"Ocaso"

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De nuevo, oscuridad, soledad, miedo ¿Es que nunca voy a ver la luz?





— ¿Que qué quiero decir? A divina quién volvió de la muerte y tiene secuestrado a tu amor.

Luces, el gran sonido de la detonación de una bomba que te deja aturdido, y sólo logras escuchar el pillido, viendo como las personas mueven los labios sin saber qué dicen. Una bomba; eso había sido aquellas palabras, tenía que ser una maldita broma.

— Matarme n-no hará que te lo devuelva...

No sabía desde cuándo o cuánto llevaban sus manos estrangulando el delgado cuello de la mujer que, aun sintiendo la asfixia, y el aire acabarse poco a poco, continuaba con una cínica y macabra sonrisa.

La cara de Kid había sido arte cuando palideció aún más al escuchar que tenían secuestrado a Law, haciéndole quién sabe cuánto.

— ¡Kid!

Killer le había quitado a la mujer y éste le sujetaba fuertemente del brazo, no entendía lo que estaba pasando, pero incluso podía oír la sangre de Kid hirviendo a todo calor.

— ¡Esos hijos de puta secuestraron a Trafalgar!

Killer entendió todo; entendió el porqué del arrebato de Kid, el porqué de soltar puñetazos a la pared más cercana hasta que sus nudillos sangraron, el porqué quería asesinar a la persona portadora de la noticia. Porque sus ojos se llenaron de lágrimas.

Lo sabía, porque alguna vez lo miró así, alguna vez esa furia asesina fue por él y cómo buscaría en cielo y el infierno hasta encontrarlo.

Pero esta vez era diferente a con él, esta vez, era un millón de veces peor.

— Cálmate Eustass, haremos que esta mujer hable.

Basil, la voz de la razón había llegado también y se enteraba de los hechos resumidos.

Todos habían regresado a la finca, cerrando el lugar que ni un alma podía entrar o salir.

— De verdad vas a pegarle a una muje...

La tremenda bofetada que Kid le había dado le había hecho perder el conocimiento. Por escasos dos segundas el pelirrojo se había sentido mal de perder sus modales y recordar que era un caballero. Su madre le hubiese devuelto el golpe si lo hubiera visto.

— Estupendo, ahora no sabremos qué pasó, gracias.

— ¡Cierra la puta boca! ¡¿Cómo es que esto pasó? ¡Tú más que nadie sabía que estaba muerto y tres metros bajo tierra!

— A mí no me culpes, cuando yo te contacté hace años para que hiciera ese trabajo, el jefe anterior dijo que lo habías logrado con creces.

— Esto debe ser una jodida broma. — Exasperado, el pelirrojo se revolvió el cabello. Sentía un nudo en el estómago y unas ganas de vomitar terribles.

— ¡Hey Kid! Encontré esto en la cazadora de ella.

De inmediato le arrebato la carta, y Basil a él, pues en su estado no podría razonar lo que sea que dijera.


"Para mi apreciado Ángel.

¿Crees que volví de la muerte? La verdad es que no, mientras tú sigues ahí, en ese podrido mundo yo estoy en paz, quizá te de las gracias por eso, me imagino que estas ardiendo de rabia por lo que está pasando, pues sí, logré hacerme de contactos aún en el más allá.

Plomo negro y carmesí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora