Destino

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Ese día volvió temprano a casa justo como le había prometido a Jimin, sin embargo durante la noche no pudo conciliar el sueño en ningún momento.

Al día siguiente fue a la empresa cansado pero inquieto, esperó a la hora indicada antes de salir en su coche al mismo lugar de la vez pasada. Un lugar que en un principio había elegido casualmente pero ahora tenía un motivo.

No tenía otro lugar para buscar a ese chico, ni tampoco sabía si esa búsqueda podría dar resultados. Lo único que quería era comprobar con sus propios ojos si se trataba de la persona que tanto añoraba y que alguna vez lo hizo sentir tanta nostalgia.

Entró lentamente mientras buscaba pistas sin encontrar rastros de él, buscó en la tienda cosas al azar como si estuviera decidiendo que productos elegir cuando él sabía perfectamente lo que quería.

Habían pasado diez minutos en esa tienda y la chica que atendía comenzaba a verse molesta por lo lento que era, así que con mucho pesar se dirigió a la caja con una serie de cosas que ni siquiera había recordado agarrar.

Tenía pensado volver al día siguiente, y al siguiente si así era necesario.

–Son 10,000 won –Le dijo la señorita.

Yoongi sacó su celular para que la chica lo pasara en la caja y el pago de esta manera quedó registrado. La chica le devolvió el celular y el lo miró con decepción, venir a la tienda había sido un desperdicio después de todo.

Tomó sus cosas sin fijarse en lo que tenía enfrente cuando chocó con un joven más alto que él, tirando sus cosas en el proceso y el cayendo en el suelo de un solo golpe.

Cerró los ojos por el dolor mientras miraba con molestia al chico que había provocado su caída. Cuando abrió los ojos, el chico lo escudriñaba con la mirada con un tono preocupado y al observarlo atentamente se percató que era la persona que había estado buscando.

El joven le extendió la mano para ayudarlo a levantarse y cuando ambas manos se tocaron produjeron un escalofrío en la espina dorsal del mayor.

–¿Estás bien? –Preguntó el chico a lo que él asintió con dificultad.

–Estoy bien –Se levantó del lugar y comenzó a recoger las cosas esparcidas con ayuda del joven.

–Disculpa, no estaba pensando bien y termine chocando contigo –Se disculpó el joven.

Yoongi negó mientras metía el último producto en su bolsa.

–Era yo quien estaba perdido en sus pensamientos –Corrigió –Pero en vez de pelear por quien es el culpable, mejor invítame un café para arreglar las cosas –Sonrió.

De alguna manera consiguió una interacción más grande de la que esperaba, Yoongi estaba dispuesto a darlo todo aunque la persona no resultara ser quien el quería que fuera.

Su corazón sintió miedo de ser rechazado cuando vio que el joven dudaba de su propuesta pero luego se sintió más aliviado cuando este asintió a sus palabras. Él chico le señaló que aún iba a comprar algunas cosas antes de ir a tomar algo juntos.

Así que Yoongi esperó pacientemente a que el chico saliera mientras estaba sumergido en sus pensamientos.

Si ese joven resultaba ser Hoseok, entonces por fin podría resolver todas las dudas que tenía, pero si al contrario, resultaba ser una persona completamente diferente entonces utilizaría esa oportunidad para olvidar a su primer amor y seguir hacia delante.

El chico salió bastante nervioso intentando evitar su mirada.

El pálido se dio cuenta enseguida y mientras más lo observaba, más quería creer que no lo evitaba por su pequeño choque en la tienda de conveniencia sino que se debía a que él ya sabía quien era.

Quizás, en realidad ese chico se trataba de la persona que tanto buscaba y que tanto había intentando olvidar. Era la primera y última vez que lo buscaba fuera de sus pensamientos, así que deseaba internamente que su instinto estuviera en lo correcto antes de salir herido una vez más.

Entraron a una cafetería más o menos decente donde unos jóvenes muy apuestos atendían el lugar.

–Mi nombre es Min Yoongi.

El chico era un manojo de nervios y tenía la mirada fija en su taza de café, así que para cambiar la situación el pálido se presentó primero para observar atentamente su reacción. Y justo como lo esperaba, vio como el cuerpo del joven tembló en cuanto oyó su nombre para buscar su rostro inmediatamente.

–¿Y el tuyo?

Esperaba ansiosamente escuchar esas dos palabras de sus labios así que lo miró detenidamente mientras ponía atención a cada gesto del chico.

–Yo... –Titubeó –Ha sido mucho tiempo, Yoongi.

El mayor sonrió porque simplemente confirmó sus sospechas.

–Lo ha sido, Jung Hoseok –Tomó un sorbo de su café.

El castaño le sonrió con un quede de nostalgia como si estuviera recordando todo lo que ambos habían vivido hace mucho tiempo.

Él hizo lo mismo mientras miles de recuerdos comenzaban a surgir dentro de su cabeza; sin embargo a diferencia de Hoseok, él era más reservado para dejar mostrar esas emociones al exterior.

Y por gracioso que parezca, esperaba con tantas ansias encontrárselo que olvido por completo todas las preguntas que quería hacerle. Tan sólo el tenerlo ahí, frente a él después de mucho tiempo le era suficiente.

–¿Por qué nunca me contactaste? –Jugó con sus dedos.

El menor tragó saliva mientras miraba a la gente por la ventana pasar junto a ellos.

–No quería hacernos más daño del que había provocado –Explicó –En esa época estaba muy enamorado de ti y las cosas eran tan difíciles.

Siempre esperó por escuchar una respuesta a esa pregunta, todo el tiempo imaginándose posibles argumentos pero nunca ninguno le pareció lo suficientemente apto para tomarlo como veracidad.

Al escuchar con sus propios oídos lo que Hoseok decía, provocaba que esa incógnita que tantos años le acompaño por fin desapareciera o quizás se acrecentara.

–En esa época no dejaba que nadie entrara a mi círculo social por miedo a perder a esa persona –Habló el mayor –No quería sufrir lo mismo que sentí cuando murió mi padre ni tampoco el dolor que tuve cuando me separé de mis amigos –Rió –Y la única persona que dejé entrar terminó abandonándome.

El menor se hundió en su asiento intentando asimilar lo que el pálido le decía.

–Sin embargo en vez de sentir ira –Palabras que hicieron levantar el rostro del castaño –Sentí una infinita tristeza por su ausencia y sin haberme dado cuenta, esa aversión que tenía para alejarme de las personas se esfumó –Tomó otro sorbo de café –La soledad que tanto me gustaba comenzó a ser molesta y las cosas que antes disfrutaba, terminaron fusionándose con las de ese chico.

Hoseok mordió su labio.

–Aún hay muchas preguntas que quiero hacer –Dijo haciendo círculos con su dedo en la mesa –No porque no las sepa, sino porque quiero confirmar que es verdad lo que pienso.

Yoongi pensó que todos esos recuerdos habían quedado olvidados pero mientras lo veía frente a él con ese rostro inexpresivo, esas memorias resurgían como si hubiese estado resguardadas en el fondo de su corazón.

–Así que ya no te alejes –Recargó la mano en su barbilla –Porque esta vez quiero conocer al verdadero Hoseok.

El menor asintió tomando un sorbo de su propia bebida.

–No me alejaré de ti nunca más y si intento hacerlo –Sonrió –No me dejes hacerlo.

El chico que siempre sonreía [Yoonseok]Where stories live. Discover now