"Noches lucidas"

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Ya había perdido la noción del tiempo, ni siquiera recordaba en que mes estaban, parecía que todo se movía lento, excepto cuando estaba con él. En esos instantes, los minutos se hacían segundos y las horas, minutos. Había estado tantas veces tan cerca de Kid que parecía irreal.

Aquella tarde se dirigió a sus terapias de rehabilitación, Monet ya estaba ahí cuando llegó, y era que el pelirrojo podía salir de la habitación y se encargaba de sus "pendientes" encerrado por largas horas junto a sus subordinados en el despacho de la casa.

Una sensación inexplicable llenó su cuerpo y detuvo por algunos instantes su corazón, en ese momento y cómo nunca antes veía sonreír amplia y sinceramente al ojiambar. Al parecer se reía de algo que había dicho Monet o eso parecía.




Kiling *

Palabra de origen tagalo, de Filipinas; llamado a la sensación de que te derrites cuando hablas con alguien que te gusta. O, en otras palabras, sentir mariposas en el estómago. *





Law no pudo evitar mirar hacia otro lado cuando aquellos los ojos ámbar voltearon a verlo en una mirada que el moreno no logró descifrar.

Aún con algo de nerviosismo el azabache se acercó al sofá donde estaba el pelirrojo.

— Oh Law, mira esto. — Monet tenía sobre su palma la enorme mano de Kid, quien por mucho le superaba en talla.

Apretando un poco la muñeca del pelirrojo con pequeños movimientos Kid trataba de cerrar su mano, a la par que apretaba una pelota de esponja de aquellas ortopédicas.

— Parece que tiene más movilidad ya. — Sonrió la peliverde mirando al doctor.

— ¿Sientes algún dolor? Eustass.

— No como antes, pero aún siento leves calambres.

— Iré por el martillito. — Sin más, la chica salió de la habitación, Law tomó asiento en el banquillo donde antes estaba la mujer.

Una mirada cómo en forma de pregunta fue lo que le dedicó al pelirrojo antes de tomar su mano.

Al hacerlo sintió el cuerpo ajeno tensarse, para luego relajarse nuevamente, imagino que Kid estaba bien con eso. Law pasaba su mano sobre el dorso de la del más alto, haciendo pequeños círculos y de vez en cuanto apretando la palma, quien reaccionaba con pequeños espasmos.

Trafalgar explicaba al otro cual era la función de los masajes a su recién operado brazo. Kid miraba con sumo detenimiento los movimientos del azabache y no podía evitar que su vista se posara en el rostro de Law; su extraña barba corta, los dorados pendientes en sus oídos, aquellas pronunciadas ojeras, de seguro por sus inicios de estudiante de medicina y ahora por sus noches de guardia suponía él.

Y también, no podía evitar que sus ojos se posaran sobre aquellos labios, delgados y sin vida, de alguna forma atrayentes e hipnóticos, como si le llamaran de alguna forma.

Sin pensarlo más, tomó con su mano libre la cabeza del ojigris, atrayendo en un brusco, pero medido movimiento que logró frenar cuando sus labios al fin hicieron contacto con los del moreno. Un esperado estado de shock se hizo presente en el ojigris quien de forma inconsciente se aferró a la mano del pelirrojo.

Plomo negro y carmesí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora