Epilogo

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Narra Ross:

7 años después...

-Nathan, hijo vamos levántate - éste ni siquiera se mutaba. Sí, mi hijo era igual a mí en este aspecto, su cabello rebelde lo tenía más desordenado de lo normal, amaba su cabello café, y sus ojos mieles, la mezcla perfecta de Laura y mía -, Nathan si no te levantas te perderás las vacaciones y nos iremos sin ti.

-Papi tengo sueño - mi niño inquieto, ayer no se quería acostar y ahora no se quiere levantar.

-Hijo, pondrás seguir durmiendo en el auto, ahora vamos, ponte la ropa que dejo Mamá, ¿O te pongo la ropa yo?

-No, yo ya soy un niño grande -mi niño ya había cumplido sus 6 años.

-Okay niño grande, vístete y bajas para reunirte con nosotros - me levante de su cama y antes que saliera la voz de Nathan me detuvo.

-Papi - conocía ese tono, era el tono que usaba siempre que quería algo, me gire esperando que no me pidiera algo que me metiera el problemas con Lau.

-Que quieres Nat.

-¿Mamá puede hacer panqueques de desayuno? - oh, era eso, un suspiro salió de mí sin querer, la última vez que había usado ese tono me costó dos semanas sin poder disfrutar de mi esposa, Nathan quería dulces, y yo como padre enamorado le di todos los que quiso, el problema era que tenía prohibido comer dulces, y el día después amaneció con dolor de estomago, me puse como loco y Laura aun más tanto que estuvo una semana sin hablarme y dos sin dejar que la tocara.

-Le diré a Mamá - salí de su habitación.

Baje donde se encontraba mi hermosa esposa con mi hija. Sí, tengo una hermosa hija por la cual babeaba siempre, era mi pequeña princesa, mi pequeña Florencia.

-¡Papi! - salto cuando me vio, recuerdo la primera vez que me dijo papá, también había sido su primera palabra, ese día había llegado cansado del trabajo, tenía una nueva propuesta que me consumía por completo, ya ni siquiera veía a mis hijos, ya que siempre que llegaba estaban dormidos, pero ese día mi florcita estaba despierta con su madre al lado, me vio pasar por la puerta y me grito ¡Papi! y fue ahí donde comencé analizar todo, estaba dejando a mi familia de lado, un solo "Papi" me basto para ponerme de rodillas ante ella y pedirle perdón por todo, desde ese organice bien mis limites, los horarios del trabajo y mi familia.

-Mami ta siendo panque...que - deseaba que se quedará con 3 años siempre.

-Se dice está haciendo, princesa - ella sólo me sonrió y se fue a ver La Sirenita.

Avance hasta la cocina y ahí estaba mi mujer, la madre de mis hijos, mi mejor amiga, mi amante, mi esposa, mi todo, seguía tan hermosa como.

-Sin querer le cumpliste el deseo a Nat - Laura se sobresalto.

-¡Ross! - me regaño mientras recogía la cuchara que había botado a causa del sobresalto -, y que quieres decir que le cumplí el deseo a tu hijo.

-Quería panqueques y uso ese tono de voz, tú sabes cuál.

-Ah y tu como siempre se los ibas a conseguir.

-Por supuesto - Laura solo rodo los ojos, sí ella era quién más sabía de mi consentimientos hacia mis hijos y cuanto los amaba -. No te enojes, te amo, ¿Lo sabes? ¿Cierto?

-A veces pienso que me tienes sólo para dar a luz a tus hijos y cuídanlos mientras trabajas - y yo que pensaba que el dramático de la relación era yo.

-Mentira, también te tengo para que me calientes en la cama - y aquí estoy como siempre jodiendola a más no poder -. ¡Mentira, amor! sabes que te amo más que nada en este mundo, pero tienes que aprender a compartirme con nuestros hijos - es definitivo, no puedo hablar sin joderla más.

-¿Tan irresistible te crees Lynch? - sonrió con burla -, puedo tener al hombre que quiera así - hizo sonar sus dedos, se acerco hasta donde yo estaba, ahora sin ninguna pizca de gracia, comencé el juego y como siempre Laura me había ganado, llegó hasta a mí y me quedo mirando fijo, ¿Es posible que su ojos fuera más bellos que ayer?.

La tome desde su cintura, la senté en la encimera y la bese, la bese como el loco enamorado que era, como ese chico que tropezó con ella hace 11 años atrás, saboreé su exquisito saber, deseaba con todo mi ser llegar más lejos pero una parte de mi (Mínima) recordó que mi hija estaba en la otra habitación y mi hijo bajaría el cualquier momento, termine dándole un último recorrido con mi lengua en su dulce boca.

-Te amo maldita sea, te amo tanto que aun después de tantos años no sé como decírtelo con palabras - empecé diciendo y repartiendo besos en su cara -, me has dado tanto, dos hijos maravillosos, una familia la cual amo más que mi propia vida y siento que al lado tuyo no soy nada ni nadie, eso sí, no se lo digas a Calum, que se muere si escucha eso - Laura rió.

-Te amo idiota.

-Y yo mucho más mi reina.

Y esa era una parte de mi mundo, mi familia, la cual amaba hasta la última célula de mi cuerpo, y espero poder disfrútala por muchos, pero muchos años más.

Lo Eres Todo Para Mi (Ross & Laura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora