial: ropas húmedas, sin paraguas y con mucho frío.
Sintió un cálido toque en su hombro izquierdo así que se sobresaltó para después mirar la silueta que estaba junto a él.
–Hola –Lo saludó el chico con una gran sonrisa en el rostro.
Él lo miró de arriba hacia abajo estudiándolo continuamente.
–Hola –Una voz ronca salió de su boca y se maldijo a sí mismo porque posiblemente esto significaba un próximo resfriado.
Llegados a este punto, odiaba la vida, la gente, el clima, la materia y todo lo que implicaba salir de su cómoda y calentita cama.
–Desde mi lugar noté que tenías mucho frío y ya que traje una muda extra, ¿te gustaría usar la mía? –Volvió a sonreír –La ropa que traes puede provocar que te enfermes.
Su tono de voz lo molestó.
Por alguna razón verlo ahí parada fingiendo que se preocupaba por él lo hacía sentirse molesto. Y entendía perfectamente la razón, porque parecía ser el típico chico amable que ayudaba a las personas y que todo mundo quería. Su sonrisa la sentía más falsa que nada e incluso la mano que tenía extendida hacia él con la bolsa de ropa no le gustaba.
Y odiaba mil veces más tener que aceptar su ayuda pero de verdad tenía mucho frío, así que quebró su propio orgullo al tomar (o arrebatar) la bolsa a regañadientes.
–Gracias –Contestó secamente.
El castaño no quitaba la estúpida sonrisa de su cara.
–Bien chicos, no dejaré entrar a nadie más, así que la clase va a empezar –El profesor se levantó mirando su reloj.
El joven se fue a sentar a su lugar nuevamente mientras Yoongi se paraba del asiento ignorando la presentación del profesor, de todos modos ya había dejado sus cosas en el salón y la advertencia únicamente aplicaba para aquellos que llegaran después de que el profesor cerró la puerta.
Corrió rápidamente por los pasillos escuchando como otras clases ya habían dado inicio, el murmullo de los alumnos atravesaba las paredes aunque estas estuvieran más solas que nada.
Llegó al baño que se encontraba al final del pasillo y entró velozmente.
Miró la ropa y se dio cuenta que era muy grande para él, no obstante su único remedio era usarlo para no coger un resfriado y quitarse el frío de mil demonios que tenía. El chico le prestó una deportiva de color verde, una playera blanca y un pants de color verde. La ropa era para hacer ejercicio, pero como Yoongi no estaba acostumbrado a utilizarla se sentía incómodo.
Los pantalones le quedaban en extremo grandes así que tuvo que doblar las orillas para no arrastrarlos por el suelo y la deportiva tuvo que doblarla también para dejar salir sus pequeñas manos.
Guardó su ropa mojada en la bolsa con mucha pesadez.
Como odiaba ese día de lluvia, esa ropa de mierda y al chico que le había ayudado.
Entró al salón como si nada.
El profesor ya había escrito algunas cosas en el salón y cuando miró a los alumnos, el mismo chico le saludó discretamente mientras anotaba cosas en su libreta.
Se sentó aburrido, recargando una mano en la barbilla y jugando con el bolígrafo con la otra. Miraba la lluvia caer en las áreas verdes de su facultad y las gotas resbalar del vidrio, la clase le estaba aburriendo en demasía.
Cuando la tediosa clase terminó, se levantó rápidamente de su lugar para dirigirse a su próxima clase sin embargo una mano en su hombro lo hizo detenerse. Harto de la situación volteó a ver al mismo compañero que lo había ayudado al inicio de la misma.
–Te queda un poco grande pero se ve bien –Lo miró de arriba abajo con un gran gesto de aprobación –¿Cuál es tu siguiente clase? –Ladeó su rostro.
No eran amigos ni intentaba entablar una conversación con él pero su moral no le permitía ser tan cortante con el chico que lo había ayudado, incluso si lo odiaba.
–Filosofía –Murmuró.
–¿En serio? –El castaño rápidamente buscó entre sus cosas una pequeña hoja doblada –Me toca lo mismo, ¿es en el 2102? –Preguntó emocionado.
El pálido asintió.
–¡Genial! Vayamos juntos –Lo tomó de la mano –Si vamos de una vez podremos escoger nuestros lugares antes de que se llene el salón –Salieron del aula.
Yoongi se dejó llevar por el chico.
Cuando llegaron afuera del edificio, el castaño lo soltó de la mano para caminar a su altura.
–Por cierto, ni me he presentado –Se paró de repente haciendo que Yoongi hiciera lo mismo –Soy Hoseok y tengo 17 años.
–Yoongi, 19 años.
El menor le sonrió para después indicarle que se apresuraran para su próxima clase.
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Vuelvo con un nuevo fic que escribí después de pensar mucho en Hobi, lol.
Espero les haya gustado ^^
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El chico que siempre sonreía [Yoonseok]
FanficHoseok, un chico que siempre sonríe y ayuda a los demás, sin embargo también tiene secretos que le causan mucha curiosidad al pálido Yoongi.