Parte V

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¿Qué carajos había pasado?

Se mira con pijama y bien arropado, ve el reloj de su mesita y era más de las diez de la mañana y él... ¡Mierda!

¡Ya debía estar en la oficina!

Como poseso se pone de pie tan rápido como le es posible, aún con ese dolor punzante en su cabeza. ¿Qué mierda había tomado para que le doliera tanto?

Con dificultad se mete en la ducha, al salir se pone algo informal, ese día no estaba para soportar la corbata. Cuando está por salir ve a su madre en la cocina, sonriéndole, de una forma que nunca antes vio, pero que le ofrecía una taza de café junto a un par de tostadas con tocino. Sabe que es tarde ¿Qué más daba si tardaba unos quince minutos más?


—Ahora vuelvo.


Y sonriéndole va al baño a sacar del botiquín una pastilla para el dolor de cabeza, porque juraba que tenía un martillo golpeándole cada que intentaba girar la cabeza. Era una mierda.


—Bebiste demasiado —ella le sonríe con algo de pena.

—Lo lamento mamá, no volverá pasar.

—Tranquilo cariño, no estoy regañándote.


Y se siente peor, porque no recuerda ni cómo llegó ahí, porque sólo tiene lagunas mentales, recordando en su mente esa voz que le decía que debía intentarlo, con Taemin.


—Termina y ve a trabajar.

—Gracias mamá —recibe un beso en la frente—. Lo lamento, otra vez.


Ella se le queda mirando y él siente cómo en el pecho surge esa sensación, esa que raras veces sentía; un presentimiento que estruja su pecho al ver esa mirada extraña, que tenía mezcladas pena y algo de comprensión ¿Pero de qué?

Un beso más en la frente y la ve salir de la cocina a paso lento, y con algo de cansancio después de verla sonreír, esta vez, con algo de alegría mientras le deseaba un lindo día.

¿Él era el loco o lo era ella?

Termina su desayuno y sale rápidamente de casa, corre, o eso intenta, a la avenida principal para tomar un taxi, porque a esas alturas no daba para esperar un bus o ir al metro, así llegaría mañana.

Uno se detiene rápidamente y sin perder el tiempo dicta la dirección. Y durante el camino recuerda, sin querer realmente, todo lo que había pasado. Había sacado toda esa pena y frustración que se había acumulado desde que todo eso empezó, desde que intentó creer que dejar que las cosas tomaran el rumbo que debían tomar, sería lo mejor.

Se había dejado a los deseos del destino, y no le gustaban para nada los resultados.

Él no era así, siempre había decidido sobre su vida, sobre todo; sus estudios, sus trabajos a medio tiempo, su vida amorosa, los deportes y cada maldita cosa que había hecho, y no se reconocía a sí mismo siendo tan inseguro, Lee Taemin le movía el piso y él sentía que no tenía dónde pisar firme, porque siempre tuvo miedo de arruinarlo.

¿Y lo que había logrado siendo así?

Sólo lo había arruinado más, y se sentía cagado de estar así. Porque ya no soportaba ser así, porque no era él, y tampoco sería él sin su novio, sin aquel que le dejó descubrir cada emoción nueva sin inhibirse y sin temor a que todo saliera mal.

Así es el Amor - Temporada III: RedescubriéndonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora