Un mes a pasado, mientras que Leah Parker aún sigue secuestrada por Wesley Tucker. El desconocido que se convirtió en el amor de su vida.
Su familia, la policía, sus amigos, todos están tras su búsqueda, pero desde esa noche en el parque ella fue l...
Estire mi cuerpo completamente para terminar de despertar. Hoy iríamos al instituto, Wesley y yo.
No era un secreto que estaba muy asustada y un poco ansiosa. No sé cómo Wesley puede vivir tan confiado sabiendo que la justicia está detrás de él. En está casa vivo todo el día paranoica y asustada, siempre pienso que la policía entrará por esa puerta y se lo llevaran, y a él se le ocurre llevarme a su instituto. Solo espero que todo salga bien.
Miré su rostro el cual dormía plácidamente, es tan lindo.
Tome mi toalla y entre al baño. Busque mi cepillo de dientes y me cepillé, seguido de una gran y relajante ducha caliente. Cuando estuve lista salí.
Mis ojos de inmediato entraron en contacto con su adormilado y bello rostro. Por cierto su cabello despeinado por las mañana era mi debilidad, o más bien una de ellas.
—Oye, deberías despertarme con un beso todas las mañanas -gruñó Wesley, mientras estaba sentado en la esquina de la cama-.
—Lo siento es que estabas... -el se paró y me besó aunque estuviera mojada-.
—Wesley estoy mojada -me sonroje-.
—Vaya, ni siquiera he hecho nada -sonrió pícaro-.
—No seas pervertido -camine hasta el closet- ve a ducharte o llegaremos tarde, anda vete-.
—Pareces mi mamá -gruñó-.
Con mi ropa en mano lo mire —Y tu eres idiota -sonreí- pero eres mi idiota.
—Lo sé nena, lo sé.
Una vez Wesley entro al baño, comencé a secarme y a agregar loción a mi cuerpo. No podía ponerme la ropa sin antes ponerle loción con olor a frutas en todo mi cuerpo, me sentía más suave, además me encanta el olor de los frutos que tiene, es muy relajante.
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Decidí, ponerme esta ropa porque, me sentía más confortable aunque estuviera usando falda. Dejé mi cabello suelto, estaba algo ondulado porque había dormido con el envuelto en forma de caracol.
Tome mi celular y fui a la cocina para prepararnos algo a Wesley y a mi. Hice wafles, dos para Wesley y uno para mi. Luego tome dos vasos de jugos de naranja y les pique a los wafles trocitos de fresa y luego les eche el jarabe.
Wesley adoraba las fresas así que porque no. Yo solo comería un wafle con una manzana y mi jugo.
Puse todo esto en una bandeja y lo lleve al dormitorio de Wesley. No me sentía mal actuando de este modo, pareciera que es lo que haría la sirvienta pero, pienso que es todo lo contrario.
Abrí como pude la puerta y ahí estaba, con su torso desnudo, solo en pantalón.
—Ven déjame ayudarte -tomó la bandeja en sus manos y la depositó enmedio de la cama- no tenías que hacer esto.