El hijo del jardinero. Capitulo 12.

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Capitulo 12:

— ¿Qué pretendes quedándote aquí en la finca?. El matrimonio de mi madre y de mi padrastro se celebro ante ayer. Ayer el personal de la agencia de matrimonios recogieron todo. 

No me gusta el campo, ya lo sabes. Me vuelvo a la cuidad. 

Además Chase anuncio que se hospedará en esta casa de campo por unos cuantos días y la casquivana de mi hermana Lia se quedara aquí con él siendo que la muy sucia tiene prometido. 

¿Cómo es que Lia puede andar con la frente en alto manteniendo una aventura con nuestro hermano?. 

Que cara tiene mi hermana después de haber pasado la semana pasada completa pegada a Chase sin importarle el que dirán.

Si quieres quedarte, quédate solo tú, yo me largo de la casa de mi mamá. Ella y mi padrastro pasaran una larga luna de miel. Sin mi mamá no tengo con quién salir de compras. No tengo amigas que puedan acompañarme.

Esas traidoras que eran mis amigas de juventud con las que salgo a veces no confían en mi. Jamás me invitan a las reuniones que celebran en sus casas.

— Sabes perfectamente el motivo por el cual ninguna de tus entrañables amiguitas te invitan a sus casas, Susana. Temen que tú, como la cascos ligeros que eras seduzcas a sus maridos. 

Es comprensible que te mantengan a raya con los antecedentes que tienes.

 Susana, el pasado no se puede borrar por mas que pretendas hoy comportarte como una mujer seria y recta. 

El pasado te condena dicen por ahí.

¿Te vas a quedar aquí conmigo o no?. Como dijiste no tienes otros panoramas. Quiero quedarme aquí para pasar también el fin de semana. El trabajo y tus conversaciones superficiales me tiene estresado. No esta bien visto que me quede solo aquí, siendo que tengo esposa.

— No quiero quedarme, Alen. ¿Pretendes que sea testigo de la inmoralidad de mi hermana menor?. ¿Pretendes que vea como por toda la casa se pasean ese par de inmorales que se la han pasado pegados?. ¿Quieres que me de migraña porque no puedo hacer nada para evitarlo?. Debería llamar ahora mismo a ese tal Benjamin para que vea en que pasos anda su prometida que se las da de santa. 

Aquí anda, desde hace una semana poniéndole tremendos cuernos con nuestro hermano. 

¡La odio!. No la soporto. Maldito sea el día que volvió. Estaba en paz sabiéndola lejos.

Lia, la eterna niña buena que no quiebra un huevo siendo que los rompe por mil. 

¡Siempre fue una doble cara!. La favorita. La niña de los ojos de mis papás. 

Todos a quienes he querido la prefieren a ella.

— ¡No comiences otra vez con tus quejas Susana!. 

Me tienes harto. Creo que lo mejor será que te vayas.

 Estar cerca de ti me crispa los nervios. Si quieres irte de la finca, anda vete.

¿Qué esperas?. ¿Por qué motivo me miras así?. ¿Y te quedas ahí parada con cara de poker?. Si te vas. ¡Vete ya!. Yo me quedo aquí.

— ¡Eres un patán!. Yo te importo una mierda. ¿No es verdad?. ¿Para qué entonces te casaste conmigo?. Yo creí que me querías, aunque desde que éramos adolescentes siempre has sido muy frío conmigo. ¿Me quisiste alguna vez Alen?.

 ¿Hace cuánto no me buscas en la cama?. Ya ni recuerdo la última vez que hicimos el amor. Nunca te gusto tener sexo. Debiste convertirte en sacerdote.

El hijo del jardinero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora