" Bisturí, mafia, y otras nimiedades "

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"Te conoci un día de lluvia, recuerdo la fuerza con la que arrasaba y como los cielos grises parecían estar igual de tristes que yo, sin embargo para ellos no era algo más que temporal y yo... "




En las salas de urgencia del hospital, personas corrían por los pasillos, policias de la alta seguridad nacional bloqueaban el paso a personal no autorizado y un joven cabellos rubios y ojos azules gritaba llamando a alguien que parecía no existir.

—¡¿Dónde carajos está Law?! ¡Dios este hombre está a punto de morir! ¡Y Trafalgar también!

— Eso sería lo mejor para todos Cora-san.

— ¡Ni hablar! Sabes bien que no permitimos ese tipo de cosas ¡Mejor lárgate a buscar a Trafalgar!

El joven sólo asintió sabía que aquel hombre no era de enojarse, pero cuando pasaba... que Enel los tomara confesados













En un área para fumadores, un joven hebras azabache daba una calada a un cigarrillo en su mano, lamentándose de su existencia. Lo odiaba, el sabor de la nicotina, odiaba que el aroma se impregnara en sus dedos, su cabello y su ropa, sin embargo, no podía dejarlo se había vuelto adicto a este y realmente batallaba para dejarlo, más bien su trabajo le hacia adicto, trabajaba por tanto estrés y para acabar, el cigarro no hacía más que marearlo, que le doliera el estómago y se estresara más.

— ¡LAW! ¡Dios santo al fin te encuentro! ¡Rocinante te busca urgentemente, te necesitan en terapia intensiva ¡Ya! ¿por qué no contestas el den den?

— ¿Qué pasa Penguin? Me quedé sin batería, ya voy, ya voy.

Y apagando la mitad del cigarrillo como siempre los dejaba, entró al hospital junto con el otro. Que en cuanto pisaron suelo de hospital lo jaló para acelerar el paso.
¿Qué estaba pasando ahí? El lugar parecia una fortaleza blindada, o algo mayor; la mayoría de los hombres parecía tener capacidad para perteneciente a un equipo swat o algo más peligroso ¿Qué demonios pasaba?

— ¡Law! Mientras tú disfrutabas de lo lindo aquí se pierden vidas, dedícate a lo tuyo sólo en tus horas libres, por favor. — El rubio tuvo que suspirar para serenarse, odiaba regañar a su discípulo, pero odiaba aún más la incompetencia.

— Ya estoy aquí que es lo que importa ¿Que no? ¿Qué necesitas?

— Trae a toda tu gente, vamos de inmediato a quirófano, quiero cinco unidades de sangre y... Que sean seis, temo que este hombre está a punto de perder el brazo...

El moreno asistió, llamando a su equipo que había sido electo por él y para él, yendo todos al quirófano ya habría tiempo de hacer preguntas. Temía que aquél desconocido desfalleciera.

























El estruendo de una ruda y fornida mano formada en puño, golpeó con ira una mejilla, estremeciendo a los otros quienes presenciaba tan brutal escena, temiendo y rezando por su vida, puesto qué sabían eran los siguientes.

— ¡SON UNOS ESTÚPIDOS INCOMPETENTES! ¡OJALA LOS HUBIERAN MATADO PEDAZOS DE MIERDA! Que porque si la polica no los mató ¡lo haré yo mismo hora!

— Killer Killer, cálmate ¿quieres? De este modo no vas a resolver las cosas, no des más honor a tu nombre.

— ¿Y qué quieres que haga Basil? Si no fuera por estas escorias. —Y pateando el vientre más cercano que tenía, pasó su mano por su cabello suspiró "tranquilizandose". — Nada de esto estaría pasando.

Plomo negro y carmesí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora