Parte Final

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Minho le había prometido no verle ni enviarle mensajes, porque debía estudiar y practicar para esa defensa de proyecto que estaba a la vuelta de la esquina. Tan sólo faltaban horas y estaba nervioso.

Las exposiciones siempre fueron lo suyo, lo que le preocupaba eran las preguntas que le harían y temía no poder responderlas, sólo que no era por falta de conocimiento, sino porque vería nuevamente la cara de su tutor, el padre de su novio. Eso era lo que realmente le tenía tenso.

Tenía tantas ganas de decirle que él y su hijo ya llevaban unas semanas de estar juntos, eso incluía a sus propios padres que aún no sabían lo que ocurría, y ya iba siendo hora de que se enteraran, pasara lo que pasara.

Sin embargo, el peor miedo era que sus padres prepararían una cena y le habían obligado a invitar a su tutor y su familia, lo que le sabía sólo a tensión, claro ellos estarían tranquilos conociéndose y compartiendo, pero ¿Y él? Él estaba seguro de que perdería un par de años de vida por estar ahí junto a Taemin, y sus padres sin saber lo que tenían.

De repente el sonido del despertador lo atormenta, anunciándole que tenía las horas contadas, y que en algún momento de la noche había caído desmayado, porque ¿Dormir? Imposible.

Se levanta y su madre tiene su desayuno listo, pero se despide inmediatamente porque le dice que debe ir de compras para preparar la cena para la noche, que no quería distraerle mientras él preparaba todo para su defensa. Su padre ya se había ido a su trabajo, era maestro y siempre llegaba antes de la hora, siempre enseñando la puntualidad a sus estudiantes. Él llegaría en la tarde para ayudarle a llevar la maqueta del diseño que ya había sido aceptado en esa reunión.

—¿Kibum no te acompañará? —esa pregunta le sorprende, su padre no había preguntado mucho por él, pero seguro acaba de recordar que solían andar como uña y mugre, siempre juntos en los momentos más importantes.

Minho había asistido a la defensa de proyecto de su amigo, pero sabía que a pesar de que Taemin le contó que hablaron, también le dijo que no quedaron en buenos términos, y lo mejor sería evitar algún tipo de mal entendido, sobre todo en un día en el que ambas familias se conocerían.

Ya habría tiempo para arreglar todo con Kibum, incluso para agradecerle que hubiera pasado sobre su propio orgullo para hablar con Taemin.

—No le dieron permiso en su trabajo.

Su padre asiente mientras arreglaba su corbata, mirándole de pies a cabeza, sonriéndole como dándole el visto bueno para que se fueran de una vez. Tal vez pasaría mucho tiempo para que ese día llegase.

—Estará apoyándote igual, seguramente.

—Lo sé.

E inclina un poco para recibir un beso en su frente y respira profundo. Ya era hora de salir, su madre ya llevaba esperándoles en la sala, sonriendo al ver a los dos amores de su vida.

Dios, ella le decía que era una suerte poder verlo salir profesional, que esperaba poder verlo por más tiempo. Porque los tres estaban conscientes del tiempo que pasaba y mientras él continuaba creciendo ellos ya estaban envejeciendo.

Y siempre fue demasiado consciente de ello, por eso había dado lo mejor de sí mismo, porque sabía que ellos querían verlo feliz y con toda la vida arreglada, y él los quería ver felices.

Sólo que no les daría nietos.

¿Se deprimirían por eso?

Su padre conduce su viejo automóvil hacia la universidad con calma para cuidar esa hermosa maqueta que tanto le había costado. ¡Dios! Se sentía eufórico ¡Tenía tantas cosas que vivir ese día!

Así es el Amor - Temporada III: RedescubriéndonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora