Progresión...¿o decepción?

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Mi habitación es grande y bonita, la puerta es de color blanco y el picaporte dorado, al entrar a la habitación podías notar el color verde agua de las paredes y el piso de mármol blanco. Del lado derecho de la habitación había un gran ventanal con cortinas color beige y allí tenía un gran puff color cian en el rincon. Y en una pequeña mesita se encuentra un pequeño equipo de audio.

La pared del lado izquierdo tenía una gran estantería llena de libros y un poco más al fondo un escritorio en el cual tenía mi laptop junto con unas cosas de la escuela y una lámpara y a un lado del escritorio esta el tocador.

El el centro de la habitación, contra la pared está la cama, grande, el cobertor verde agua y los almohadones blancos y dorados, y en esa pared colgado estaba escrito con letras 3D y pequeños focos de luces mi nombre, a la izquierda una pequeña mesita de luz. A los costados de la cama hay dos puertas, la puerta del lado derecho es la que conduce al baño y la del lado izquierdo conduce al armario.

Las paredes tenían colgados retratos de mi familia y de mis muestras de patinaje, todos los retratos y muebles de la habitación estaban combinados en los colores blanco, dorado y verde agua.

Flora, Stella y yo dormimos en mi cama, Musa se quedo dormida en el gran puff y Tecna y Layla durmieron en unos colchones que habíamos sacado de la habitación de invitados.

Normalmente el color de la habitación me inspiraba cierta calma pero no esta vez, cuando me desperté a las 6 am un sábado por el sonido del teléfono de la casa.

Con cuidado de no despertar a mis amigas salí de la cama y de la habitación para bajar las escaleras y contestar el teléfono.

-¿Hola?-contesté con una voz adormilada.

- Buenos días ¿Se encontraria el señor...Oritel Peters?-respondieron por del lado, por la voz se podía reconocer que era una mujer mayor.

- No en estos momentos, esta en un viaje de trabajo, soy su hija ¿quien habla?

- Disculpe, nos comunicamos desde el hospital Magno.- me alerte y desperté al instante.- ¿no sabe de algún teléfono al cual podamos comunicarnos directamente con su padre?

- Oh si por supuesto.- le pase el numero de celular de mi padre.

- Muy bien muchas gracias señorita y disculpe la molestia.

- Disculpe ¿le puedo hacer una consulta?-dije algo desesperada antes de que la señora corte la comunicación.

-¿Si?

-¿Lo que usted le tiene que decir a mi padre es algo sobre Dafne Peters?

-Si.

-¿Podría decirme que es lo que paso con ella?-ya temía lo peor, pero intenté calmarme y convencerme de que no era nada malo.

- ¿Es usted mayor de edad?

- No pero...- la señora me interrumpió.

- Si no eres mayor de edad no puedo darte ningún tipo de información, lo lamento querida pero es la política del hospital, aunque si te das una pasada por aquí el doctor te contará todo.

- Muchas gracias.

Luego de esto colgué el teléfono, me quedé un minuto paralizada mientras los pensamientos vagaban por mi cabeza.

Luego reaccione y entré rápidamente a mi cuarto para cambiarme y salir lo mas pronto posible camino al hospital. Ya no me importaba si las chicas se despertaban o no, sólo me importaba saber que era lo que pasaba con mi hermana.

-¿Sucedió algo? - me preguntó susurrando Flora y noté que Musa también estaba despierta y esperando mi respuesta.

-Me llamaron del hospital, tengo que ir lo más pronto posible.- respondí mientras en un bolso metía mi celular y algo de dinero.

Todo Cambio Desde Que RegresasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora