• Capítulo VI "Nuevos comienzos" •

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Bernadotte se quedó meditando largamente en uno de los tantos balcones del cuartel, admirando las estrellada periferia mientras fumaba sus típicos y confiables cigarrillos, con su mirada perdida, entre sus manos sosteniendo un documento arrugado que leyó una vez más esa noche; ¿Por qué de pronto todo entre sus manos se iba a la misma mierda?, no comprendía cuan desgraciado era hasta que traía desgracia hacia sus mas cercanos, ahora incluida su pequeña Mignonette, no podía sacarse esa imagen de la cabeza de ella con aquella expresión, ¿Cómo es que alguien puede sonreír de esa manera mientras lloraba?

ㅡ Capitán idiota.

Se dijo a si mismo y suspiró amargamente. La noche en que trajo a la chica Integra había ordenado a su mayordomo la investigación de sus antecedentes, no había mucho que leer, solo el pasado de una niña que sufrió la amarga bofetada de un cruel destino, presenciar la muerte de sus padres para posteriormente atravesar una dolorosa recuperación, traumatizada, sola totalmente, intentaba ser empático pero no podía ponerse en su lugar, quizás no pudo ser criado por sus padres y es por eso que no tenía esa melancolía por su perdida, a pesar de eso no estuvo solo ya que tenía a su abuelo y cuando él murió Pip ya había alcanzado su independencia y madurez. Enredo sus largos dedos en su cabellera y terminó de fumar su cigarrillo, guardó aquellos papeles dentro de su chaqueta y miró una vez mas aquel vacío horizonte para entrar a la mansión.

Seras no pudo dormir esa noche, se encontraba en un lugar totalmente ajeno a ella, no era su cama ni su habitación, los aromas eran distintos y las difusas mezclas de sentimientos aún permanecían atormentando su pecho, repitiendo una y otra vez aquella conversación y buscando la razón del por qué aceptó. El sol comenzaba a salir y se escabullía por la ventana frente a su cama, solo daba vueltas y vueltas de un lado a otro e intentaba procesar lo que pasaría al comienzo de ese día, debería renunciar a ser un policía, debería abandonar su acogedor hogar, comenzar como subordinada de Sir Integra, empezar un entrenamiento militar, estar dispuesta a seguir ordenes, ser capaz de olvidar sus valores y moral...

ㅡ ¡Basta Seras!, ¡Tú querías entrar a la D-11 y no pudiste hacerlo por seguir las ordenes de el viejo Smith!, ¡Hellsing es lo más parecido a eso, incluso mejor!... Solo no debes deprimirte por estos cambios, no debes... no debo.

Intentó ser positiva pero era difícil después de todo el tiempo que le costó adaptarse a su nueva vida lejos del orfanatorio, enfrentarse al mundo y seguir adelante como sus padres lo hubieran querido, se cuestionó a si misma luego de que la duda apareció y con posterioridad el arrepentimiento, no estaba segura de lo que quería y ahora eso le pesaba. Se cubrió con las sábanas e intentó dormir aunque sea un par de horas, pero alguien de pronto llamó a su puerta y no tuvo otra opción más que ir a atender a quien sea que estuviera detrás.

ㅡ ¡Finalmente la puerta correcta!, esta condenada mansión es gigantesca y ese viejito no quiso decirme donde estabas exactamente.

ㅡ ¿Señor Bernadotte?

Y ni siquiera esperó a una aprobatoria para entrar como si nada a su habitación, inspeccionando el lugar con su mirada llevó sus manos a su nuca maldiciendo su suerte ya que él debía compartir una habitación incluso mas pequeña en comparación con un grupo de sus soldados y las comodidades obviamente tampoco eran las mejores.

ㅡ ¿Te desperté?, aquí se acostumbra a levantarse antes de que el gallo cante.

ㅡ No, de hecho no dormí.

Seras cerró la puerta sin dudar antes de hacerlo, quizás ya había aceptado que la confianza entre ellos debía ser amena, después de todo lo que ha hecho por ella no quería seguir dudando del tipo de persona que era a pesar de no conocerlo lo suficiente, ya le era familiar su presencia.

MignonetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora