Capitulo 3

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No me mal interpreten, solo tengo mucha curiosidad de porque Wesley es un criminal para la ley, espero no parecer entrometida.

—Es una historia muy larga y confusa -camino hacia las escaleras pero lo seguí-.

—No importa, tenemos todo el día -le sonreí, él suspiro-.

Subimos las escaleras hasta llegar a su habitación, no me molestaba para nada estar en ella.

Wesley se saco su t-shirt dejando a la vista su fornido y bronceado abdomen. Su cabello negro resaltaba sobre su piel, se veía tan suave y esbelto.

Sus ojos miraron los míos pero yo estaba admirando su bello abdomen.

—Leah.

Sentí mis mejillas arder, me atrapó mirándolo.

—Eh.... ¿si?

—Deja de mirarme de esa forma -sonrió-.

—Entonces deberías ponerte el t-shit, si tienes calor puedes prender el aire.

—No, quiero quedarme así, además estás en mi habitación, eres la que está invadiendo.

Lo mire a los ojos sorprendida —Oh pues no hay problema, me voy -me pare de la cama para salir, pero sabía que me detendría-.

Me tomó por la muñeca. —No te he dicho que te vayas, no te he dado permiso.

—¿Permiso? ¿Que te crees? ¿Grey? -él sonrió-.

—Si! -lo mire sorprendida.

Mi corazón dejo de latir cuando sus labios embozaron esa sonrisa de "soy tu daddy"

—Es broma Leah, solo... no hagas nada sino te mando, no quiero que salgas de esta habitación bajo ninguna circunstancia, ven aquí -me atrajo suavemente hacia él para abrazarme, mi mejilla tocaba su suave abdomen y mis oídos escuchaban los latidos de su corazón-.

Quería besarlo, pero... no quiero parecer desesperada.

—¿Quieres besarme? -me tomó por las mejillas para que lo mirara-.

—Wes...

Y eso fue todo. Tenía sus rosados, calientes y suaves labios en los míos. Me alce un poco por la diferencia de altura, pero Wesley lo notó, sonriendo en el beso.

Sus manos fueron a mi cintura cargándome sorpresivaemre haciéndonos reír a los dos.

—Eres muy pequeña -río-.

—No, tu eres muy alto. No puedo creer que me hayas levantado.

—No pesas nada eres una hoja de papel en mis brazos, me pregunto si aguantaras mi p...

—Demasiada información - reí nerviosa, mis mejillas ardían-.

—Sabes que te encanto -beso mi frente-.

—Alardeas mucho sobre eso ¿no crees? -sonrío-.

—Me gusta decir que eres mía -me sonroje-.

Aún seguía colgada a él —¿eres posesivo? -sonríe, el me miró sorprendido-.

—¿Quieres saber que tanto? Y ¿Desde cuando eres tan pervertida?

—No es perversion, solo preguntaba -el ambiente se torno de pronto tenso y sexual, estaba nerviosa-.

Pero me calmé al ver que había ignorado mi intento de ser atrevida, quería que siguiera besándome pero él tenía algo importante yo debía saber.

Unknown | II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora