- Lo siento, lo siento, lo siento. ¿Qué más quieres que diga?
- Louis, déjala ya. Tu padre y yo ni siquera nos hemos puestos tan severos con ella.
______ ya no sabía qué hacer. Le había pedido disculpas a su hermano incluso más que a sus propios padres por haber estado toda la noche fuera y no avisar ni, lo peor, contestar al teléfono.
- ¿Pero tú tienes idea de todo lo que se me pasó por la cabeza al ver que no llegabas y que ni siguiera respondías a todas nuestras llamadas?- Louis le gritó otra vez a centímetros de su cara- ¡Y Annabeth no sabía nada de ti!
- Estuve con Harry- murmuró de nuevo- En su casa.
Louis la observó con una mirada oscura. Sus ojos azules no parecían los mismos. Incluso su madre tenía miedo de él cuando se ponía así de irritado. El odio le hacía decir cosas que tal vez no pensaba en realidad.
- ¡Con Harry! ¡Claro, cómo no, revolcándote con ese como una puta más! ¿Rompisteis la cama?
_____ abrió la boca y se le subieron todos los colores a la cabeza. La rabia se reflejó en forma de lágrimas.
- ¿Qué estás diciendo?
- ¡Louis, haz el favor de no llamarle eso a tu hermana!- dijo su madre.
- ¿Por qué?- la miró y señalo a la chica- ¿Es que acaso tu no lo has pensado? ¿Piensas que sigue siendo virgen andando día y noche con ese mejor amigo suyo que todas las chicas dicen que es tan caliente? ¡Por favor, mamá!
- No sabes lo que dices... Tiene solo 17 años...
- ¿Y qué? No hay edad para abrir las piernas. Ellos dos salen en secreto. Está bien claro.
- ¡Deja de decir cosas que no sabes! ¡No te metas en mi vida!- explotó ______.
- Solo digo verdades- Louis la fulmino con la mirada- Y tú no vas a salir de tu cuarto hasta que yo te diga. Dado que ni siquiera papá ha decidido castigarte, me encargaré yo por una vez.
- ¿¿¿Quéeee???- se echó sobre él con las lágrimas cayéndole por las mejillas- ¡Tú no tienes ningún derecho, no eres mi padre!
- Soy tu hermano mayor- respondió tranquilamente- Y creo que con eso basta. Algún día me lo agradecerás, _______.
Ella miró desesperadamente a su madre, buscando ayuda, pero ella bajó la cabeza. ______ gritó mil improperios y subió corriendo a su habitación, dando un portazo, para que se notara su enfado.
- A veces te sobrepasas con tu hermana, Louis- comentó su madre, poniéndole una mano en el hombro- Al fin y a cabo, es solo una niña.
- Una niña- repitió él, suspirando- Eso me gustaría que fuera. Pero ya no. Harry la ha cambiado, y no finjas que no los has notado porque no sería verdad.
Su madre sonrió algo irónicamente y le dio unas palmaditas en la espalda.
- El amor no es un pecado, Louis.
El joven carraspeó y se rascó la cabeza.
- El amor no, pero el sexo sí. Sobre todo si se tiene 17 años.
________ se tiró a su cama a llorar desconsoladamente. Se aferró a la almohada y se concentró en insultar a su hermano, el sobreprotector, el que se creía con autoridad para controlar lo que ella debía o debía dejar de hacer. ¿Él qué sabría? Estaba enamorado de Annabeth, una chica que ni en sus sueños le haría caso, si eran francos. ¿Y se creía con experiencia para hablarle de chicos y de lo que podía hacer con ellos? ¡Ni sus padres se habían mostrado tan incrédulos y habían desconfiado tanto de ella cuando les había dicho que había estado con Harry todo el tiempo!
Annabeth. Hablando de Annabeth, tuvo el impulso de llamarla para contarle todo y desahogarse con ella. Contarle todo, no solo la bronca que había tenido con su hermano, sino también la fogosa noche de amor con Harry, con todos los detalles, hasta los más mínimos.
Justo cuando estaba agarrando el móvil, decidida, este vibró. Miró la pantalla, un mensaje de Harry. Oh, Dios.
" Necesito verte. Ya ha pasado demasiado tiempo para mí. Quiero otro de tus besos, puedes quedar esta tarde? Paso a recogerte, chao"
_______ puso los dedos en el teclado para responderle, abatida y furiosa que no podría salir porque estaba castigada en parte por su culpa.
Pero en ese mismo momento, recordó paso por paso todo lo sucedido la noche anterior. Aquella mañana, antes de irse, ______ había sucumbido a los encantos de su reciente novio y había vuelto a entregarse a él durante otra larga hora, con igual pasión y frenetismo. Mismas embestidas, mismo deseo. Increíble, sin lugar a dudas. El colchón emitía un ruido chirriante cada vez que Harry se introducía en ella con total precisión. Aquello ahogaba los gemidos de ______, que se agarraba a la espalda de Harry con fruición al sentir su miembro largo y duro penetrarla hasta lo más hondo de su ser. Por Dios, le había provocado tantos orgasmos seguidos que _______ había perdido la cuenta.
Revivió la mirada verdosa y salvaje de Harry sobre ella, acariciando palmo a palmo su piel con behemencia y agarrando fervorosamente sus pechos.
- Quiero tenerte así más a menudo. Deberías fotografiarte para mí así ______, me agradaría mucho mirarte por las noches- le había propuesto en ese mismo instante y ella le había pegado un manotazo, sonrojada. Pero, la verdad, le había parecido una buena idea.
No iba a renunciar a él tanto tiempo.
Entonces, dejó el teléfono a un lado del colchón y miró hacia la ventana de su habitación, por la que se filtraba la luz entre las finas cortinas. Se apartó un mechón de pelo sensualmente y sonrió.