Harry se vio envuelto en una nube de deseo incontrolable. Y ______ la había provocado. La había provocado al ponerse esa camisa blanca que realzaba tanto sus dotados pechos. Si se quedaba mirando detenidamente, incluso podía distinguir debajo el sujetador de encaje que quería arrancar de un momento a otro. Y esa falda entallada azul... Oh, Dios mío. Todo ello le hacía acordarse de que aquellas increíbles piernas habían estado abiertas para él hacía apenas dos días, y que había podido tocar cada parte de ese trasero y esas curvas de escándalo con mimo y detenimiento.
_______ se apartó, jadeando. Al parecer, el beso había sido tan largo que la había dejado sin respiración. Cuando se recuperó, empezó a reprocharle en voz alta.
- ¡Pero Harry! ¿En qué estabas pensando? ¿Y si nos ve alguien?- lo fulminó, intentado ocultar el dolor que en el fondo sentía- Solo amigos, ¿recuerdas?
Harry se rascó la cabeza, como siempre hacía cuando se ponía nervioso. La miro de arriba a abajo, algo que provocó que _____ se ruborizara aún más.
- Me importa una mierda todo, ¿vale?- explotó, tras unos instantes cavilando- No puedo soportar que sigas siendo solo mi mejor amiga. No puedo soportar mirarte como una más. No puedo soportar no tocarte, no besarte. Y en lo único que pienso es en lo mucho que te amo, y en que quisiera que fueras mía cada noche. ¡Hala, ya lo he dicho! ¿Te parece lo bastante claro?
Ella parpadeó. Dos veces. Tres. Después, se echó a sus brazos.
- No sabes lo que necesitaba que me dijeras eso, Harry. Porque yo siento exactamente lo mismo- susurró ella, acercando su boca al oído, y enterrando su rostro en el cabello rizado de su mejor amigo.
Él sonrió, satisfecho. Era lo que quería oír. ________ le quería, todo aquello no había sido un simple sueño.
- Entonces...- levantó una ceja- ¿puedo pedirte una cita?
______ rió. Sus mejillas enrojecieron un poco más. Le parecía tan tierna cuando se reía así...
- Creo que ya había aceptado al venir aquí, Hazza. Así que sorpréndeme.
Cuando le agarró del brazo, como si fueran una pareja oficial, ______ sintió que era la chica más feliz de la Tierra. Esa sonrisa de boba no se le podría borrar por nada del mundo.
Se sentaron en la terraza de una heladería. _____ sonrió, la típica cita romántica, al estilo cine, pero mucho más dulce. Además, esa heladería le encantaba, y le traía miles de recuerdos.
(Flashback)
- ¡Harry, límpiate!- ríe- ¡Pareces que tienes un bigote de señor mayor!
Harry intentaba buscar el chocolate que tenía bajo la nariz, algo que le hacía parecer bizco.
- Qué raro pones los ojos- comenta _____, imitándole.
- Tú también- Harry sonríe- tienes fresa por toda la boca. ¿Te has pintado los morros acaso?
______ se echa a reír.
- Claro, claro. Es que estoy buscando a un sapo para besarlo y que se convierta en mi príncipe azul, como en los cuentos. Por eso me he puesto guapa.
Hazza se le queda mirando como si estuviera loca y sonríe.
- Si ya estás guapa.
Su amiga se toma otra cucharada de helado y se sonroja.
- Que tonto eres- le saca la lengua.
- No soy tonto. Oye- ríe pícaro- y... mientras esperas a ese sapo-príncipe tuyo... ¿no te vale con darme un beso a mí?
Ella abre la boca, escandalizada.
- ¡Pero qué cosas dices! ¡Qué asco!- le apuntaba con el dedo mientras comentaba- Eso es solo para los novios.
Hazza se encogió de hombros. A veces su amiga se pasaba de correcta.
_______ sonrió al recordar ese día. Era uno de tantos. Al principio, le había desagradado tanto acercarse de más a Harry... ¡incluso odiaba tener que darle un beso! Cómo cambiaban las cosas. Ahora, besarle era lo más suave que se le ocurría hacerle. A pesar de que sabía que en esos tiempos él todavía no estaba enamorado de ella, le encantaba pensar que todos esos piropos e indirectas eran algo así como torpes intentos de ligar con ella.
Y ahora estaba allí, en su primera cita con él. Deseaba con todo el alma ser algo más, que esa cita no fuera ni mucho menos la última.
Harry volvió con dos copas de helado artesano: una de chocolate y vainilla, para él, y una de fresas silvestres con nata para ella. Ni siquiera había tenido que preguntarle cuál quería; la conocía como anillo al dedo, y sabía que ese era su favorito.
_______ tardó un par de minutos en percatarse de que Harry la estaba mirando fijamente, entretenida como estaba en el helado. Él pensaba en lo bella que era, con esos tirabuzones dorados adornando su precioso rostro, y los ojos azules que le cortaban la respiración cuando se cruzaban con los suyos. Los abanicos de sus pestañas lo hacían suspirar como un tonto.
- ¿Qué miras?- preguntó ella, esbozando una sonrisa curiosa.
- Te quiero tanto ______- dijo él, a modo de respuesta, y puso su mano sobre la de ella.
- No más que yo, te lo aseguro.
Esta vez fue ella la que se echó sobre él para besarle. Una mezcla de chocolate y fresa que resultaba exquisita, a la vez que excitante, los invadió a los dos. El reloj se había parado para ambos. No les importaba que la gente les mirase, que pudieran reconocerles. Permanecieron así hasta que una voz masculina les interrumpió, carraspeando.
- Vaya, vaya. ¡Pero bueno, parejita! ¿Qué pensaría el bueno de Lou si os encontrara así de encariñados?