El hijo del jardinero. Capitulo 5.

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Capitulo 5:


Lia tenía 17 años en el momento que decidí atarla a mi para siempre sin medir las consecuencias de mis actos.

 Estaba obsesionado con la idea de que ella fuera solo para mi. No permitiría que otro chico la tuviera. 

Debía meterme en su sangre, en su piel, en sus sentidos y pensamientos a como diera lugar.

 Mi único temor en aquellos días era que Lia conociera a alguien mas. Así que ya no me importaron las advertencias de parte de su padre, del mío, de su mamá y de Susana que sabía muy bien que su hermana me gustaba.

 Lia no lo sabe, pero su padre supo todo el tiempo que su mujer era la amante de mi papá. Hizo caso omiso, ojos ciegos y oídos sordos de aquella relación extramarital de su esposa. Igualmente se mantuvo sin decir ni media palabra porque él también mantenía una amante por fuera de su casa. 

Yo conocí a la amante del padre de Lia porque hice el papel de chófer, de ayudante de jardinero de mi padre entre otras tareas en la finca. 

Esa mujer es su amante hasta el día de hoy.

 Lia no creería que su correcto papá también llevaba una doble vida porque su matrimonio era de apariencias. 

El padre de Lia nunca creyó que su esposa terminaría descubriéndolo para después pedirle el divorcio para poder casarse con el jardinero. Su eterno amante. 

El papá de Lia desde que llegue a su casa me advirtió que tuviera cuidado con sus hijas, sobre todo con la pequeña. La cual era su hija favorita, el ángel llamado Lia. Ella era intocable.
El me advirtió que no debía ponerle las manos encima a Lia, o sino me iba a ir muy mal. 

El hombre se enteró de que Susana y yo manteníamos encuentros sexuales tórridos, pero no hizo nada al respecto porque él sabia muy bien que ella solamente pretendía tener diversión pasajera con el empleado joven de su casa, ósea conmigo. 

Susana jamás abandonaría al noviecito, hijo de buena familia que tenía debido al hijo del jardinero. 

Susana envidio siempre a su hermana menor porque era la consentida del papá.

Susana no deseaba que Lia fuera feliz conmigo solo por egoísmo.

Susana pretendía que Lía sufriera de alguna manera.
 Descubrí tarde que Lia jamás leyó mi carta.

 Susana es de las que desea ver el mundo arder. Fui un iluso.

 A los 19 años ya no les tenía miedo a las personas que me tenían prohibido cortejar a Lia. 

Quería huir con ella una vez ella cumpliera la mayoría de edad.

 Quería huir con Lia dónde nuestros padres no pudieran exigirnos pudor y recato siendo que ellos no nos daban para nada buenos ejemplos. 

Todos en la finca son doble moral.

La hija de papá seria mía a cualquier costo.

Una vez ella fuera adicta a mi me la robaría. 

Lo mío con ella seria un secreto hasta que me siguiera por su propia voluntad. 

Sabia muy bien que Lia no vivía de apariencias, ni se casaría como Susana con alguien de su estrato social como sus padres por las apariencias. Lia era una romántica.

 Si Lia llegaba a enamorarse de mi se iría sin dudarlo conmigo sin necesitar del dinero de su familia, como bien me lo demostró manteniéndose sola durante seis años. 

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