Un mes a pasado, mientras que Leah Parker aún sigue secuestrada por Wesley Tucker. El desconocido que se convirtió en el amor de su vida.
Su familia, la policía, sus amigos, todos están tras su búsqueda, pero desde esa noche en el parque ella fue l...
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Estaba enojada, demasiado! Que fastidio con Wesley ¿que se cree? No soy ese tipo de chica, no soy así.
Con todo mi enojo bajé a la sala donde dije que dormiría. No se como se me ocurrió decir eso, ya que en el dormitorio de Wesley había aire acondicionado, y un como sofá donde dormiría, pero metí la pata diciendo que dormiría en esta grande y tenebrosa sala.
Los muebles se veían cómodos y todo pero, estoy totalmente sola aquí. Aparte no se donde estoy, la casa está rodeada de bosque o no se que.
No tuve de otra más que apagar las luces y tratar de dormir. Estaba muy cansada.
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Estaba durmiendo o eso creo, alguien me está sacudiendo ¿estoy soñando?
—Vamos Leah, despiértate -era Wesley, su voz sonaba ronca-.
Me moví lentamente bostezando.
—Déjame dormir -me moví dándole la espalda-.
—Tienes un lindo culo que voy a golpear que si no te despiertas.
Suspiré. No tuve de otra más que abrir los ojos, aún era de noche.
—¿Que quieres ahora?
—Ven a dormir en la habitación por favor.
—Si te disculpas -sonreí-.
—Está bien.
Se acercó de golpe besando mis labios, el beso era desesperado pero suave, trate de apartarlo pero me fue imposible. Solté un leve gemido cundo me mordió el labio inferior. Mis manos fueron a su suave cabello para halarlo.
—No me desobedezcas, princesa mimada -susurró entre besos-.
Nos separamos para poder respirar.
—No te he desobedecido en nada idiota.
—Te dije que durmieras en el sofá pero no aquí en la sala, si te pasa algo no me lo perdonaría -acaricio mi cabello-.
Él estaba sin t-shirt y sus ojos verdes ahora eran más oscuros.
—Lo siento, es que me hiciste enojar. Pero ya vamos, tengo mucho sueño -me levante del mueble-.
—Que lindo trasero.
—Ya deja de mirarme y ven pervertido. -subimos a la habitación- .
