Primavera

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Las cosas no eran tan rápidas pero al menos ya tenía una idea de cómo funcionaban las cosas en la vida de Hoseok.

Sus padres no se interesaban mucho por él así que por eso se inscribía a muchos talleres con tal de llegar a casa lo más tarde posible. Tenía amigos por montón, que solamente buscaba para hacer ruido en su ambiente, para jugar y todas esas cosas pero dudaba que este los considerara amigos de verdad.

Algunos pedían sus consejos y él los daba, sin embargo no lo hacían de manera recíproca y a decir verdad, parecía que al castaño no le interesaba que le preguntaran.

Eran cosas pequeñas, pero al menos era un avance.

Yoongi en un principio no estaba interesado en ser su amigo pero el chico le daba tanta curiosidad que terminó incluyéndolo en un su muy reducido círculo social. Sin embargo continuaba la incógnita de conocer más de él, o ¿estaba exagerando?

Quizás con lo que conocía era más que suficiente, pero algo lo hacía continuar. Quería conocer más de él, necesitaba saber más de él y llegados a este punto, dudaba que solamente fuera por algo llamado amistad.

–¿Te encuentras bien? –Preguntó cuando el joven llegó rápidamente a su lugar con el rostro decaído.

Hoseok negó ante su pregunta.

–¿Puedo ayudarte en algo? –Y fue cuando sintió como el menor entrelazaba sus manos en un solo movimiento, el calor que su cuerpo le confería le daba calidez.

Apretó su agarre.

Debajo de las mesas, con las manas agarradas hacia que su corazón se sintiera ansioso por el tacto de la otra persona. Por fuera, nadie se percataba de lo que pasaba en su interior, ni siquiera Hoseok.

–Chicos, la clase va a comenzar –Anunció su profesora de arte.

Yoongi se tensó al sentir la voz de la profesora porque aún no podía digerir el agarre que tenía el menor en su mano.

Como la clase era teoría y las presentaciones serían subidas a la plataforma después, no había necesidad de tomar apuntes, tan sólo debían escuchar atentamente a la profesora. Así continuaron el resto de la clase, Hoseok con la mano izquierda entrelazada con la mano derecha de Yoongi.

–¿Has visto a Hoseok? –Preguntó una chica interrumpiendo la lectura de Yoongi.

El quitó el libro de su vista mientras negaba con la cabeza.

–¿Sabes dónde podría estar? –Yoongi hizo un puchero con la boca.

Sí, de hecho sabía muy bien que al menor le tocaba baloncesto, pero por alguna razón se rehusaba a compartir esa valiosa información con la chica parada frente a él.

–No, no tengo idea de donde podría estar –La chica agachó su rostro con decepción y se despidió de él con una mochila en sus hombros.

Yoongi se levantó de su lugar y guardó sus cosas, iría a esperar al castaño fuera del edificio donde se encontraba practicando.

–¿Yoongi-hyung? –Preguntó el menor cuando lo vio en una banca sentado leyendo.

El pálido dejó su libro en la mesa mientras asentía tímidamente. Hoseok se acercó a él con una gran sonrisa mientras lo miraba de arriba abajo sin poder creer que el chico lo había ido a buscar al lugar.

–Me sorprende verte aquí –Soltó mientras intentaba tomarlo de las manos.

Yoongi al principio se sobresaltó pero dejo que esas manos más grandes se reposaran en las suyas cubriéndolo del frío del ambiente.

–Vine porque tú estás aquí –Alzó los hombros –No tengo otro motivo.

El moreno ladeó su rostro completamente sonriente.

Hace tiempo Yoongi no veía una sonrisa así, ese tipo de sonrisa que salía de manera natural y no buscaba esconder algo. Observó como sus mejillas se abultaban levemente y como su cabeza se ladeaba sutilmente hacia la derecha.

–Yoongi... –Su rostro borró la sonrisa que hace unos segundos tenía.

El mayor notó el cambio tan drástico que el chico había dado. Y le preocupó porque creía que esa sonrisa había sido real, para después darse cuenta que posiblemente esto no era así.

–Hoy no quiero volver a casa –Se recargó en su antebrazo aún viéndolo –Es difícil volver cuando sé que ahí no soy bienvenido.

–¿Por qué no eres bienvenido ahí? –Cuestionó el mayor.

Un pregunta que quizás no debía haber hecho pero ya era demasiado tarde, Hoseok bajó el rostro indeciso por lo que estaba a punto de decir.

–Mis padres piensan que estoy enfermo –Hoseok suspiró –Y es una enfermedad incurable.

No entendía las palabras de Hoseok, ¿a qué enfermedad se refería y por qué no sabía que era incurable? Intentando dejar el tema a un lado Yoongi intercambió las posiciones de sus manos, quedando esta vez encima de las suyas y confiriéndoles el calor que hace unos minutos él le había brindado.

–Sino quieres volver, ven a mi casa ¿te parece? –Sugirió –Hoy mamá sale temprano así que podrás conocerla y mi mejor amigo me hará una video-llamada así que también te lo presentaré.

El menor sonrió y después frunció el ceño. El pálido no entendió el porque de su actuar así que ladeó el rostro intentando buscar el motivo.

Dijiste mejor amigo... –Soltó –Creí que...

Era de esperarse.

Con la actitud que se cargaba, era difícil creer que había otra persona aparte de él que lo considerara amigo.

–Sí y es de Busan –Soltó sorprendiendo al moreno quien lo miraba expectante.

–¿Entonces tú y yo no somos mejores amigos? –Palabras que lo sacaron de sus pensamientos.

–No Hoseok... –El pálido se mordió el labio –No me gustaría etiquetarte con la palabra amigo –Contestó.

Porque para Yoongi, el menor se había convertido en algo mucho más que amigos. Quizás el otro chico no tomara tan bien sus palabras pero estaba muy seguro de que lo veía más que a un simple amigo. Pero al contrario de sus pensamientos, el menor pareció alegrase con lo anterior dicho y asintió felizmente con sus palabras.

–Entonces vayamos a tu casa –Soltó agarrando su mochila completamente decidido.

El chico que siempre sonreía [Yoonseok]Where stories live. Discover now