*
*
*
Mira a su padre cuando cree haberle escuchado hablar. Le mira con cara de pedirle perdón por no poner atención a lo que decía.
Y desvía la mirada hacia el frente, no quería distraerle, estaba conduciendo y no quería ni siquiera replicar porque parecía ese primer día de clase al que siempre le llevó cada año de su vida, deseándole lo mejor y dándole un beso sonoro en la frente antes de despedirse.
Parecía tonto, y hasta ñoño, pero lo había hecho hasta en su primer día en la universidad.
Ahora lo vería seguido sí, pero tampoco le desagradaba trabajar bajo su supervisión.
—Que trabajes conmigo no es motivo para poner esa cara —sonríe divertido, le mira y le pega un empujón suave porque le agrada tanto que él haya llenado ese vacío que Taesun dejó al mudarse a otra casa.
Hasta se había dado cuenta de que estaba muy triste esos últimos días, y que esas vacaciones al finalizar su carrera estaban haciéndole daño, en vez de reparar sus energías.
Y ahora estaba ahí, adelantándose a todos sus compañeros, haría sus prácticas de una vez, con su padre como su tutor, aunque no estaban seguros de eso aún, le decía que el muchacho que hacía sus prácticas pronto terminaría y que él le enseñaría lo que debía hacer hasta que le encontrase un puesto en el área en el que se especializaría.
La verdad lo prefería así, estar ocupado y con la mente en su trabajo antes que en esa vida sin sentido y que parecía tomar rumbos extraños, con su corazón dubitativo y sintiéndose como si no perteneciera a ningún lado.
Era un tanto fatalista, pero nadie podía culparle de sentirse insuficiente e incapaz para poder retener al amor en su vida.
—Bebé no estés triste —y ríe porque él seguía tratándole de bebé cuando ya era más que adulto, oficialmente—. ¿Y esa risa?
—Ya no soy un bebé, por si no te diste cuenta empezaré a trabajar hoy.
—Eres mi lindo, precioso y bonito bebé.
—¡Papá!
Rueda los ojos mientras él ríe como si sufriera de retraso mental, y agradece que discutieran cuando el semáforo marcaba en rojo. A su padre solía darle ataques de cariño y ñoñería de ese tipo, y aunque dijera que estaba acostumbrado, sabe que él está pasando por un difícil tiempo desde que Taesun se había mudado, rompiéndoles el corazón porque ellos querían continuar viviendo con sus dos hijos. Ahora él era la victima de todo ese amor y esa cursilería que les nacía en exceso.
—No me llamarás bebé en la oficina ¿Verdad? —le mira como suplicando por su vida, juntando las palmas como rogándole algo de piedad.
—Si se me sale no es mi culpa.
—¡Papá! —le llama la atención, mirándole amenazador.
—Está bien, no lo diré.
Ve su rostro y ríe inevitablemente. Él envejecía y se hacía más cariñoso, la edad parecía quitarle lo amargado y estirado.
—Pero no pongas esa cara.
Ambos ríen y Taemin respira profundo cuando ve que entran al parqueadero de edificio imponente en pleno centro de la ciudad.
—Te presentaré a Choi, es un chico fabuloso, te aseguro que te echará una mano, no tengas miedo.
—¿Por qué no mejor lo adoptas si tanto lo adoras?
ESTÁS LEYENDO
Así es el Amor - Temporada III: Redescubriéndonos
Fanfic~*~Caminos acertados, caminos errados y accidentados, así es el camino de amor~*~ 2minsoul.