Hazte amigo del dolor y nunca estarás solo

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Esta frase se grabó en mi mente desde el primer momento es la que escuché. Era extremadamente notorio cómo iba mejorando día a día. Pasé días y noches analizando las experiencias vividas, dando gracias por tanto aprendizaje y por la facultad que me había dado Dios para cambiar la vida de otros.

Sin embargo sabía que algo hacía falta en mi vida. Quería y debía ser mejor persona, mejor amigo, mejor padre, mejor esposo, incluso mejor ser humano. Entonces y luego de mucho pensar y ver dentro de mí, decidí tomar cartas en el asunto. Tenía que cambiar malos hábitos y malas conductas.

Un día a la vez. Amanecía y ponía una sonrisa. Deseaba con todas mis fuerzas ser feliz y pensaba que nada me detendría en mi intento.

Las noches en el sillón de la sala de mis padres terminaron. Puse manos a la obra y acondicioné un cuarto de cachivaches que había en la parte trasera. Lo pinté y decoré pensando en hacer un espacio confortable, trabajé semanas en la decoración ayudándome con esto a distraer mi mente. Poco a poco iba olvidando el sufrimiento que tenía al pensar en mi ex mujer.

Hice un pequeño estudio donde podía sentarme a escribir en el ordenador, ver la televisión o escuchar música. Era un espacio muy adecuado, pero sobre todo, era MI espacio, la representación de una nueva vida. Tenía de nuevo un hogar. Parecía que todo mejoraba.

Una tarde, sentado en mi sofá se vino a mi mente una palabra: La Mentira.

Había vivido en una vida llena de ella. Había mentido y había sido engañado. ;e paré de inmediato y tomé una libreta. Entonces escribí con letras grandes y en el marco de la hoja "Mentira".

Tenía que encontrar la manera de suprimir aquel patrón que me perseguía. Tenía que dejar de mentir.

Entonces vino a mí el recuerdo de la última cena de navidad con mi familia. Mi pareja y yo habíamos trabajado arduamente para lograr comprarles a mis hijos todo lo que habían pedido en su carta al niño Dios. Era la primera vez que recibirían tantos regalos.

Pasamos el día completo en los preparativos, compramos piñatas, limpiamos la casa, y preparamos una cena un tanto extraña pues era una receta de mi hija la mayor con la que estaba experimentando. A decir verdad, todo me parecía perfecto. Era la mejor navidad que había pasado en mi vida. Aquel recuerdo me motivó aún más. Tenía una familia hermosa, dejar de mentir por ellos y por mí era un gran paso que dar.

Entonces miré aquella palabra que había escrito una y otra vez y decidí crear un anagrama con palabras que me hicieran contrarrestar el peso de mentir.

Mentir

Amor

Todos

Nunca

Espíritu

Mucho

Día a día eliminaba una letra y lo convertía en algo positivo. Algo que me recordara mi lucha y mi esperanza en ser mejor.

Estuve practicando mucho tiempo esto hasta que empecé a ver cambios positivos en mí y en mi entorno.

Cada vez que se presentaba la oportunidad de mentir, recordaba mi momento feliz y decidía decir la verdad. Fue un cambio tan sorprendente que decidí así cambiar cada palabra de las cosas que hacían mi vida negativa o la dañarían.

El pensamiento positivo se estaba convirtiendo en mi salvación, mejoraba día a día como persona y en mi trabajo, mi nueva actitud estaba dando buenos frutos. Los días de descanso que siempre me habían parecido eternos ahora me parecían cortos. Estaba en una constante guardia de mi propia vida.

Mi segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora